La visión geopolítica de integración latinoamericana, tiene su hontanar inspirador en las luchas y la visión estratégica de cada uno de los hombres, que forjaron nuestra independencia a fuerza de sangre y coraje, en cada una de las batallas que al paso del tiempo le otorgaban la libertad a está tierra bañada de gracia.
Ahora bien, la integración de nuestros Pueblos no era una idea que nuestros próceres se planteaban al filo de la improvisación, al contrario era una idea consumada en elementos estratégicos, operacionales y tácticos, pues se batallaba contra el imperialismo de las nacientes potencias europeas y en favor de la oportunidad de gobernarnos en función de nuestras necesidades, es decir, lo que hoy en día pudiésemos definir, como la visión estratégica de determinar los intereses comunes que nos permiten transitar el camino de la independencia, y las amenazas que siguen latentes para sumergirnos en las tinieblas de la dominación.
De acuerdo con esto, en el momento actual la amenaza para nuestros pueblos la representa la globalización-neoliberal, que en sus distintos procesos de expansión producto de la acelerada revolución tecnológica y la neo-colonización cultural de nuestras sociedades, parecieran ablandar los nudos que entrelazan la fortaleza de nuestra unión, en la cual la realidad nos pinta estar muy unidos en lo discursivo, pero muy distantes en la acción y en esa dinámica lenta y morosa está el peligro.
En este sentido, pareciéramos no entender en América Latina que la revolución y la integración económica, no tendrá resultados sin antes cultivar el campo psicofísico de nuestras naciones y abocarnos a una emancipadora revolución educativa y cultural, donde progresivamente nuestras sociedades presentes y futuras, trasciendan la naturaleza egoísta que impone la lógica del sistema económico, pues uno de nuestros grandes errores es querer transitar al socialismo, sin siquiera saber los mecanismos de dominación del sistema capitalista, y a veces pretendemos demoler al capitalismo alimentando a nuestras sociedades con más capitalismo.
Es por ello, que la integración latinoamericana requiere elevar nuestros niveles de conciencia y esto sólo es posible, bajo el fortalecimiento de nuestros sistemas educativos, por que la solidaridad, la independencia, la soberanía, la cooperación y autodeterminación, son principios antagónicos a la naturaleza depredadora del sistema económico, pero debemos tener en cuenta que las grandes potencias dominantes del “ajedrez esferoidal”, no sólo mantienen la estrategia de expoliarnos nuestros recursos, sino que en el momento actual también mantienen la táctica con sus medios de dominación de fragmentarle el mundo a nuestros ciudadanos, despojándolos sistemáticamente de su memoria e identidad, por lo cual debemos saber apreciar que está amenaza, sólo puede ser mitigada al calor de los maestros y los libros.