Santos desató los diablos en Colombia

Siempre hemos sostenido que el presidente colombiano Juan Manuel Santos no es santo de nuestra devoción, pero a la luz de los últimos acontecimientos políticos ocurridos por el cierre de la frontera entre Venezuela y Colombia, su rol pareciera cambiar o al menos trata de evitar que alguno de los pollos que tiene el horno se le quemen.

El cambio de geopolítica experimentado en América Latina desde la llegada al poder en 1998 del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, hizo también cambiar las reglas de juego que mantenía el imperio norteamericano y develó el manto, tras el cual se ocultaba la hipocresía que hasta ahora sustentaba las bases de las relaciones entre nuestros países.

La creación de nuevos organismos internacionales como el ALBA, (https://es.wikipedia.org/.../Alianza_Bolivariana_para_los_Pueblos_de_Nuestra_América) la CELAC, (https://es.wikipedia.org/.../Comunidad_de_Estados_Latinoamericanos_y_Caribeños) , UNASUR, (https://es.wikipedia.org/wiki/Unión_de_Naciones_Suramericanas) han sometido a prueba las relaciones de los países y han dejado atrás la caricatura de la OEA, "oficina de las colonias de ‎ USA", como la calificara Fidel Castro. Ha quedado demostrado en esta fracasada reunión convocada por Colombia, su poca influencia; sobre todo ante el caso del cierre de la frontera, ordenado por el Gobierno Bolivariano del Presidente Nicolás Maduro.

El resultado no se hizo esperar y en el encuentro de Quito entre los mandatarios Rafael Correa presidente pro tempore de la CELAC y del Ecuador; el presidente Tabaré Vázquez, presidente pro tempore de UNASUR y de la República Oriental del Uruguay y sus colegas de Venezuela Nicolás Maduro Moros y de Colombia Juan Manuel Santos llegó a un acertado acuerdo, el cual está en marcha:

"En la declaración conjunta se expresa que los presidentes de Colombia y Venezuela reconocieron la importancia de los mecanismos regionales y reafirmaron los lazos históricos de las naciones, y se comprometen a establecer un acuerdo que permita la convivencia y el respeto entre los países, así como el diálogo bilateral.

Entre los acuerdos alcanzados están:

1.) Construir un acuerdo que solucione los problemas en la zona fronteriza.

2.) El fortalecimiento del diálogo bilateral entre ambas naciones.

3.) El retorno inmediato de los embajadores de Venezuela y Colombia.

4.) Realizar una investigación de la situación de la frontera.

5.) Los ministros de Colombia y Venezuela establecerán un equipo para tratar los problemas de la zona limítrofe en una reunión que se realizará el próximo 23 de septiembre en Caracas.

6.) Se normalizará progresivamente la situación en la frontera.

7.) Se continuará trabajando con el acompañamiento de Ecuador, Uruguay, la Celac y la Unasur para restablecer las relaciones entre Colombia y Venezuela". (Fuente TELESUR)

Mientras el plan de acción se puso en marcha en Caracas, con la presencia de una delegación de la Cancillería colombiana (María Ángela Holguín y su equipo) y del Ministro de la Defensa (Luis Carlos Villegas y su equipo) reunidos con sus pares venezolanos (Delcy Rodríguez y el Mayor General. Vladimir Padrino López con sus equipos), la búsqueda de resultados para una frontera de paz avanza. Las soluciones a corto, mediano y largo plazo según las características de los problemas, se analizan sobre una frontera de más de 2.219 kilómetros.

La decisión tomada en Quito ha dado lugar a diferentes reacciones entre dirigentes políticos y connotados empresarios de los dos países; pero sobretodo, del lado colombiano donde el cierre ha puesto al descubierto la alta dosis de narcotráfico, paramilitarismo, contrabando de alimentos y de combustible que alimenta a mafias completas y subsidia a una alta población de los departamentos fronterizos que supera una población de diez millones de colombianos.

Otro tanto ocurre con los casi 6 millones de colombianos quienes conviven en Venezuela y gozan de todos los beneficios del Estado, al igual que los nacionales. Estos colombianos han reconocido públicamente el buen trato que reciben en nuestro país, en contraste con la posición asumida por líderes neogranadinos, quienes han amenazado a nuestro Presidente Maduro con demandas en cortes internacionales, supuestamente por violación de los derechos humanos.

Paralelamente al panorama que busca encontrar un vía de solución a través del diálogo entre los dos países y bajo la coordinación de los presidentes Santos y Maduro, la oligarquía colombiana ha reaccionado junto a altos dirigentes políticos de la derecha.

A través de agencias internacionales de noticias y de los medios de comunicación colombianos han manifestado, de manera iracunda, su odio contra Venezuela y su oposición a la paz, la cual busca actualmente el presidente Santos junto a las FARC-EP en la Habana, Cuba.

En Colombia se ha unido la crema y nata de los "falsos positivos" junto a los artífices de la violencia y causantes del éxodo, la muerte y el enfrentamiento entre el propio pueblo neogranadino.

Las noticias contra Venezuela corren en la opinión pública internacional. Las agencias se hacen eco de ellas en función de los intereses de la oligarquía y de quienes aman la guerra y son enemigos de la paz:

"El ex presidente y ex secretario de la OEA, César Gaviria Trujillo, reveló que encabezará este miércoles una reunión de ex mandatarios con el fin de analizar los pormenores de la situación de la frontera con Venezuela.

Además, el ex presidente dijo que estudia la posibilidad de demandar ante los organismos internacionales al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Gaviria aseguró que se reunirá con los ex presidentes Andrés Pastrana Arango y Álvaro Uribe con el fin de liderar un bloque de ex mandatarios de América Latina que no están de acuerdo con lo que está sucediendo en Venezuela y la frontera con Colombia" (AFP).

En realidad el presidente Santos ha alborotado el avispero y se han

desatado los diablos en Colombia. Ya no es sólo el paramilitarismo, el

contrabando y los negocios de la oligarquía parasitaria (hermana

gemela de la venezolana) lo que ha puesto locos a los "falsos

positivos" y su combo; sino el anuncio de un posible acuerdo de paz

entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los dirigentes

de la guerrilla las FARC-EP en la Habana, Cuba.

Una nueva realidad geopolítica renace en Latinoamérica. Ya lo dijo el

Comandante Hugo Chávez Frías y lo ha ratificado el presidente

Nicolás Maduro "La paz de Colombia es la paz de Venezuela".

 

Aunque se retuerza en su tumba Francisco de Paula Santander y de

pataletas de ahogado el líder del paramilitarismo colombiano y sus

adláteres (Gaviria, Pastrana), las conversaciones de paz continúan.

Muy aislados quedarán y como viudas solitarias quienes claman por la

libertad del "monstruo de Ramo Verde", su amigo Leopoldo López y

le hacen loas a la oposición venezolana.

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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