El concierto para delinquir es un delito contemplado en la mayoría de los códigos penales del mundo. Esta transgresión se presenta cuando dos o más personas se reúnen o conciertan para celebrar un arreglo o una alianza, con el único objetivo de organizar a estos individuos en una sociedad o agrupación o pandilla con fines delictivos. Indudablemente, este hecho punible es de vieja data, la diferencia la establece los tribunales quienes se encargarán de sentenciar si tal contravención se cometió.
Estimados lectores, aunque ustedes no lo crean, un doctor en ignorancia como yo, con síntomas de locura senil todavía es capaz de analizar ciertos hechos históricos para colegir peregrinas conclusiones, que para algunos serán testimonios de mi decrépita senectud, por ejemplo:
Son muchas de las evidencias donde se muestran ciertas alianzas con intenciones de delinquir. La primera que se me ocurre es el pacto concertado entre Cristóbal Colón (quien tenía más de aventurero sortario que de experto navegante) y los reyes católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón). Estos personajes, en un lúgubre compromiso, se prometieron que todo el botín hallado en el Nuevo Mundo se repartiría: una parte para don Cristóbal y otra (el quinto real, 20 %) para los reyes. Tal como se lee, el invasor y sus cómplices imperiales se dividirían el oro, la plata y las piedras preciosas que afloraran en las tierras descubiertas y por descubrir, las cuales serían producto de un robo insolente. Esta nefasta asociación condujo al asesinato de más de cien millones de aborígenes, el extermino de culturas y el robo de millones y millones de maravedíes producto de una nefasta asociación para delinquir. Una corporación muy católica para arrasar con los pueblos originarios.
Otra asociación para delinquir muy célebre fue la constituida entre el Vaticano y los cruzados. Algunas de estas cruzadas fueron financiadas por el papa de turno con la finalidad, no la de rescatar los lugares santos (esta fue la excusa), sino la de acrecentar sus dominios y la de apoderarse de las tierras ocupadas por los hijos de Mahoma. Fue tal la matanza de musulmanes que algunos cruzados fueron galardonados con el apellido "Matamoros" como recompensa del "arrojo" de tales hidalgos. Un concierto para delinquir para acabar con los infieles.
El receptáculo que guarda mis remembranzas se me desborda cuando comienzo a recordar. De repente me llegan a la pensadora las alianzas concertadas entre los aristócratas europeos con los condotieros y con los lansquenetes. Estos últimos no eran más que mercenarios italianos y alemanes respectivamente, contratados por los nobles para arrebatarles las tierras a los jornaleros para luego convertirlos en siervos de gleba. Estos vasallos eran seres humanos que trabajarían en condiciones de semi-esclavitud para el latifundista, después del arrebato de sus fincas. Fue así como se fundaron los marquesados, los ducados, los condados…y toda forma de organización monárquica para repartirse entre los linajudos la tierra escamoteada. Estos latifundios fueron adquiridos mediante el robo descarado a través de la violencia armada de los sanguinarios mercenarios contra humildes labradores. Un aristocrático concierto para delinquir.
Los dueños del dinero no tienen escrúpulos para formar alianzas, aunque sea con el diablo, con tal de obtener beneficios pecuniarios. Es obligatorio resaltar, consecuencia del pacto referido en el acápite anterior, la coalición que hicieron los capitalistas del sur de Italia, como por ejemplo en Sicilia, con los mafiosos, con el fin de arrebatarles a los labradores sus tierras. Muchos fueron los campesinos asesinados por las acciones de los sicarios mafiosos, ente la mirada indiferente del gobierno socialcristiano de la época (principio del siglo XX) y la complicad de la iglesia. Era tan evidente la connivencia de los curas con los mafiosos que, cuando expiraba un longevo padrino el encargado de redactar y leer el panegírico del viejo delincuente fallecido era el cura de la comarca. Se puede pensar en una santa alianza para delinquir.
Hay conciertos para delinquir peores que los referidos en los primeros párrafos, los cuales trajeron nefastas consecuencias para la humanidad. En la época postmoderna, donde está de moda el sicariato, el terrorismo, el calentamiento global, la tecnología de punta…entre tantos esnobismo, se condena a un desalmado por lanzar una bomba de fabricación casera sobre algún objetivo. Ciertamente, es un delito que se debe condenar. Pero mi pensadora siempre me traiciona y me trae amargos recuerdos. De repente se me desatrancó un archivo mental donde almacenaba una triste efemérides. Fue cuando pensé en la alianza de connotados científicos con los jefes de gobiernos imperialistas para la fabricación de bombas nucleares y todo tipo de armas de destrucción masiva. Se podrá adornar con tecnicismos, con un lenguaje diplomático o bajo un justificado eufemismo, pero en este caso los científicos forman una sombría alianza con los gobernantes para acabar con millones de seres humanos. Ninguna diferencia (solo en cantidad de víctimas) con el fanático que construye una bomba casera. En ambos casos el fin es el mismo: asesinar a los seres humanos. Basta recordar los casi trecientos mil muertos civiles de Hiroshima y Nagasaki, secuela de dos bombas nucleares inventadas por científicos y financiada por el gobierno de EEUU. Un tétrico pacto para delinquir.
En oportunidades pienso que se me agotó mi capacidad de asombro y tras montones de años acumulados por mis propias vivencias y por mis lecturas, juzgaba que lo había visto y leído todo en materia de trapacerías política. Lamentablemente estaba equivocado. Esto lo advertí al escuchar y columbrar por los medios de comunicación lo que está ocurriendo en el medio oriente donde los protagonistas son EEUU, la OTAN, Turquía, el Estado Islámico, Siria y Rusia. La hipocresía de los tres primeros nombrados es apologética y descarada. Es innegable y palmario el financiamiento, la preparación de las tropas y la entrega de armas por parte de los gringos y la OTAN a los grupos terroristas del estado islámico para derrocar el gobierno sirio. Actualmente zonas de Siria dominadas por los grupos terroristas se apoderaron de manera ilegal de pozos petroleros de Irak, Libia y Siria. Este crudo lo trasladan, como contrabando, los terroristas del estado islámico hacia Turquía para luego venderlo a sus aliados europeos. Es decir, se agencian millones y millones de dólares de ganancia obtenidos con la venta del petróleo proveniente del delito. Como se ve, quien conoce algo de derecho, EEUU, la OTAN y sus aleados continúan cometiendo todo tipo de fechoría ante la mirada impasible de la ONU y de la comunidad internacional, entre estas debo destacar: concertación para delinquir, apología del delito, obtención de ganancias producto del delito…Es innegable que si abro el código penal al azar, de seguro que en esta página aparecerá un artículo para sancionar a los protagonistas de esta barbarie. Tal crueldad le ha costado a la humanidad más de un millón de muertos y ciudades completamente destruidas. Un dramático concierto internacional para delinquir.
Podría escribir algo sobre las alianzas de los bancos y centros financieros con los narcos para lavar dinero, o para financiar el terrorismo pero prefiero destacar en este párrafo las asociaciones de ciertos políticos venezolanos con malandros de baja estofa para lograr objetivos inconfesables. Con la certeza, sin temor a equivocarme, que detrás de estos criminales conciertos para delinquir hay reconocidas manos peludas internacionales que les importa un bledo el luto que podría ensombrecer a miles de familias venezolanas.
Como se ve, pareciera que existen pactos entre personajes de la política mundial para no denunciar lo que está pasando en el planeta. Los jefes de estados de los países desarrollados continúan cometiendo delitos de lesa humanidad y el mundo permanece inconmovible ante los genocidios perpetrados, consecuencia de tenebrosos conciertos para delinquir.
