Un momento estelar vive la historia de la Humanidad, somos testigos de un hecho que ha tardado siglos en hacerse realidad, el declive de un imperio. No se trata de cualquier imperio, sino del más bárbaro y terrorífico que haya registrado nuestra historia, el imperio de los EEUU. Ya en 2008, el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU, proyectaba el futuro del cual hoy somos testigos excepcionales en uno de sus periódicos informes futuristas Tendencias Globales 2025, lo siguiente: "la transferencia de riqueza y de poder económico globales que tiene lugar, a grandes rasgos, de Occidente a Oriente y sin precedentes en la historia moderna, como factor primordial en la decadencia de la fuerza relativa de EEUU –incluso en el campo militar". Previendo los analistas del Consejo, un aterrizaje prolongado, por no decir, una agonía prolongada, muy suave de la preeminencia global estadounidense, albergando la esperanza que de alguna manera EEUU "retendría capacidades militares singulares" durante algunos años que les permitan proyectar "poder militar globalmente". Tres son los síntomas que expresan -crudamente la realidad del moribundo imperio: 1. La pérdida de su influencia económica global, lo que se refleja en la disminución de su parte en el comercio internacional; 2. La decadencia en innovación tecnológica y, 3. El fin del estatus del dólar como moneda de reserva planetaria. Por lo demás, otra expresión dramática de lo hasta aquí afirmado, bien podemos constatarlo en el mundo multipolar que cada día cobra mayor expresión en el protagonismo internacional, que han alcanzado países como China, Rusia, Irán, India e incluso, nuestra Venezuela Bolivariana.
Otro síntoma espeluznante de la agonía imperialista de los EEUU, sin duda, lo constituye la reciente elección a la presidencia del imperio del empresario Donald Trump. Este solo hecho, ha incrementado los pronósticos negativos sobre la sobrevivencia de la potencia del norte, tal es el caso del sociólogo y matemático noruego Johan Galtung, quien ha pronosticado que dicha debacle ocurrirá en 2020, como consecuencia de las decisiones del presidente Trump, a partir de lo cual, EEUU, dejará de ser potencia de referencia. No por casualidad, un grupo de 33 psiquiatras estadounidenses en senda carta pública con fecha 13-02-207, dirigida al New York Times, alertando al público sobre la salud mental del nuevo presidente de EEUU, resaltando en la misma: "El discurso y las acciones del señor Trump demuestran una incapacidad para tolerar opiniones diferentes de las suyas, lo que le lleva a reacciones de rabia. Sus palabras y conductas sugieren una profunda incapacidad para sentir empatía. Los individuos con estos rasgos distorsionan la realidad para adaptarla a su estado psicológico, atacando a los hechos y a quienes los transmiten (periodistas, científicos). En un líder poderoso, es probable que estos ataques aumenten, ya que su mito personal de grandeza parece que se confirma. Creemos que la grave inestabilidad emocional indicada por el discurso y las acciones del señor Trump lo hace incapaz de servir con seguridad como presidente".
Otra característica de Trump, muy propia de quienes han sido presidentes del imperialismo estadounidense, es la descrita por el senador por Vermont, Bernie Sanders, quien sentencia: "No soy el único en decirlo, hay republicanos que también lo dicen. Estamos lidiando con un hombre que en muchos aspectos es, cómo puedo decirlo..., un mentiroso patológico. Tengo muchos amigos conservadores con los que a veces no concuerdo, pero no son mentirosos. Pero una y otra vez él dice cosas que claramente no son ciertas". En la misma tónica de Sanders, el periodista del Times, Mark Singer quien estuvo acompañando a Trump durante tres meses y escribirle el libro: "El Show de Trump", lo describe en los mismos términos: "Donald Trump miente todo el tiempo", afirmando a continuación: "Trump no tiene idea de lo que es la honestidad, sus palabras carecen de profundidad", definiéndolo como un sociópata. Sobre la base de una mentira, la existencia de supuestas armas de destrucción masiva, su antecesor y miembro del partido Republicano, el alcohólico y tóxico ex presidente George W. Bush, propició el mayor genocidio de nuestra historia contemporánea, expresado en la invasión imperialista contra el pueblo de Irak. Según sus palabras, porque así se lo pidió Dios, con quien hablaba. Mientras, otro presidente de ese mismo imperio, Barack Obama, sobre la mentira de llevar la democracia al Medio Oriente creó, financió y entrenó militarmente al ejército de mercenarios más bárbaros que haya conocido nuestra historia, el Estado Islámico. No se equivocó V. I. Lenin en su caracterización del capitalismo, describiéndolo como el horror sin fin. Dijo, una gran verdad que la posteridad se encargó de confirmar.
La inmoralidad y el doble rasero, son las características formas como EEUU trata los problemas del mundo, en resguardo de sus intereses imperiales. Cuando reclama a otros gobiernos, no ser tolerantes con el consumo de drogas y se da el tupé de sancionar países por no ser consecuentes con su falsa doctrina, no se autocritica por lo poco que se hace en la potencia del norte por dejar de ser el primer consumidor de drogas del planeta y el primer productor de marihuana. Ocultan, los gobiernos de EEUU, su complicidad con los países productores de drogas como Colombia y Afganistán, quienes, por cierto, no se les toca ni con el pétalo de una hoja de coca. En contradicción, apuntan sus responsabilidades hacia terceros países, más bien víctimas de las plantaciones de drogas para sustentar el alto consumo de la población estadounidense y garantizarle a las élites económicas gobernantes en los EEUU, sus millonarios ingresos que deja la comercialización de la droga en territorio estadounidense, estimadas por analistas independientes en 500 mil millones de dólares anualmente. Según el cártel de la DEA, agencia "antidroga" de EEUU, un kilo de cocaína en Tijuana, México, cuesta unos 10 mil dólares, pero al cruzar la frontera a San Diego, California, a pocos kilómetros de distancia su precio ya se duplica a 20 mil dólares. Si su destino final fuese Chicago o Nueva York, su precio se triplica superando los 30 mil dólares. Eso dice mucho sobre quién sería el beneficiario final de la producción de narcóticos en el mundo. En el caso del opio, Afganistán se constituye en la clave para comprender las razones de la invasión imperialista a ese país. Según informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), indica que "la producción de opio ha aumentado un 10 % con respecto a 2015 en el que se cosecharon unas 3 mil 300 toneladas de heroína" con las cuales, infectan y contaminan al pueblo y la juventud europea y rusa. Se olvidan de mencionar en dicho informe, que si antes eran los talibanes quienes prestaban seguridad a los productores de la droga, en el Afganistán post invasión; dicha tarea, la cumplen ahora, las fuerzas invasoras pertenecientes al ejército imperialista de los EEUU. Se trata de un negocio, cuyas ganancias anuales son estimadas en unos 50 mil millones de dólares anuales. Según una investigación realizada por el canal de televisión ruso: Vesti, la heroína afgana sale de Afganistán a bordo de aviones estadounidenses de carga militar. Por su parte, el periodista estadounidense Dave Gibson de NewsMaz, ha citado una fuente anónima de los servicios de inteligencia de EEUU, afirmando que: "la CIA siempre ha estado involucrada en el tráfico mundial de drogas, y en Afganistán simplemente llevan a cabo su negocio favorito, como hicieron durante la guerra de Vietnam".
La situación en Colombia, no es para nada distinta, solo que en ese país suramericano, el imperialismo tuvo que construir siete bases militares para garantizarles seguridad a los productores de la droga que consume el público estadounidense que, en mucho, mueve la economía colombiana y, muchísimo más, a la estadounidense. Por cierto, por estos días de comienzos de año, se ha hecho pública una noticia que ha movido bruscamente los cimientos de la política "anti" drogas del imperialismo. Tanto el narcotraficante y jefe paramilitar colombiano, Pablo Escobar como su lugarteniente Henry de Jesús López Londoño, alias "Mi Sangre", eran funcionarios de agencias de inteligencia estadounidense y realizaron labores encubiertas para ellas. Específicamente, a Escobar se le vincula como funcionario de la CIA y la DEA, según ha hecho público su hijo Juan Pablo Escobar. Mientras que, alias "Mi Sangre" es funcionario de la DEA. Ratificando el hijo de Escobar, lo ya dicho antes que "siendo riquísimos los narcotraficantes latinoamericanos, son los más pobres en la cadena de narcotráfico ya que si ganan un millón, es porque cuatro se llevan los norteamericanos involucrados en el negocio. Así funciona la ecuación y ese dinero nunca viene a Latinoamérica, se queda en el sistema financiero estadounidense".
La reciente agresión a nuestra Patria, por intermedio del camarada Vicepresidente Tareck El Aissami solo pretende ocultar una realidad cada vez más inocultable y que desnuda la naturaleza inmoral de un imperio decadente: el gobierno de los EEUU, sus agencias de inteligencia, su Complejo Industrial Militar, se nutren y prostituyen del negocio de la droga a nivel global. Tal afirmación, se desprende de las investigaciones llevadas a cabo por el periodista ruso Daniel Estulin quien recordó que: "de acuerdo con una investigación del Congreso de Estados Unidos que se llevó a cabo en 2001, los bancos estadounidenses y europeos, blanquean al año entre 500 mil millones y un billón de dólares del crimen internacional, la mitad de los cuales los lavan en solitario los bancos de EEUU. Se estima que la mitad de ese dinero viene a Norteamérica. En otras palabras, durante los años 90, los bancos de EEUU lavaron entre 2,5 y 5 billones de dólares a través de los circuitos financieros estadounidenses. El lavado de dinero es tan importante que "sin su dinero ilegal, la economía de EEUU se hundiría. Por lo que se sabe, la deuda nacional de Norteamérica es de casi 18 billones de dólares. Ahora, comparémoslo con la cantidad de dinero lavado, que oscila entre los 250 y los 500 mil millones de dólares al año. El dinero sucio cubre parte del déficit estadounidense en su balance de comercio. Sin el dinero sucio las cuentas externas de la economía de EEUU serían totalmente insostenibles, los estándares de vida caerían en picada, el dólar se debilitaría, la inversión disponible y el capital se reducirían y Washington no sería capaz de sostener su imperio global". Sin duda, el narcotráfico es un gran negocio para la élite gobernante en los EEUU.
El colmo de la falsedad imperialista y del gobierno de Trump, lo constituye esta medida de sancionar funcionarios públicos venezolanos y, con ello, nuestra Patria. Por lo demás, el hecho de que el lobista que mandó la oposiMUD a los EEUU a trabajar en función de obtener esa respuesta agresiva no fuere otro sino el dipusurpador Freddy Guevara, quien en el programa 7 Preguntas, manifestó sin pudor alguno ante los televidentes, su deseo a favor de la legalización de la marihuana, admitiendo ser consumidor y haciendo la salvedad: "no me meto vainas raras, yo solo fumo marihuana". Ni las apariencias guardan en Washington, pues tan sencillo como que gritarán desde el norte: "con nuestro marihuanero no te metas". ¡Tareck y la Patria Bolivariana vencerán! ¡Estamos venciendo!
Caracas, 15-02-2017