La historia oficial de este lado del planeta nos relata aconteceres infames protagonizados en su gran mayoría por personajes mundanos y espirituales, convencidos de su superioridad para regir el destino de los pueblos, que han conducido a la humanidad a través de oscuros callejones hacia un progreso absurdo, explotador y excluyente.
Callejones donde monstruos insaciables y mostrencos dominados convivimos entrampados en una maraña de vocablos, imágenes, normas y organizaciones destinados a perpetuar la supremacía, el poder y la riqueza de los depredadores de turno. Depredadores que inexorablemente han sido cuestionados y sustituidos por nuevos grupos de monstruos con su propia visión mesiánica de su importancia para el futuro de la humanidad. Así, vuelta tras vuelta, hemos llegado hasta nuestra época, aciaga pero también esperanzadora.
Aciaga por la mundialización de los tentáculos de mafias capital-sionistas laicas, religiosas y militares asociadas en gobiernos y corporaciones que monopolizan nuestro pensar y nuestro sentir. Mafias que comenten los más atroces crímenes para no perder o compartir su poder y privilegios con países y grupos emergentes de entre los mostrencos, lamentablemente espejos más sofisticados de algunas de sus prácticas.
Aciaga porque el control o la reducción o eliminación del poder del hegemón estadounidense no conlleva necesariamente la desaparición del modo de ser hábilmente mundializado por el binomio letal Inglaterra - EEUU. Modo de ser que de una manera u otra también permea a gobiernos, partidos y pueblo anticapitalistas comprometidos con modelos alternativos de organización social.
Esperanzadora porque en distintas partes del mundo se multiplican mostrencos diversos conscientes de la necesidad de cuestionar al capital - sionismo en su integralidad y de la necesidad de coordinar acciones para enfrentar las gavillas de engendros y defender a los pueblos agredidos y masacrados en su nombre.
En Venezuela el PSUV y los demás partidos y movimientos que integran el GPP somos los responsables fundamentales de la lucha contra los monstruos. Confiemos en que los delegados al III Congreso del PSUV sepan interpretar adecuadamente la coyuntura nacional e internacional y respondan a las expectativas de la hermandad mostrenca.