Finalmente se cayó la Gordillo. Noticia grata. No la pudieron tumbar los agremiados del sindicato de maestros, no obstante su desesperada lucha siempre ahogada por el poder de la cacica solapado por las autoridades laborales. Cae la Gordillo, no por sus archiconocidas transas y fechorías contra los maestros, sino por haber caído en desgracia ante el poder omnímodo y redivivo del presidente. Lo que sigue ya se puede saber: un nuevo liderazgo afín al sistema para domeñar al aguerrido gremio magisterial. El vulgo necio aplaudirá la valentía de Peña Nieto y muy contento se apoltronará ante el televisor para seguir el bombardeo noticioso haciendo leña de la antes magnífica dirigente. De la compra de votos, ni quien se acuerde; de los preparativos para gravar con el IVA alimentos y medicinas, ni quien se fije; de la entrega de PEMEX a los privados, ni quien se preocupe. Finalmente se cayó la Gordillo y con eso tienen bastante. Los humos de hielo seco que ocultan las miserias de fiestas quinceañeras hoy esconden las verdades de un régimen que se muerde la cola.
No nos confundamos: esta golondrina no hace verano. Ahí queda un Romero Deschamps, cuyos antecedentes de malversación de fondos y lavado de dinero ilícito hacen palidecer las hazañas de la Gordillo. La única diferencia es que ésta tuvo juego político propio, incluso chantajeando al sistema, en tanto que aquel es un tapete rojo de bienvenida a “lo que usted mande, Sr. Presidente”. Con lujo de publicidad vimos a Peña Nieto refrendar el compromiso histórico del régimen con la gerontocracia de la CTM; a los priístas enmendándose la plana para borrar cualquier viso de nacionalismo revolucionario y de compromiso con sus postulados originales para gravar con el IVA los alimentos y las medicinas, así como para entregar el recurso petrolero a las ambiciones transnacionales.
De todos modos es un gran acontecimiento. Difícilmente el reemplazo de la Gordillo tendrá los alcances y la capacidad política –corrupta, desde luego- de la líder defenestrada. La noticia buena es que, en alguna medida, permitirá avanzar a las fuerzas democráticas que luchan dentro del sindicato. La mala es que se allana el camino al proyecto privatizador del sistema educativo tan afanosamente buscado por otros poderes fácticos. Entre buenas y malas habrá que redoblar la lucha para hacer de la educación pública laica, gratuita y de calidad el soporte de la expectativa de progreso mexicano, y del sindicalismo honesto el instrumento de excelencia para proveer a la justicia.
Otra lección de la noticia se refiere al poder presidencial, también con sus buenas y sus malas. La mala es que se regresa al viejo estilo del centralismo presidencial: negación palmaria del avance democrático por todos tan anhelado. La buena es que sin tal poder unificado en el presidente la posibilidad de cambiar se esfuma; los doce años del panismo disminuido lo corroboran. Otra mala es que, hoy por hoy, tal poder está en manos del grupo tecnocrático que ha llevado al país a la debacle. Otra buena es que el país ya no es el mismo y las fuerzas sociales hacen contrapeso a ese autoritarismo anquilosado.
Ejemplo de esto último es la lucha que se está dando en casi todo el país contra la depredación de las mineras canadienses y, en particular, la que se libra en Morelos contra la que pretende instalarse en Tetlama, en las inmediaciones de las ruinas de Xochicalco. El tema es ejemplar y vale la pena detenerse a analizarlo: la tecnocracia federal aliada de la minera y con la aceptación de los lugareños comprados, contra la sociedad civil consciente y el gobierno del estado convencidos del daño irreversible que tal proyecto significa. Es el caso que las mineras canadienses vienen a México a realizar los proyectos que en Canadá están prohibidos por su efecto sobre la ecología; como en las viejas ciudades fronterizas que progresaron con la prostitución y el destrampe para los gringos imposibilitados de disfrutarlos en su país, la minería a cielo abierto que se pretende instalar es una exportación de salud a cambio de la importación de miseria e insalubridad. Hay un claro enfrentamiento en el que la tecnocracia vendepatrias tendrá que perder. Así sea.
Correo electrónico: gerdez@gmail.com