Un espectro oscuro recorre Argentina y Nuestramérica. Casualmente, en la región de la Tierra que demuestra más energía, organización e institucionalización en la rebeldía contra los poderes del mundo, han “acomodado” una figura de enorme peso en el concierto político mundial: el Papa Francisco, o como siempre se lo conoció por estos lares, Jorge Bergoglio. Así, la Iglesia Católica podrá realizar aquí con mucha más fuerza, una de las cosas que mejor hizo durante sus dos milenios de existencia: adormecer las mentes de las mayorías para transformarlas en rebaño de los explotadores. Ya hay algunas señales: no puede sorprender tanto la “emoción” y rápida visita que le hizo Cristina Kirchner, cabeza de un gobierno que cada vez choca más su discurso contra la realidad y necesita consensuar con un poder que lo supera; sí preocupa la postura de los gobiernos antiimperialistas, como el de Maduro, que festejó el nombramiento y hasta se animó a decir que “Hugo desde el cielo” había intercedido para que el hecho se concretara.
Los dueños del planeta han lanzado una impresionante avalancha de difusión, que cala aún más hondo en los sufridos pueblos del sur de nuestro continente, alrededor de la figura del nuevo líder de los católicos. En los medios de comunicación no se habla de otra cosa. Aquí, donde la Iglesia mantiene su poder económico pero el político venía mermando desde hace décadas por su complicidad institucional con la Dictadura Genocida y sus posiciones retrógradas respecto de las libertades individuales de los seres humanos, han instalado una enorme ola de pensamiento medieval y oscurantista, enancados en una especie de "chovinismo mesiánico" que le hace festejar al pobre la condición "argentina" del Papa, aunque eso no cambie su propia condición de pobreza, ni la nefasta historia de la Iglesia. Y es que más allá de las dudosas actividades de Bergoglio durante los años de plomo en nuestro país, es la institución que dirige la que ha significado una pesada cruz para el librepensamiento de la Humanidad toda desde su fundación.
El cristianismo tiene pies de barro. Es una religión que ha surgido de la más grande mentira y manipulación de toda la historia. La Iglesia Católica es la mayor representante de esa corriente (aunque en merma desde hace rato). Algunos dicen que, de los 1900 millones de creyentes cristianos que hay en el mundo, entre 1200 y 900 millones son católicos (de una población total de más de 7000 millones de personas). Claro, se olvidan de aclarar que casi nadie ha leído su libro de cabecera, La Biblia, y que su pertenencia se debe más a una cuestión cultural por la imposición por la espada y por la sangre, que por real conocimiento de basamentos ideológicos. El cristianismo se ha expandido por el mundo en base a los ejércitos que portaban la cruz del catolicismo, eliminando a todo aquél que osaba contradecirlo, con la tortura y el asesinato en masa como métodos. Es la institución más asesina de la Historia Humana. Las Cruzadas, la Inquisición, la Conquista de América y su complicidad con toda forma de dictadura en el mundo son las pruebas de ello.
Bergoglio, entonces, -cuyo nombramiento la gente festeja como un gol en un partido de fútbol- es sólo parte del problema, que es mucho más grande que él. Habrá que redoblar los esfuerzos para liberar la humanidad de este “opio de los pueblos”, sobre todo en nuestro país y en Nuestramérica, porque en la lucha por el objetivo de un mundo justo de verdad, nos han puesto un escollo enorme, “un monstruo grande que pisa fuerte” que nunca hubiésemos esperado.
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