No es nueva esta embaucadora estratagema que busca un culpable, o un pretexto para justificar acciones agresivas contra quien, o quienes son una "amenaza". Por ejemplo los cristianos fueron considerados esa amenaza para el imperio romano, y por ello se desató una persecución implacable contra ellos. Lo mismo, miles años después, otro imperio, el norteamericano encontró a su enemigo perfecto en los musulmanes, que les sirvió cínicamente para saquear su petróleo.
En el caso de la presidente Bachelet ha puesto también en marcha una estratagema similar. En primer lugar para crear un clima beligerante contra Bolivia, a partir de la detención de los nueve funcionarios de ADUANAS (como otros hecho similares; ya sea como el retiro de la bandera boliviana del consulado en Chile; como la detención y expulsión de dos periodistas del canal estatal de Bolivia); como también su estratagema está orientada a la vez para opacar la baja popularidad que hoy el gobierno de Bachelet cuenta.
Y es que con un ¡23% de aceptación! del gobierno de Bachelet, es la razón urgente por la que hoy Bolivia necesita ser el explícito chivo expiatorio para Chile; y qué mejor que en un país donde siempre se ha exaltado un patriotero poderío, como una animosidad bélica. Y precisamente haciendo alarde de ese ímpetu se ha apresado a los nueve bolivianos, o han bajado la bandera, o han expulsado a los dos periodistas bolivianos. Claro que estas son muestras de una desesperada torpeza; tal como se ha empezado a percibir las desinteligencias entre la cancillería chilena y el ministerio del interior; precisamente por el operativo de la detención de los funcionarios bolivianos.
Estas desinteligencias son las que están retratando no sólo el bajo nivel de credibilidad del gobierno de Bachelet; si no la falta de cohesión y apoyo a las políticas de su gobierno -no en vano se acaban de realizar gigantescas manifestaciones contra el sistema actual de pensiones en las narices de la Moneda- que no acaban de generar adhesiones; o están muy lejos de lograrlas.
Vale decir que Bachelet externamente ha tenido el exabrupto de buscar un chivo expiatorio para tapar su fracaso interno. No en vano el presidente Evo Morales ha manifestado que: "la diplomacia chilena se cae pedazo a pedazo".
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