El venezolano Arturo Marcelino Sosa Abascal fue nombrado nuevo Superior General de la Compañía de Jesús. Graduado en Filosofía y doctorado en Ciencias Políticas, estuvo vinculado a grupos de la izquierda venezolana.
El papa negro con corazón rojo. Hombre de fe, muy inteligente, capaz, todo un intelectual, politólogo.
Llegó a ser investigado por su simpatía con el golpe encabezados por Hugo Chávez. Crítico del gobierno de Chávez y del presidente Nicolás Maduro y, fue Intimo amigo de Chávez, tal como lo revela el comandante presidente en los medios: "Primero invoco a Dios, al padre Arturo Sosa, a Dios y a todos los santos, padre, mandemos la bendición y a todos los santos, para que aquí no vaya a pasar nada grave" esto por cadena de Medios el 11 de abril.
Se ha distanciado tiempo hace del chavismo. Desde la rectoría de la UCAT dice: "Quince años de gobierno chavista no han logrado establecer las bases de una nueva legitimidad política, ni la del chavismo ni otra. Entonces, me refiero a este régimen como un sistema de dominación, no como un sistema legítimo".
Su liderazgo como fiel seguidor de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús es indiscutible.
Desde la Revista SIC del Centro Gumilla manifestó su apoyo a la Asamblea Nacional Constituyente, iniciativa aupada por Chávez. Arturo Sosa hacía trabajo de base en los barrios de Caracas, escribía volantes y se opuso intensamente a la reforma económica que impulsó el presidente Carlos Andrés.
Hijo de una familia adinerada, su padre fue repetidas veces ministro de Hacienda y durante el gobierno del presidente Luís Harrea C. padre del famoso RECADI.
Arturo Sosa El papa negro con pasado escarlata, es autor de una veintena de títulos. El mejor general que podía elegir la Santa Sede.
Por su porte y aspecto distinguido, y rostro tan parecido a Jorge Negrete, habrá hecho suspirar a más de una Magdalena en sus días juveniles.
Desde está página escrita en Aporrea, su autor le desea al general Jesuita, éxito en su gestión, y que la paz y el entendimiento ilumine su tropa. Como hiciera hace 500 años San Ignacio de Loyola guiado por la mano de Jesús.
