En un análisis que realizáramos sobre el proceso de Timor Oriental y las diferentes opiniones de los diferentes jueces en aquel Tribunal de la Haya percibimos la importancia de lo geográfico sobre las argumentaciones jurídicas. Aquel detalle nos llevó a ir a la geografía para tratar de entender sobre esa destacada importancia de un aspirado medio-país que buscaba su lugar en el escenario internacional. La observación sobre la geografía local nos permitió conocer de la importancia geoestratégica de aquella mitad de isla de colonización portuguesa cuyo líder fundamental se le catalogaba como un líder de izquierda reconocido internacionalmente como tal. Aquella mitad de isla denominada como un todo como Timor formaba costa septentrional de un estrecho con la vecindad representada por Australia cual, curiosamente, aquel estrecho, se transformaba en altamente estratégico cuando al catalogarlo geográficamente era un estrecho de aguas profundas cual, conjuntamente, con el estrecho de Malacca, eran de alta importancia geo-estratégica para aquellos países que lograran controlarlos cuando, por ser catalogados como estrechos de aguas profundas, eran susceptibles de ser paso importante y fundamental de submarinos nucleares con lo cual en escenarios de guerra significaban poder alcanzar una protección en defensa fundamental con la finalidad de poder mantener el control sobre las rutas navieras comerciales y militares de aquellos países con capacidades y pretensiones de control geopolítico de las zonas correspondientes en las meridionales regiones asiáticas y aún más allá de lo imaginable geopolíticamente, claro, según el imperio correspondiente al momento histórico al cual nos aboquemos a considerar.
Aquella decisión de La Haya sustentó el proceso que permitió profundizar la independencia de Timor Oriental junto a una muy corta carrera política post-independencia de aquel proclamado líder de izquierda cuando las "cargas se fueron ubicando" en "sus justos lugares" hacia y con gobiernos pro-occidentales; era de toda lógica ante las históricas pretensiones de Indonesia que nunca se ha resignado a la pérdida territorial cual va más allá de lo geográfico para "tocar lo nacional".
Aguas han transitado por el estrecho de Timor Oriental acompañando los cambios internacionales que todos conocemos. El desplegar de la economía china ha cambiado las relaciones internacionales junto a las realidades evolutivas del capitalismo mundial que obligaron al aún huésped de la Casa Blanca, Barack Obama, a proponer un profundo rediseño de la geopolítica mundial del imperio norteamericano que ha sido muy bien definida por José Vicente Rangel Vale en su tesis referida como la "nueva política Obama".
La "realidad china" ha impactado al escenario internacional y, en consecuencia, al comercio internacional, a la "división internacional del trabajo", la acumulación y las finanzas internacionales, y, en lógica consecuencia, a "lo militar internacional" obligando a todos los países a ir asumiendo escenarios hipotéticos de alteraciones de la paz en diferentes escenarios, nacionales, regionales e, incluso, cercano a los mundiales.
Ante esa "realidad china" se ve en imperativa realidad inobjetable la "realidad imperial norteamericana" que en ecuación en desequilibrio por el impacto de aquel crecimiento global de China debe rediseñar sus propias políticas tanto a lo interno-nacional como sus políticas internacionales en lo que hemos denominado como la "nueva política Obama" (JVR dixit). Esta reingeniería estadounidense al ser global, es decir, total en su concepción, en sus paradigmas y referencias, debe asumirse como una política imperial, es decir, en coordinación en lo denominado como sus relaciones con "sus socios y aliados" con la finalidad de sumar equilibrando las deficiencias objetivas por reales frente a las realidades que se expresan en la China en crecimiento continuo.
La primera señal que percibimos sería la decisión de Obama de trasladar tropas norteamericanas estacionadas en Alemania al norte de Australia sobre el estrecho de Timor Oriental con lo cual se trataba de alcanzar la consolidación del control del estrecho ya descrito más arriba con lo cual la realidad se transforma en un escenario de pre-guerra meridional-asiática que comenzaba a dibujar sus propias normas de guerra tanto en lo estratégico como en lo táctico.
La "nueva política Obama", concretamente, para la Región de Asia y el Pacífico, (hay un diseño específico para América Latina y El Caribe), sobre "sus socios y aliados" obligaba a la reingeniería profunda de todos los tratados y acuerdos referidos a la "defensa mutua" pero con un agregado novedoso referido a la incorporación de las políticas humanitarias como justificaciones impositivas y presenciales según escenarios precisos de alteraciones temporales nacionales. Esta nueva reingeniería se sustentaba en la aceptación real de la conversión de China en una "potencia regional" consolidada por las profundas transformaciones del aparato militar chino, particularmente, sus fuerzas navales.
Es histórico el interés de los EEUU de América sobre la región oriental y meridional de Asia, interés sobre el cual nos hemos referimos en anteriores textos. Las presencias de los imperios en esas regiones de aguas turbulentas son históricamente conocidas. Los contactos comerciales conocidos desde tiempos de griegos y romanos. El comercio de sedas, té, porcelanas, opio han sido motivo de ingentes acumulaciones de capital. Las colonias y semi-colonias han impactado los escenarios internacionales. Los enfrentamientos entre imperios por el control de espacios y rutas comerciales se han conocido desde que la Compañía Inglesa de las Indias Orientales expulsaran las tropas francesas y holandesas de las costas del sub-continente de la India. El caucho explotado por holandeses en Indonesia fue motivo de la primera huelga de trabajadores del caucho en una semi-colonia cual fuera motivo de importantes discusiones entre Vladimir Ilich Lenín y M.N.Roy.
Pero en todos esos escenarios la Historia occidental poco o nada nos ha referido a una realidad aún presente en todas esas zonas meridionales de Asia, sociología que también se la conoce en las zonas orientales del continente asiático, es decir, sobre costas chinas. Esas realidades se refieren, específicamente, a los denominados como "piratas" dedicados, con toda la seriedad posible, a su profesión de pirata aún en activo, fundamentalmente, en la ruta del estrecho de Malacca. Pero hay otra realidad sociológica de poco o ningún conocimiento referido al "pueblo hakka", los denominados por los occidentales como los "judíos de China". Nos explicamos.
El pueblo hakka no es una minoría sino forma parte del pueblo chino. Su origen, discutido, provendría de la región de la actual provincia de Shaanxi obligándolos a ser trashumantes hacia las regiones sur-oriental-costeras de China y de ahí se irían trasladando hacia la isla de Taiwan, al archipiélago de las Filipinas, a Indochina e, incluso, al archipiélago de Indonesia (se estarían cumpliendo más de 600 años de la presencia del almirante Zhenshen en Indonesia en este mes de julio, 2016), dedicándose al comercio, contrabando, secuestros, controlando el tráfico marítimo de toda esa amplia región oceánica.
Con ello mantendrían el control sobre espacios marítimos chinos, mantendrían un equilibrio, entente, con el imperio chino de turno, serían factor fundamental en las relaciones entre los pueblos circundantes y el pueblo costero chino, e impulsarían el comercio bilateral. Su realidad y su importancia fueron vitales para el mantenimiento de la colonia británica de Hong Kong inmediatamente posterior a la firma del Tratado de Nanking cuando los habitantes de "la roca", como era denominada la isla de Hong Kong, eran habitantes del pueblo hakka. Aquellos acuerdos les permitirían a los británicos desarrollar un comercio del opio indio gracias a los denominados "compradores", miembros de la comunidad hakka.
Es decir, el pueblo hakka, probablemente, junto a pueblos pesqueros de las zonas sur-orientales de China, mantuvieron el control absoluto de los mares orientales y meridionales de China por centurias. Es decir, el argumento del Tribunal de La Haya donde se refiere a la no existencia de documentación histórica sobre los derechos históricos de China sobre el Mar del Sur de China es una decisión más cercana a intereses imperiales del capitalismo global que de estar apegados a una decisión jurídica equilibrada, objetiva, histórica y real.