El avión perdido de Malasia, que se tragó la tierra o el mar, podría sobrevolar mañana los cielos de Venezuela junto a aquella flota de aviones que denunció José Vicente, comprada por la oposición ultraderechista y que, según, esperan la orden de venir a Venezuela apoyar la violencia con una guarimba aérea.
Todo es posible en este mapa de locura.
Las pretensiones uribistas de apoderarse de la media luna conformada por Táchira, Mérida, Apure y Zulia parecieran ser parte de la negociación de los perros de la guerra venezolanos, es decir Voluntad Popular y los paracos, nadie quita que su nueva fase de violencia sea de tal magnitud. A pesar del fracaso guarimbero su manual solo dice: “MÁS VIOLENCIA”.
El silencio de María Corina, Leopoldo, Capriles y la MUD, que antes que salir a buscar una salida más o menos decente, como decir de nuevo, que la guarimba se “les salió de las manos” se queda muda. Ese silencio solo puede interpretarse como una orden de Biden y el ala derechista del mismo pentágono. La vergüenza no es palabra existente en su diccionario. Ellos saben que retroceder es perderse, aunque lo más probable es que avanzar también.
Así como de la nada, una minoría minoritaria, valga la redundancia, como la de López logró llenar de violencia a Venezuela, sin excusa alguna que la sustentara, más allá de la escasez creada por la guerra económica y la desesperación de dos años sin elecciones, así podrían estar planeando una nueva escalada de violencia para generar una Bengazi en Táchira, una zona liberada para llenarnos de autos bombas y francotiradores, de atentados y refriegas asesinas en toda nuestra frontera.
Nos podrían estar distrayendo nuevamente, como lo hicieron con las reuniones del diálogo después de las elecciones municipales, podrían estar distrayéndonos mientras junto a Uribe, hoy con el ego pegado del techo después de haberse electo senador en una elección donde se contaron solo los votos del 33% de los electores, junto a la derecha del congreso norteamericano y su vicepresidente, quienes ya acaban de aprobar un escrito para Obama pidiendo congelar visas y bienes a los infractores de los DDHH en Venezuela (no creo que se refieran a las cuentas de Capriles, Leopoldo ni Maricori) tienen una nueva olla montada en la cocina.
Obviamente que los niveles de violencia logrados, a pesar de la baja provocación lograda, no dejan de tintinear en los ojos de los golpistas que ya son casi todas y todos en la oposición, la idea de tumbar a Maduro los tiene locos, realmente les parece mejor un golpe más salvaje y terrorista y terminar de una vez con el régimen, que reconocer su fracaso y volver a los cauces de la democracia. Eso me dice, y no otra cosa, tanto silencio.
Apuestan a la gran mentira mediática que sobre Venezuela ya recorre el mundo, así toda Venezuela sepa que aquí no hay guerra sino focos de violencia en los barrios altos de solo 8 municipios de 330 municipios que conforman el país.
Hay que estar muy pendientes por aire, mar y tierra.
Cualquier visita oficial de notables norteamericanos debe impedirse, ejercicios navales de la cuarta flota deberán obligarnos a ejercicios navales con Rusia y China.
La posibilidad de una conflagración mundial a partir de los sucesos de Ucrania, hace que los gringos vuelvan su mirada hacia el país de las más grandes reservas de petróleo.
Candelita que se prenda, del tamaño que sea, se debe apagar de inmediato.
Un golpe de estado en el estado Táchira no deja de ser un abreboca para los fascistas.
Sigamos venciendo.
¡Amando venceremos!