El premio Nobel de la paz, el estadounidense y ex presidente (suena bien): Barack Husseim Obama, en un gesto desesperado ante su ida, demuestra una vez más, cuán grande es su odio hacia la gran potencia Rusia, tal cual lo informa Russia Today por estos días de finales de mandato de ese "líder del mal": "En total EEUU planea llevar a Europa Oriental 87 tanques Abrams M1A1, 20 sistemas de artillería Paladín y 136 vehículos Bradley en esa operación, según Reuters. 4.000 militares estadounidenses se repartirán entre Polonia, Bulgaria, Rumania y los países bálticos, donde permanecerán de manera rotativa…" La respuesta de la diplomacia rusa, no puede ser más elocuente, ante tamaña agresión: "Con tales declaraciones, el secretario general de la OTAN demuestra la naturaleza agresiva de esta organización", respondió el portavoz del Kremlim, Dimitri Peskov, que añadió que no hay que olvidar que la alianza atlántica "no fue creada para mantener la paz, sino para realizar acciones agresivas".
Fue, por intermedio de la OTAN, que EEUU desbastó "humanitariamente" las poblaciones de Irak, Afganistán, Libia y Siria, ésta última, con su variante de ejército mercenario sustentado en el Estado Islámico, lo cual dice mucho de lo que es capaz de hacer esa alianza militar para lograr sus pretensiones de dominación planetaria y saqueo de las riquezas de los pueblos objeto de su destrucción. Para muestra, evaluemos su actuación contra la población de la extinta Yugoslavia, objeto de fuertes bombardeos que duró 78 días, entre el 24 de marzo y el 10 de junio de 1999, tiempo en el cual, la OTAN lanzó un total de 2300 misiles contra 900 objetivos y 14000 bombas sobre el territorio yugoeslavo. Un país que se desintegró tras una serie de conflictos étnicos entre los años 90 y 1999. Conflicto tras el cual, siempre estuvo la mano visible del imperialismo de EEUU. Amnistía Internacional, ha sido clara en sus conclusiones de un Informe del año 2000, denominado: "La OTAN en la República Federativa de Yugoslavia. ¿Daños colaterales u homicidios ilegítimos? Violaciones del derecho en los conflictos armados cometidas por la OTAN durante la Operación Fuerza Aliada", ante esa guerra de intervención imperialista, AI llega a la conclusión que "las fuerzas de la OTAN cometieron graves violaciones de las normas del derecho de guerra y causaron, en diversos casos, homicidios ilegítimos de civiles". Según cifras estadounidenses, las fuerzas de la OTAN, acantonadas en Afganistán, de enero a julio 2009, asesinaron entre 520-630 víctimas civiles, no combatientes. En mayo de 2011, ante las protestas del pueblo afgano contra la OTAN, fueron reprimidas por esa fuerza criminal dejando un saldo de 12 muertos y 80 heridos. Allí, los derechos humanos no cuentan, se reducen a solo "daños colaterales". Según datos de la Misión de Naciones Unidas en Afganistán, en 2010, totalizaron 2.777 civiles resultaron muertos por las fuerzas otanistas, cuyo resultado no ha sido otro sino las disculpas públicas de los comandantes y secretarios de defensa de los EEUU.
En conocimiento de los crímenes de guerra de la OTAN, su compromiso en el fomento de la guerra en Europa, Medio Oriente y África, resulta inexplicable esa aspiración de un país, que apenas inicia el camino hacia su paz definitiva, tras más de medio siglo de guerra interna, como es el caso de la vecina Colombia. En 2013, el presidente Santos anunció su deseo de incorporación a la Alianza Atlántica: "Este mes que comienza, el mes de junio, la OTAN va a suscribir un acuerdo con el Gobierno colombiano, con el Ministerio de Defensa, para iniciar todo un proceso de acercamiento, de cooperación, con miras también a ingresar a esa organización", así anunciaba su eufórico deseo el presidente Santos. Ante las críticas de sus países vecinos, el entonces ministro de defensa del gobierno colombiano, Juan Carlos Pinzón, respondía: "Así como en otros aspectos, el país está pensando en grande en materia de seguridad también", rindiéndose en elogios a la maquinaria belicista otanista, allí "están los grandes estándares de legitimidad y de buenas prácticas en materia militar". En 2013, el presidente Santos suscribió un acuerdo que se limitó a establecer formas de cooperación "para intereses comunes". En 2014, el Congreso de la República de Colombia avaló dicho acuerdo de cooperación firmado el 6 de junio de 2013. A finales de 2016, el presidente Santos anuncia que la OTAN aceptó un acuerdo en materia de cooperación militar, solicitado por el gobierno colombiano, enfatizando Santos que: "el objetivo lo tenía desde que era ministro de la defensa, radicamos la solicitud hace nueve años para hacer un convenio de cooperación que es la máxima instancia que tiene la OTAN". De la mano del gobierno colombiano, aterrizará en nuestro continente la Alianza guerrerista de la OTAN. Obviando, el gobierno de Santos, sus compromisos a favor de la promoción de la Paz, consagrado en convenios suscritos por dicho gobierno en foros como la UNASUR, la CELAC y el Movimiento de Países No Alineados, en especial, este último movimiento de países, ya que la sola suscripción de un acuerdo con la OTAN excluiría, de hecho, la pertenencia de ese vecino país en tal instancia de cooperación, como bien ha expresado nuestra Cancillería, pues tal anuncio: "desvirtúa los principios de Bandung que dieron origen al Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), que prohíbe expresamente a sus Estados Miembros formar parte de alianzas militares". Con dicho acuerdo, el gobierno colombiano coloca al vecino país, como potencial promotor de la guerra en nuestra Suramérica, convirtiéndose en un eventual riesgo de confrontación bélica para nuestro país, razones todas, más que justificadoras del Comunicado del 29 de diciembre de 2016, emanado de nuestra Cancillería: "Es altamente alarmante que se recurra a la OTAN, a sus nefastas credenciales de graves y masivas violaciones a los derechos humanos, y que cuenta además con tecnología y capacidades nucleares, para "modernizar" las fuerzas armadas colombianas y combatir el crimen organizado transnacional". El gobierno de Santos, nos obliga como pueblo de Libertadores, a potenciar nuestro Poder Militar. Fortalecerlo y mantenerlo a tono, ante la amenaza inminente en que se convierte la presencia de la OTAN en nuestra frontera occidental. Si queremos y deseamos la Paz de la República, debemos estar preparados para la guerra.
La amenaza colombiana no se restringe al ámbito militar, las recientes medidas tomadas por el camarada Presidente Maduro en el ámbito económico: desmonetización del billete de 100, el cierre de la frontera, la apertura de casas de cambio y gasolineras fronterizas a costo del combustible por debajo del precio en Colombia, 69 pesos el litro, han dejado en evidencia que detrás de dichas actuaciones contra la patria de Bolívar y Chávez, ha estado el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Que, cuando hablamos de mafias y paramilitares, nos hemos estado refiriendo es, a los funcionarios del gobierno colombiano pues no han sido otros, quienes en estos últimos años, han estado atacando implacablemente nuestra economía desde los cambistas paramilitarizados fronterizos y el Banco de la República de Colombia, articulados –cual se tratara del Estado Islámico en Siria- para dejar a la Venezuela Bolivariana sin sus billetes de 100. Ahora, que el Gobierno Bolivariano del camarada Maduro ha anunciado la apertura de Casas de Cambio en Táchira, asimismo estaciones de venta de combustible venezolano a precios por debajo de su venta al otro lado de la frontera; el gobierno colombiano, aduciendo un supuesto control de las bandas contrabandistas fronterizas, impide la entrada de vehículos provenientes del vecino país y requeridos de llenar sus tanques de gasolina a precio justo y cancelado a la moneda del vecino país (pesos colombianos) y/o dólares. Con los pesos que se cancelaría ese combustible, se nutrirían las casas de cambio en Táchira. En una segunda decisión, emanada de la cancillería colombiana, se denota el carácter delictivo del gobierno de Santos al proponerle a nuestro Gobierno Bolivariano que permita se cancele en bolívares la gasolina en las estaciones de Táchira; con lo cual, procuran a los cambistas una vía expedita para deshacerse de los millones de billetes de 100, que fueron reteniendo en el Banco de la República de Colombia, con una finalidad desestabilizadora y, en procura del golpe monetario de finales de año.
El mal vecino, es una cualidad propia al instinto santanderista de los gobiernos que les ha tocado padecer al digno pueblo colombiano. El cuento tiene historia, ya nuestro Libertador Simón Bolívar al General José Antonio Páez, el 14 de abril de 1827, informándole de la maldad de Santander y sus aliados: "Al fin se han realizado mis ideas con respecto a Bogotá y a aquello que tantas veces he dicho a Vd. con respecto a Santander. La perfidia y la maldad de este hombre ha llegado a tal extremo, que ha soplado la discordia entre venezolanos y granadinos en el ejército colombiano del Perú…" […] "El principal motivo que han tenido los señores de Bogotá para causar este desorden en el ejército colombiano, ha sido la unión que hemos formado Vd. y yo y el no haber destruido a los amigos de Vd. Ellos (los de Bogotá) todo lo hacen por mantenerse en la administración y sembrar la guerra entre venezolanos y granadinos…" […] "La Providencia misma no puede permitir que el robo, la traición y la intriga triunfen del patriotismo y de la rectitud más pura. En vano se esforzará Santander en perseguirme: el universo entero debe vengarme, porque no hay un punto donde hayan llegado las noticias de nuestros servicios y sacrificios, que no tenga partidarios de nuestra causa. Si los traidores triunfan la América meridional no será más que un caos; pero, a la verdad, yo no concibo tal triunfo. Unos viles ladrones no pueden formar una masa capaz de combatirnos. Además, Venezuela es un erizo y mi nombre un talismán…" Un año con sus meses, después, el 25 de septiembre de 1828, el propio Libertador percibiría en carne propia cuán dañina puede ser la maldad de Santander. En el Palacio de San Carlos de Bogotá, donde se alojaba; mientras dormía, en horas de la madrugada, un grupo de 200 conspiradores intentarán asesinarlo siendo avistado por Manuela Sáenz, quien convence al Padre Libertador Simón Bolívar de escapar y huir por la ventana. El 7 de noviembre, el General Rafael Urdaneta sentenció a la pena de muerte al traidor de Santander. El Padre Libertador, conmutó la pena a Santander por el exilio perpetuo.
Los herederos de Santander: Pastrana, Gaviria, Uribe y Santos, conspiran contra la unidad latinoamericana y caribeña, tan igual que en el pasado lo hiciera Santander contra el Congreso Anfictiónico de Panamá, instancia mediante la cual, el Padre Libertador Simón Bolívar intentaba unir toda la América en una sola confederación, excluyendo a los EEUU, por considerarlo un enemigo potencial. Contrariando a Bolívar, e inaugurando la tradicional abyección de nuestras burguesías, Santander le comunicó al Padre Libertador: "he creído muy conveniente instar a los Estados Unidos a la Augusta Asamblea de Panamá en la firme convicción de que nuestros íntimos aliados no dejarán de ver con satisfacción el tomar parte en sus deliberaciones de un interés común a unos amigos tan sinceros e ilustrados". Síntoma de cuán arrodillados han estado en toda su historia, la élite gobernante colombiana, a los nefastos intereses estadounidenses; tanto que, en su seno territorial, han permitido la permanencia de siete bases militares gringas y ahora, intentan engranarse a la maquinaria bélica más bárbara que ha existido en la historia de la Humanidad. Con un vecino tan malo, para qué enemigos…
Caracas, 08-01-2016