China: un relato histórico moderno-contemporáneo

El proceso superior del sistema capitalista obligó a las naciones europeas a expandir sus dominios para así consolidar sus poderes y poder confrontarse unas con otras en un proceso histórico que se desarrolló, fundamentalmente, durante los siglos XVIII y XIX con espasmódicas demostraciones bélicas (sic) durante la primera mitad del siglo XX. Es obligado precisar que los Romanov además de diseñar su propia Política de Estado tuvieron la visión de extender sus dominios hasta la zona más oriental de la Siberia justo al lado de Port Arthur; visión que fue aceptada, con todas sus consecuencias, por la Rusia Soviética además de negociar Alaska.

En aquel proceso expansivo del capitalismo europeo tuvo un país protagonista, perdón, una “testa coronada”, que asumió que tenía que ser potencia, que debía imponer sus reales voluntades a las otras “testas coronadas” europeas aún cuando estuvieran en perfecta decadencia. La Revolución Industrial, de nuevo, el desarrollo de la “ciencia y la técnica” tuvieron sus impactos en aquella real decisión británica y, abordando sus naves, marcharon hacia aquellos lares que tanto añoró Cristófolo Columbus, las Indias. Al arribar a las costas orientales de la India impusieron sus reales voluntades derrotando a las huestes militares francesas y holandesas para así alcanzar acuerdos con lo que hoy podríamos calificar como “burguesías” demostrando que las clases dominantes cuando se sienten perdidas realizan alianzas con las potencias extranjeras porque aquello del nacionalismo, parece, no va con ellas, es decir, con las clases dominantes. En fin, que los británicos se asentaron sólidamente en la India lo que le permitió dar el “salto a la China”. Si hay un hecho histórico que demuestra que las potencias y las superpotencias lo tienen “clarito” es que se domina a un “país elegido y afortunado” por medio del “mercado”, el punto es precisar cuál producto será el elegido para imponer las decisiones imperialistas del Imperio.

El producto elegido para China como “producto-consumo-masivo” fue la dormidera denominada: “opio”; es decir, por la droga y la adicción del “consumidor” se buscaba subyugar al imperio manchú y, en consecuencia, China. Así como México ha reaccionado ante el grave problema de las “circulaciones de drogas, armas, prostitución y migración” hacia el territorio estadounidense, China también, en aquellos tiempos históricos de 1830´s, reaccionó contra la importación de “bultos de opio procedentes de la India”. Así como México se ha beneficiado por y con el “Plan Mérida”, la dinastía manchú se vio beneficiada por los Tratados de Nanjing y de Tianjin que fueron la “puerta de entrada” para la presencia y asentamiento de Gran Bretaña y las otras trece (13) potencias europeas, Japón y los EEUU de América en puertos chinos ubicados en las costas sur-orienta y, al tiempo, tener que entregarle, como botín de guerra “por daños y perjuicios” a Gran Bretaña, la isla de Hongkong como base naval-comercial del Imperio británico y constituir la “cabeza de playa” en los Territorios de Kowlown. Aquella realidad histórica impuesta por las “14 Potencias” obligando a la dinastía manchú a firmar aquellos “tratados y acuerdos” que, posteriormente, se denominaron como los “Tratados Desiguales”. Pero también la teoría de las Ciencias Políticas europeas se vieron beneficiadas con un nuevo concepto que “trajo cola” cuando Mao Zedong calificó a China basándose en aquella “realidad imperialmente imperfecta” según las teorías del “colonialismo” como que China era un “país semi-colonial” con lo cual aquella famosa discusión en la Internacional sostenida por Vladimir Ilich Lenin y el indio, M.N.Roy, con los correspondientes condimentos de Joseph “el padrecito” Stalin, en su confrontación con el “bolchevique”, Leon Trotski, se vio, profunda y fuertemente, “tocada”, la discusión teórico-política de la revolución internacional en las colonias. En los espacios históricos comprendidos entre 1839 y 1911, se suceden dos (2) realidades históricas importantes en los escenarios del Asia Oriental: la Restauración Meiji en Japón con el correspondiente desarrollo del “militarismo japonés” que llevó al Imperio japonés a “su obligada expansión imperialista” bajo la “doctrina de Asia para los asiáticos” y la política impuesta por Washington en sus “pinitos imperialistas” de la doctrina de la “Open Door Policy”. Para los curiosos y curiosas les sugerimos el texto en dos (2) volúmenes titulado: “Treaties and Agreements with and concerning China” publicados en 1927.

El año 1911 se funda la primera República de China. El “caos y la dependencia” hicieron “mella” en aquel proyecto; demasiados intereses imperiales acompañados por las crisis europeas. El capitalismo entraba en una nueva etapa global cuando se estaban consolidando tanto el “imperialismo japonés” en la Región de Asia-Pacífico como cuando el “novel imperialismo yanqui” comenzaba a dar sus primeros “salticos” fuera de lo que Washington diseñó como la “Doctrina Monroe” con la cual consideraba como su “zona de influencia natural” a, prácticamente, toda la Región al sur del río Bravo y el estado de la Florida. Por ahí un legislador estadounidense saltó esta perla en el Congreso norteamericano: “Cuba es territorio “americano” [estadounidense] porque se formó con los aluviones del Missouri-Mississippi”. ¿Qué tal?

Esas realidades expansivas no alcanzaron sus contradicciones más profundas hasta la 1ra. Guerra Mundial europea y las expansiones bélicas japonesas hacia la Manchuria. Pero, a lo interno de China, las contradicciones socio-económicas nacionales tanto de los intereses estrictamente nacionales como los enfrentamientos de las “14 Potencias” presentes en territorio chino llevó a la situación explosiva del 4 de mayo de 1919. Nos, nos permitimos considerar que la Historia Contemporánea de China comenzó en aquella fecha nacional cual se asumió por sectores sociales de intelectuales, estudiantes, ciertos sectores laborales, fundamentalmente, aquellos que laboraban en fábricas de las “14 Potencias” y ciertos sectores empresariales nacionalistas; al tiempo que aquellos movimientos sociales se vieron en el espejo de las realdades de la Revolución Bolchevique de obreros y campesinos que, prácticamente, se había desarrollado en “tiempos recientes” al 4 de mayo referido. Describir cómo impactó en los sectores sociales arriba mencionados la Revolución Bolchevique obligaría a desviarnos de estas muy cortas letras pero el impacto fue tan profundo que permitió en su desarrollo la fundación del Partido Comunista Chino (PCCh) a finales de julio de 1921 cuando se celebró el 1r. Congreso del PCCh en la ciudad de Shanghai en dos (2) etapas obligadas por la persecución de la policía francesa de la Legación Francesa de Shanghai producto de una delación. El caminar del PCCh estaba íntimamente ligado a la vida política del partido nacionalista chino, –Guomindang-, cuyo fundador es el Padre de la República de China, señor Sun Yatzen conocido, también como Sun Zhongshan.

Les comentábamos que la Revolución Bolchevique tuvo una importante influencia en el proceso revolucionario chino. Joseph Stalin, a través de su enviado especial, Mihail Borodin, judío ruso, internacionalista conocido en Nueva York, México y Londres, contribuyó con la organización de ambos partidos políticos mencionados. Logró alcanzar un acuerdo con Chiang Kaishek después de su visita de tres (3) meses a Moscú para estudiar la Revolución Bolchevique para fundar la Academia Militar de Whampoa donde Chiang Kaishek fue nombrado su director, donde Zhou Enlai fue nombrado comisario político y donde Mao Zedong impartió clases sobre la realidad del campesinado chino bajo la tiranía de los “señores de la guerra” y la explotación de los imperialismos occidentales. Desde la fundación del PCCh hasta la conquista del poder en octubre de 1949, China caminó por diferentes etapas históricas donde la invasión japonesa y las realidades implícitas tanto de la 2da. Guerra Mundial en el Pacífico como la “Guerra Civil” china fue marcando las sendas hacia el rescate de la dignidad del pueblo chino y la expulsión del territorio chino de las “14 Potencias”.

A partir del 1º de octubre de 1949 hasta diciembre de 1978 China caminó por situaciones internas contradictorias más producto de las consecuencias de aquel hecho histórico que obligó a la dinastía manchú a firmar el Tratado de Nanjing, producto de las contradicciones entre filosofías occidental versus china, producto de una “industrialización chucuta y dependiente” de los intereses foráneos, contradicciones entre realidades sociales históricas y, quizás, las propias presiones que se generaron con la política de la “Guerra Fría” cuando Washington calificó a China como la “Cortina de bambú”, entre otras importantes contradicciones. Como lo expusimos más arriba, fue a partir de diciembre de 1978 cuando el Comité Central del PCCh tomó la decisión propuesta por Deng Xiaoping de aprobar la política de “reforma y apertura al exterior”. Deng Xiaoping, comisario político, dirigente chino que viajó a Francia donde fundó un periódico, político cercano a Zhou Enlai, director de la Oficina Central del Consejo de Estado, caído en desgracia durante la Revolución Cultural, apoyándose en los “líderes fundadores del PCCh y militares-fundadores del Ejército Popular de Liberación, todos ellos héroes de la Revolución china” lograron imponer las obligadas y necesarias realidades de las transformaciones profundas del Estado moderno chino permitiéndole a la economía china un crecimiento inter-anual del 9% cual le ha permitido tener una balanza de pago positiva con los EEUU de América. Ese impacto en la economía china ha permitido la expansión cualitativa y cuantitativa de la clase media china. Algunas realidades chinas que no son “cuento chino”.

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Miguel Ángel del Pozo


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