Sería un error metodológico realizar un análisis lógico-formal tanto de un escenario, el colombiano, como del desarrollo de la "nueva política Obama" (JVR dixit) en función de los avances, fundamentalmente, ideológicos sin descontar las nuevas políticas militares de los EEUU de América en lo referente a la reingeniería no solo del sistema capitalista global, evidentemente controlado por Wall Street, como del concepto "imperialismo" en su actual escenario de "fase superior del imperialismo", como ya lo hemos propuesto en anteriores textos.
Nos expresamos en preocupación sobre las bases paradigmáticas de análisis porque los tiempos actuales se están desarrollando en función de lo que consideramos como un reordenamiento de los escenarios internacionales con tal agresividad que sí no mantenemos las atenciones apropiadas podríamos realizar análisis atemporales y, en consecuencias, limitados en función de los intereses nacionales venezolanos.
A título de ejemplo lo percibimos con la decisión del Senado norteamericano de, prácticamente, vetar el veto del Presidente Barack Obama sobre Arabia Saudita y las solicitudes de los afectados sociales por el "11 de septiembre" que buscan interponer una investigación judicial sobre las responsabilidades de Arabia Saudita en ese acto terrorista. Pero lo curioso se presenta en varias variables desde Arabia Saudita como son la intención de colocar en bolsa acciones de su empresa bandera petrolera en Wall Street como la aceptación de restringir la producción petrolera cual se junta con cierto acuerdo con sus enemigos teológico-históricos como es Irán. Es decir, algo está sucediendo en lo internacional que, evidentemente, nos está afectando profundamente.
Son dos escenarios, aparentemente, diferentes pero podría caber la inquietud de sí existe una relación directa e indirecta sobre la "paz colombiana" cuando de Colombia se trate y, en contrario, cómo podría afectar en la "nueva política Obama" el proceso de pacificidad en acto en la hermana República de Colombia. Es cierto que los tiempos son diferentes como los efectos directos también serían independientes de las bases colombianas controladas por norteamericanos. Es cierto que las presiones sobre los "desmovilizados" pero no "pacificados" en considerando que son dos conceptos diferentes junto a dos realidades profundamente sensibles, serán brutales a tal punto que "Timo" ha considerado que lo más prudente sería salir de la escena del proceso de referéndum para "seguir los desarrollos" desde La Habana, Cuba.
La prudencia vaya por delante independientemente que se supone que los apoyos por el "Si" sobrepasarán a los votos que obtenga el denominado "No". Pero no olvidemos que "…El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones…" y ya Uribe Vélez ha mandado un claro mensaje a sus acólitos cuando expresó que lo que se busca es "…meterme preso…", con lo cual ha querido decir que detrás de mi, siguen ustedes y eso es un claro llamado a la guerra no solo política.
En la acera de enfrente nos encontramos con la diatriba confrontacional entre Hillary Rodham Clinton y el señor Donald Trump. Quienes seguimos en su idioma original el debate pudimos percibir las calidades políticas de ambos actores políticos (sic). El señor Trump comenzó sus argumentos sobre su política económica de bajada de los intereses en función de los incentivos y la inversión privada pero dentro de los EEUU de América. En contraparte, la señora Clinton argumentó la tesis del 99% de la población. Escuchando ambos argumentos pudimos percibir y recordar aquella frase, precisamente, del señor esposo de la señora Clinton cuando expresó: "…es la economía, estúpido…". Es decir, ambos candidatos suscriben la reingeniería del sistema capitalista con, aparentemente, visiones diferentes. Pero lo interesante además de importante son las suscripciones del status quo del significado Poder estadounidense conjuntamente con expresiones de apoyo públicas que se manifiestan en "lo militar" norteamericano con las correspondientes consecuencias mundiales y con las suscripciones de los votantes urbanos de las costas este y oeste del territorio norteamericano cuando se les hace un llamado a que tienen que ir a votar y votar por Hillary Rodham Clinton, es decir, por la candidata Clinton quien, evidentemente, suscribe la "nueva política Obama" expresando, directamente, que se mantendrá dicha política en acto y, como consecuencia de su elección, entonces, la "doctrina Obama" contra Venezuela y la Revolución Bolivariana en el marco del "Decreto Obama" se mantendrá vigente y no será derogado como, también, no le será devuelta la base de Guantánamo a la República de Cuba. En el fondo, ese es el discurso oficial electoral de ambos candidatos.
¿Por qué traemos a colación lo inmediato anterior cuando tenemos sobre la mesa la paz colombiana? Sencillo, "…las bases, estúpido…las bases…".
Ustedes pudieran considerar que exageramos bien se les respeta sus pareceres y opiniones porque toda opinión, independiente de su contenido conceptual e ideológico, se la respeta como nos enseñara nuestro señor padre pero, al tiempo, como nos decía nuestro Comandante Chávez Frías, "…quien está picado de culebra cuando ve un bejuco, salta…".
No es la paz en Colombia lo que nos preocupa sino el contenido de la "nueva política Obama" en cuanto se refiere a dos escenarios concretos. En primer lugar, el proceso de incorporar de toda la América al proyecto cuestionado de la unión de toda la Región de Asia y el Pacífico como un todo sin fronteras conceptualmente incluyendo "lo militar".
En ese proyecto están incorporados los procesos de "golpes legislativos" (Paraguay, Brasil), de elecciones cuando las derechas obtienen el triunfo (Argentina, Perú), de acomodos dependentistas (Chile, Uruguay, México) y de gobiernos con debilidades estructurales en algunos países centroamericanos y caribeños.
En segundo lugar, el proceso de la "política diplomática" en el marco de la "geo-estrategia de la nueva geo-política-imperial-imperialista" como base fundamental de la "nueva política Obama", al ser observada y analizada, nos enseña, muestra y se expresa en toda sus dimensiones imperialistas tal como lo introdujimos más arriba, además que se estaría dirigiendo una política ideológico-militar de confrontación directa e indirecta contra Rusia y China (Siria, Ucrania. Países bálticos, etc.).
Debemos precisar que no nos estamos refiriendo a una guerra abierta, por ahora, entre los estados referidos pero si debemos preocuparnos cuando el Ministro de Defensa chino le ha comunicado a sus conciudadanos que deben "…prepararse para la guerra…". Pero, entonces, a cuál guerra se estaría refiriendo el señor ministro de defensa chino (https://www.rt.com/news/354454-china-sea-war-warning/). Otro de los países preocupados por dichas declaración fue el Japón cuando uno de sus fundamentales medios informativos se hizo eco de dicha declaración de la alta autoridad china. (http://www.japantimes.co.jp/news/2016/08/03/asia-pacific/china-must-prepare-peoples-war-sea-defense-chief-says/).
¿Qué significa este argumento en nuestro desarrollo? Acá llamamos a recordar la nueva reingeniería de la "Doctrina Monroe" donde se inscriben los escenarios políticos de recientes fechas que se han expresado en América Latina a las cuales nos referimos más arriba como paso fundamental en la globalidad significativa de la "nueva política Obama" del obligante control geo-político como geo-estratégico de la Región americana como un todo geográfico y, es de ahí, lo significativo del acercamiento agresivo hacia Cuba y a su gobierno como base fundamental de tratar de alcanzar acuerdos estructurales que permitan el desarrollo de esa "nueva doctrina monroista", como lo expone, claramente, la Canciller Delcy Rodríguez en sus participaciones internacionales.
Es decir, el análisis que se debe realizar va en dos vías: lo político, en este caso concreto, Cuba y la paz colombiana, y lo militar, como son la consolidación de la presencia militar norteamericana en América al sur del río Bravo y de la península de la Florida como lo venimos observando. Es evidente que para poder lograr consolidar esos escenarios son necesarias tomar en cuenta, claro, muy seriamente, dos escenarios: las relaciones del gobierno de Juan Manuel Santos, como vocero norteamericano en Colombia cuando Álvaro Uribe Vélez ya se le considera "incómodo" por sus relaciones con el paramilitarismo y el narco-tráfico, según Washington, y su compromiso con el proceso de poder alcanzar la incorporación de la insurgencia colombiana a escenarios normales de lo significativo de la Democracia en toda la amplitud de su significado conceptual.
El segundo escenario, es poder alcanzar un equilibrio con el Gobierno de la Revolución Bolivariana en detrimento de la oposición venezolana más radical con la finalidad de poder lograr acuerdos de mutuo beneficio ante los cuales, evidente y posiblemente, el Gobierno revolucionario venezolano pondrá sus cartas sobre la mesa como se manifestó con esa fotografía de la conversación del Presidente Nicolás Maduro Moros con el Secretario del Departamento de Estado norteamericano, John Kerry, independientemente de las contradicciones internas que se manifiestan en el seno del Departamento de Estado norteamericano que son, reiteradamente, contestadas por la Canciller Delcy Rodríguez con equilibrio y la vehemencia necesarias.
La paz colombiana, cuando entramos a considerar su proceso, será un proceso extremadamente traumático, evidente, pero progresivo y provechoso en considerando con la objetividad requerida las realidades sociológicas de los soldados desmovilizados, los lugares geográficos y las producciones agrícolas con las incorporaciones tecnológico-fabriles de alta tecnologías en considerando que serán los alimentos los rubros fundamentales de cara al futuro socio-económico global.
Apostemos por la sindéresis, por la doctrina jesuística de Francisco y la paz mundial.
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Texto escrito antes del referéndum colombiano de fecha 02, octubre, 2016