La derecha internacional está de plácemes porque ha logrado triunfos electorales legítimos, e imposiciones políticas aunque sea pisoteando la institucionalidad. Con disposiciones parlamentarias recuperaron el gobierno en Brasil, y desde Diciembre 2015 salió el socialismo peronista de los Kirchner, eligiendo un empresario de salvajismo político que mata de hambre al pueblo argentino. Democracia "impoluta" en Brasil apelando en ambas naciones a elevadas tarifas de electricidad, agua, salud, educación, impuestos y medidas neo liberales, ordenadas por Mauricio Macri y Michel Temer, colocando a su población al borde del abismo.
En Brasil el Congreso aprobó contra Dilma Roussef, disposiciones por acciones que no fueron ilegales con anteriores Presidentes. Un golpe parlamentario y luego elecciones llevaron la derecha al poder en Paraguay. Se confabulan y convencen a un vacilante gobierno en Uruguay, pretendiendo quitarle a Venezuela la Presidencia de MERCOSUR. No han podido completar la faena derechista en Ecuador y Bolivia, pese a triquiñuelas y campañas publicitarias amañadas, para sacar a Evo Morales y Rafael Correa.
En Venezuela fracasó el golpe de Abril 2002, ganaron con el engaño de "la última cola" confundiendo a los votantes el 6 de Diciembre 2015. No les funcionan actos programados contra la que llaman "dictadura de Maduro", y ruegan por la violencia. Torpes al comando del Poder Legislativo, la dirigencia opositora tampoco supo convocar a tiempo el referéndum, y andan enredados a tal punto que perderán el revocatorio en el 2017, enfrascados en riñas burocráticas, viajes de placer, negocios y corrupción personal o empresarial. La culpa no es de la estaca, si el sapo salta y se ensarta. Se recupera la revolución popular, sigue al mando el bolivarianismo nacionalista de Chávez y el socialismo Siglo XXI.
