Santos: “Yo sí sé hacer la guerra”

Sin mezquindad política alguna: el discurso del Presidente Santos de Colombia fue muy interesante, comedido en su generalidad y acucioso en sus particularidades. Si no hubiese sido por esa infortunada o desgraciada frase que disparó, no sabemos si bien pensada o no o bien dirigida o no en busca de algún objetivo político premeditado, de que “Yo sí sé hacer la guerra”, todo su discurso hubiese parecido dicho por un verdadero demócrata, amante de la justicia y la paz. Pero, por desgracia para el Presidente Santos, el mundo político conoce de su espíritu guerrerista, de su actuación por la solución sangrienta de los conflictos sociales y políticos. Hace pocos días se vanaglorió, y hasta lo ratificó a final de su discurso en la ONU, de ser el que mayor muertos le ha causado a la insurgencia colombiana. ¡Obra de Diablo pero no de Dios!

Pero al César lo que es del César. El ego interno del Presidente colombiano no podía quedarse rezagado o en el olvido ante la audiencia presente en la ONU y del mundo a través de medios de comunicación. Eso fue lo que manchó de sangre su interesante discurso. No es cierto que el Presidente Santos sepa hacer la guerra.  Cuando ésta se inició en Colombia en la primera mitad de la década de los años sesenta del siglo XX, por auspicio o incentivo de los factores oligárquicos económicos y políticos de extrema derecha, Santos era muy joven. Guerra supo hacerla el comandante Manual Marulanda Vélez que en desigualdad casi total de condiciones creó un ejército casi de la nada que en medio siglo no ha podido ser derrotado por las fuerzas militares y policiales colombianas aun cuando han contado con todos los subsidios o logísticas del imperialismo más agresivo y armado que haya conocido la Historia humana: el estadounidense que, de paso, interviene directamente en el conflicto político armado colombiano con armas muy sofisticadas en relación con las que posee la insurgencia.

El Presidente Santos, cuando fue Ministro de la Defensa y ahora Presidente de Colombia, encontró parte del camino hecho y lo que ha hecho es dar órdenes de ataque y de exterminio que las fuerzas militares y policiales cumplen porque eso ya les resulta un gran negocio económico. Los generales más serios y que en verdad combatieron en los campos reales de la guerra a la insurgencia han declarado muchas veces no sólo su respeto por el comandante Manual Marulanda sino, especialmente, han expuesto la necesidad de buscarle una solución política concertada –a través de diálogos- a ese conflicto armado y político fundamentándose en la imposibilidad de derrotar militarmente a la insurgencia.

El Presidente Santos, de cerca, no ha dirigido ni siquiera la toma de un caserío ubicado distante del territorio donde se mueve y se desplaza la guerrilla. Entonces ¿cómo es eso de que sí sabe hacer la guerra? Su frase fue, en gran sentido, un irrespeto a esos militares que creyendo en las bondades del capitalismo son capaces de entregar sus vidas en combate contra los revolucionarios que creen y luchan por el socialismo.  El Presidente Santos sí sabe hacer guerra sucia, esa que mata inocentes y los presenta como insurgentes. Lo que es más: no se atrevió ir a Tibú donde no hubo utilización de armas de la guerra por parte de los manifestantes que protestaban en busca de reivindicaciones justas mientras que las fuerzas militares y policiales del Estado asesinaron a gente del pueblo bajo el argumento que estaban siendo dirigidos por la guerrilla. ¿Será que el Presidente Santos, antes de dejar de gobernar a los colombianos y colombianas, pretende que lo incluyan en la lista de los genios del arte militar por encima de Clausewitz, Napoleón, Nguyên Giáp, Trotsky, Rommel y otros?

El Presidente Santos dijo algo que siempre han negado los capitalistas y siempre lo han dicho los comunistas: es mucho más fácil hacer la guerra que hacer la paz. La oligarquía y el militarismo colombianos son expertos en hacer guerra y combatir todo intento posible de hacer la paz.  De eso sí sabe el Presidente Santos. Fueron espeluznantes las cifradas declaradas por el Presidente Santos sobre los muertos, mutilados, heridos, y desplazados que ha tenido Colombia durante el medio siglo de conflicto armado y político. Lo que para nada dijo el Presidente Santos es que ese mismo conflicto armado y político no lo generaron los explotados y oprimidos colombianos, no nació de la voluntad de los campesinos ni de los estudiantes, no fue el fruto de belicosidad de marginados ni de obreros. No, ha sido el resultado de políticas extremas que, por un lado, incrementan la pobreza y el dolor para las mayorías y, por el otro, incrementan la riqueza y el privilegio para los pocos que dominan a toda la sociedad colombiana y son amos de los grandes medios de producción, de los grandes capitales y de las grandes extensiones de tierras y hasta de las aguas y sus frutos. Creemos que el Presidente Santos no tiene derecho a pretender también tomar lo que es del César aunque ya bastante tiene con haberse tomado muchas cosas que son del pueblo colombiano pero les han sido expropiadas por los oligarcas tanto internos como foráneos. Aun así, nosotros como EPA ansiamos una paz digna con verdadera justicia social para Colombia.

¿Por qué la ONU no permite un pequeño tiempo para que representantes de las fuerzas políticas que están en verdadero conflicto armado y político con Estados capitalistas, expongan sus ideas tal como lo hacen los mandatarios de esos mismos Estados? ¿Aceptará el Presidente Santos que el comandante Timoleón Jiménez o el comandante Nicolás Rodríguez, haga uso de la tribuna de la ONU para exponer el por qué están en conflicto armado y político contra el Estado colombiano?



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El Pueblo Avanza (EPA)


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