Los 70 años de haber nacido la Organización de las Naciones Unidas, como esperanza para la humanidad, luego de la cruenta confrontación entre facciones europeas, denominada la II Guerra Mundial, aunque ciertamente fue mas del viejo continente que otra cosa, no solo sirvió para evaluarla, con una calificación muy mediocre por cierto, porque hasta ahora no ha honrado su filosofía de origen, como fue la de evitar las guerras, sino que por el contrario ha servido de plataforma al mayor terrorista del planeta, para que con su anuencia u omisión haya invadido, saqueado y anarquizado a importantes territorios del planeta, sino también, para que un numeroso grupo de valientes mandatarios, entre los que se cuenta el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros desenmascarasen a Estados Unidos y sus taparrabos europeos, como causantes de los mayores genocidios y crisis humanitarias que conoce la historia.
Sin restar méritos a los discursos de los presidente Evo Morales, Rafael Correa, Tabaré Vázquez, Cristina Fernández, Dilma Rousef, Raúl Castro y otros, el discurso de Maduro fue lacerante, contundente, con argumentos irrebatibles y lanzado como se dice en buen criollo por la calle del medio, destapando la cañería de la hipocresía y el doble rasero de los poderosos estados forajidos, que siempre están hablando de democracia y derechos humanos y son los más genocidas, saqueadores y opresores de los más débiles. Fue contundente Nicolás Maduro, al preguntarse y preguntar al mundo: ¿ Es Afganistan, después de la intervención con tropas y bombardeos occidentales, un país más seguro, más desarrollado y con gobernabilidad? ¿ Es libia, después del crimen cometido en su contra por las potencias occidentales, mas segura, democrática y estable? ¿ Irak, está mejor que antes de la invasión por parte de Estados Unidos, en una guerra que se sustentó sobre una plataforma de mentiras? . Después de estas interrogantes, palabras más, palabras menos, pasó a desmenuzar las consecuencias de esa criminales agresiones de los forajidos del norte y de la Unión Europea, concluyendo, que bueno es que reconozcan los autores de estas ilegales agresiones, que solo destruyeron la felicidad y desarrollo de estos pueblos y que el producto mayor, de esos abusos está representado en la crisis creada por los desplazados en Europa, donde los mismos que ayer fueron a la cola de Estados Unidos de Norteamérica, a bombardearles y a arrebatarles sus recursos naturales, para ponerlos en manos de las grandes transnacionales, hoy los reprimen para evitar que entren a territorio europeo huyendo de la violencia que les sembraron en sus países con el uso y abuso del poderío militar.
Enfático, se mostró el mandatario sureño al demandar de la ONU y de la Comunidad Internacional, una acción enérgica para evitar que en Siria se repita la tragedia de Libia, Irak y Afganistan. La ONU todavía está a tiempo de evitar esa tragedia, dijo el gobernante que se erigió allí como el campeón de la paz. Propuso en esa misma pieza oratoria, la refundación de la ONU, para que nazcan nuevos mecanismos diplomáticos que impidan a quienes se creen con derecho a derrocar y cambiar gobiernos a su antojo, continuar con sus criminales andanzas, que solo siembran terror y muerte en el mundo. Apoyó la propuesta del presidente ruso Vladimir Putin, de crear una gran alianza mundial, contra la amenaza que representa el llamado Estado Islámico. Agregamos nosotros, que el EI es otro engendro de Estados Unidos de Norteamérica, y protegido, bajo la supervisión del "ilustre senador" Jhon Mckain. El EI, es la segunda Alqaeda, que también fue creada por el preocupado por las democracias del mundo, el Tio Sam, para confrontar a la entonces URSS en Afganistan. Osama Been Laden, fue un agente gringo, hasta que el Pentágono y la CIA ordenaron salir de él, porque ya estaba muy comprometido y al descubierto.
Esta asamblea de los 70 años de la ONU, fue totalmente diferente, el amo de casa llevó palo hasta en la cédula, como sería que el propio cachorro Peña Nieto, se atrevió a lanzarle piedras.
Quienes deben estar de muerte, con el despecho a más no poder, son los "patriotas" de la MUD, que tuvieron que soportar que la más genuina representación mundial ovacionara reiteradamente al "Chófer de autobús, bruto y sin cualidades para ser presidente de ellos. Pues para sorpresa, el autobusero resultó ser piloto y de jet de los millonarios del aire, porque voló bien alto.