Una de las tantas aberraciones de los imperios es la imposición de formas de gobierno a las naciones subyugadas. No sólo la forma de gobierno, seguidamente, después de la invasión y del triunfo, obligan a vivir a los sometidos de una forma impropia, es decir, a asimilar una cultura foránea con la intención de erradicar del país invadido sus tradiciones, si es posible, hasta el idioma. Todo esto tiene un objetivo de tipo económico. Mediante estas drásticas medidas se logra forzar una forma de vestir, de comer, de recrearse, una religión intrusa así mismo, se les obliga a consumir los productos provenientes del imperio opresor. Así lo hicieron los persas, los romanos, los otomanos, los ingleses, los franceses, los españoles, los holandeses, los belgas, entre tantos absolutismos que dominaron buena parte del mundo.
América no fue extraña a tales prácticas. Fue la monarquía española la responsable de tanta barbarie que culminó con la imposición de la cultura colonial, es decir, de la monarquía, como la mejor forma de gobierno. Pasado el tiempo las otras realezas europeas hicieron lo mismo en Asia, África y Oceanía. En estos lúgubres episodios todos los habitantes que pertenecían a las colonias o protectorados europeos conocieron en sus propias entrañas la maldad, la codicia, la esclavitud, el racismo, la demencia criminal, el sadismo, entre tantos de los males que los ricos, blancos y cristianos trasladaron a esas latitudes. Todavía hoy nuestros hermanos árabes, los negros africanos, los asiáticos, los pueblos originarios centroamericanos, suramericanos y norteamericanos experimentan conflictos secuela de tales aberraciones.
Resultado de aquella barbarie es el traslado, mejor dicho, la tentativa de imponer a sangre y fuego, en todos los pueblos del planeta, ya no la monarquía como la mejor forma de gobierno, ahora es la democracia occidental, la democracia representativa. La única que debe regir todas las naciones, simplemente para complacer a las grandes potencias, los antiguos imperios, y a los avaros centro financieros. Indudablemente, no hay opción, el paradigma de esta forma de gobierno es la democracia de EEUU.
A un doctor en ignorancia como yo no le quedó más remedio que hurgar en la basura histórica. Mientras escarbé en la mugre bibliográfica me encontré con inopinadas sorpresas, relativa a las bases sobre la cual se construyó la democracia de EEUU. Sigan leyendo.
La "perfectible" democracia de USA se elevó sobre la base del racismo contra las minorías. No fue un racismo accidental sino institucional, a tal grado que diversos presidentes "democráticos" tenían su propia opinión sobre este tema:
"Estoy convencido de que la actual invasión de mano de obra china […] es perniciosa y debería ser atajada. Nuestra experiencia con las razas más débiles – negros e indios, por ejemplo – es una buena muestra de ello" Rutherford Hayes. 19º Presidente de EEUU, (1877-1881).
"América debe conservarse americana. Las leyes biológicas demuestran que los nórdicos se deterioran al mezclarse con otras razas". 30º Calvin Coolidge. Presidente de EEUU (1923-1929).
Por eso no nos debe sorprende que los derechos civiles de los afroamericanos les fueron negados hasta 1965 entre ellos, el sufragio.
No sólo la negación de los derechos civiles de los afroamericanos pone en entredicho las raíces y el fundamento la de la "democracia" de USA, la mejor del mundo. En la historia del periodismo estadounidense existió un comunicador socialista no comprometido, John Reed, quien denunció una huelga (1913) mantenida durante seis meses por los obreros de la seda en la ciudad de Paterson (Nueva Jersey). Este paro no fue reseñado por ningún periódico local y mucho menos por las grandes cadenas de noticieros de la época. Le correspondió a Reed trasladarse desde N.Y hacia la ciudad referida para revelar al mundo los agravios sufridos por los obreros, quienes fueron tratados de criminales, agitadores peligrosos, incluso traidores al país. Esto le valió al valiente periodista la encarcelación en un presidio del condado, acontecimiento que aprovechó para exponer a sus lectores las inhumanas condiciones carcelarias. Como consecuencia de estas imposturas dos trabajadores fueron asesinados por dos detectives privados, quienes nunca fueron llevados a juicio.
Reed fue un reconocido antibelicista opuesto a la intervención de los EEUU en la Primera Guerra mundial, algo que los fabricantes de armas no veían de buen agrado. Estos industriales sabían de las ganancias que obtendrían con la participación de USA en dicha conflagración. Sus artículos le valieron ser tildado de comunista, traidor y como siempre, el gobierno impidió que sus reportajes salieran a la luz. Reed, más de una vez, afirmó que dicho conflicto era una guerra entre mercaderes. Como siempre, ganaron los malos: USA abandonó la neutralidad y entró en una guerra en la cual no tenía arte ni parte (1917), tal como lo denunció J.R. Con razón el presidente Woodrow Wilson (1856-1934) afirmó en una oportunidad: "Los Rectores del gobierno de EEUU son los capitalistas y los fabricantes combinados".
J.R también cubrió la Revolución Rusa y parte de sus reportajes están reseñados en un libro cuyo título es "Diez días que estremecieron al mundo", prologado en una de sus ediciones por Vladimir Lenin. Eran tiempos del anticomunismo exacerbado y brutal contra todo aquello lo que oliera a socialismo en EEUU. Esto valió la encarcelación de más de diez mil personas (1919) en la cuna de la democracia representativa. Tal arrojo le costó al valiente periodista, quien se encontraba en Moscú, el impedimento para que regresara a su país natal (sobre él pesaban más de 123 cargos). Sumado a lo anterior, su encarcelación en Finlandia en complicidad con el Departamento de Estado. El valiente periodista nunca pudo regresar a los EEUU y sus restos descansan en Rusia. Murió a los 33 años (1920) desterrado de los suyos. Cosas de la mejor democracia del mundo.
No crean que los campos de concentración existieron nada más en Europa. A raíz de la Segunda Guerra Mundial, en la "mejor democracia del mundo" también fueron conocidos tales centros reclusión. Su finalidad fue la de "mantener en custodia" a más de 120.000 japoneses y descendientes (la mitad nacidos en EEUU). Estas cárceles estaban diseminadas en California, Arizona, Colorado, Arkansas, entre otras. Cosas de la mejor democracia del mundo.
Podría tratar otros temas sobre la mejor democracia del mundo pero me detendré en la trama de las drogas. Resulta que el negocio de estas sustancias prohibidas deja un rédito de 500.000 millones de dólares anuales (500 mil personas, cada una cargando un saco con un millón de dólares). Resulta que en Colombia hay siete bases militares de EEUU y estas no pueden impedir la exportación de miles de toneladas de cocaína. También se sabe que mundialmente se comercializa alrededor de 6.000 toneladas de estupefacientes (equivalente a 500 autobuses), así mismo, se tiene conocimiento de que en USA existen 23 millones de consumidores (casi la población de Venezuela). Lamentablemente el gobierno de EEUU se hace la vista gorda en lo que se respecta al lavado de dinero. Una pregunta ¿cómo es posible que de los bancos de las potencias industriales se retiren, sin darse cuenta, inmensas cantidades de dinero para pagar la mercancía? Considero que a las autoridades que les competen el lucrativo asunto se hacen los pendejos con relación al ingreso al sistema financiero y en los grandes bancos de esta cuantiosa cantidad de dólares (lavado, en su mejor expresión). Resulta que el jefe del Comando Sur de EEUU, el general John Kerry, está al tanto de que Venezuela es un puerto para la salida de la cocaína hacia mercados internacionales. El "experto" parece ignorar cómo salen de Colombia miles de tonelada de cocaína donde ellos tienen siete bases militares, así mismo, también, el "perito" no sabe cómo arriban a los EEUU tanta cantidad de droga para satisfacer los gustos exquisitos de sus toxicómanos. Tampoco tiene la explicación de cómo ingresa al sistema financiero de USA fabulosas cantidades de dólares lavados. Juzgo que el veterano general gringo omite que Venezuela está entre los primeros países que incautan drogas ilegales (según la ONU). No se haga el pendejo general que está muy viejo para eso.
Por los momentos no voy a referirme a la Ley patriota que permite al gobierno de EEUU espiar a propios y a extraños; tampoco a las torturas legalizadas en las cárceles de EEUU y en las regadas por Europa, Asía y África; a las prácticas racistas de la policía norteamericana; ni a la protección del gobierno de USA a terroristas, corruptos y conspiradores; tampoco a la violaciones de los tratados internacionales, así mismo, el desconocimiento de los gobernantes de EEUU a los mandatos de la ONU. Cosas de la democracia representativa del imperio, la mejor democracia de mundo.