Panamá, la reinvención permanente de "El País"

Recomendaba Vargas Llosa a los escritores noveles leer las páginas deportivas de Lima para que aprendiesen cómo con tan poca sustancia se podía hacer un escrito digno. A mí me gustan más, para ese cometido, los cuadernillos dominicales dedicados a los negocios, principalmente El Mundo y El País.

Una ciencia inexacta y esotérica los recorre. Desde los cursos y maestrías eternos (una continua preparación para que les compremos sus «servicios» y cachivaches) hasta las recomendaciones de coaching (una especie de autoayuda igual de mediocre) pasando por una extensa bibliografía propia de libros de baratillo.

La antesala de esta «bienvenida fraternal» a estos nuevos ejecutivos-conquistadores la encontramos en falsa entrevista de Juan Luis Cebrián a un estrenado Ollanta Humala. En el suplemento económico del domingo 16 de junio de 2013, una página entera nos avisa (con Machu Pichu rodeado de rascacielos de cristal oscuro para ejecutivos hispanos con muchos MBA) «El País. Invertir en El Perú. Lima, 27 de junio de 2013. Con la intervención del excelentísimo señor Ollanta Humala…».

En el mismo suplemento, dos páginas firmadas por José Meléndez, nos deforman sobre Panamá, haciendo de la necesidad virtud. El escrito nos narra un Panamá de fábula, independiente de Colombia por obra divina y constructor del Canal con una ayudita del mismo dios que los independizó (no se nombra nunca a Estados Unidos en el artículo).

El inconsciente traiciona a Meléndez y en su segundo párrafo empieza con un «El invento continúa».

 Panamá no deja de ser un invento. Un narco-Estado pirata creado para los intereses de Estados Unidos que son los titulares de la moneda circulante en el país, del Canal y del presidente de turno, es decir, de todo.  Cuando Omar Torrijos fue por libre y plantó cara al único presidente no reelegido de Estados Unidos, Jimmy Carter, poco tiempo después fallecía en un nunca aclarado accidente, y un delincuente apodado como «cara de piña» o  «el Man» (Manuel Antonio Noriega) ocupó su puesto. Noriega, a sueldo del gobierno estadounidense, resultó incómodo cuando se puso «gallo» en 1987. Ahora pudre sus huesos en una cárcel francesa después de la no-invasión de los marines (están en Panamá desde 1902) y de la masacre de la población de barrios enteros como El Chorrillo. El general Thurman, jefe del Comando Sur, hizo jurar el cargo a un presidente panameño títere, Guillermo Endara, en una base militar  estadounidense.

El encuentro Panamá hacia el siglo XXI, patrocinado por Prisa-El País fue clausurado por su presidente Juan Luis Cebrián, que aprovechó la ocasión para caer en los lugares comunes propios de estos encuentros de empresarios.

José Meléndez termina el reportaje Panamá, la reinvención permanente con un: «Así el país se sigue reinventando».

 



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Xurxo Martíz Crespo

Vivió 30 años en América Latina. Académico del exilio económico y político gallego

 xurxo.martiz@gmail.com      @XurxoMartiz

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