Los izquierdistas mueren de pie cuando jamás se doblegan ante gobiernos y explotadores

1. Falleció mi amigo Tulio Morales (Nahún Solano). Me lo encontraba siempre en reuniones diversas, pero obvio buscando que la izquierda se organice para salir a las protestas callejeras contra la explotación, la miseria, la opresión. Sólo sabía de él por amigos, por sus breves discursos en reuniones y por las invitaciones que me enviaba por Internet para asistir a diferentes encuentros. En las últimas reuniones que estuve un rato junto a él fue en la escuela Normal de Ayotzinapa menos de un mes de que desaparecieran a los 43 estudiantes, y en una reunión –acerca de "Volver a Marx"- en mayo de 2015, en el sindicato de telefonistas. Hablaba poco porque siempre estaba muy atento y haciendo sus notas.

2. Mi amigo René Torres, profesor por muchos años del Poli -con aviso de cese por participar con los estudiantes que luchan por la democracia y la libertad- me ha comentado que Tulio (el activista) vivió y murió muy jodido económicamente. La realidad es que no estaba enterado que había egresado de la escuela de Economía del Poli y que por dedicarse a la lucha política: distribuyendo periódicos, documentos para discutir y andando en reuniones políticas, no tenía lana para vivir. Además de los miles de millones de pobres y miserables, de los millones que mueren en el mundo sin alimentación, también nuestros camaradas que luchan mueren como todos los comunistas, de pie.

3. ¡Qué fácil pudo ser para Tulio Morales olvidarse de su conciencia social y doblegarse ante el presidente Zedillo y su esposa que fueron estudiantes –quizá de su generación- de la escuela de Economía del Poli! Pero la conciencia social, para un izquierdista radical, siempre es superior a todo porque ella define a los seres humanos históricamente. No supe si Tulio tuvo hijos y, aunque no, es muy importante conservarse muy honesto o, como se dice, "sin tener cola que le pisen". Si Tulio –como casi todos los políticos de derecha y centro- se hubiese vendido, no lo tomaríamos en cuenta porque sería una víctima más del sistema capitalista que para no morir de hambre se ve obligado a entregarse a su verdugo.

4. Pero algo que le escribí al profesor René fue la idea que tenemos muchos izquierdistas sobre los seres humanos. Aprendí en el marxismo de mi tiempo (muy stalinista) que la lucha de los trabajadores debe ser contra la explotación empresarial, contra la miseria, el gobierno, el Estado, el imperialismo; que los problemas individuales, personales, privados, eran muy secundarios; que en las batallas hay que partir de problemas concretos, directos de los trabajadores, pero que hay que comprender que aunque se consigan más salarios y más derechos, éstos desaparecerán si la clase dominante conserva el poder; que ningún aumento salarial sirve porque al otro día los artículos suben de precio; que lo único que vale es la experiencia que se obtiene en la lucha.

5. Por ello muchos izquierdistas como Tulio –que ponen en primer lugar la lucha revolucionaria- viven muy jodidos y (lo peor) es que sus camaradas –que no miran los problemas individuales- ni se enteran. Cuando se pertenece a algún partido político con poderosos subsidios y estructura esto no sucede porque siempre hay dinero para quienes dedican su tiempo para proselitismo; pero cuando se es un luchador libertario perteneciente al movimiento social general –que no pertenece a ninguna puta burocracia- se les abandona por no militar en partidos o sindicato; incluso, ni los dejan estar "por no ser delegado credencializado".

6. Para mí Tulio era tímido, silencioso, pero siempre hablaba acerca de los avances y retrocesos del movimiento social. Era muy cercano de amigos maoístas, pero sólo lo conocí como activista. Yo siempre he tenido el defecto o la virtud de saber ubicar a los militantes políticos desde el inicio de sus discursos. Quizá fue mucho de nuestro aprendizaje de los años sesenta y setenta en los que había –con su respectiva publicación mensual- maoístas, trotskistas, guevaristas, PC oficiales, stalinistas, anarquistas, espartacos y hasta claros agentes del gobierno que hacíamos correr en los actos políticos. Al parecer Tulio Morales, según mis compañeros de CCH "Colectivo Oriente Rojo", también hizo mucha causa común con ellos. (21/IV/17)



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Pedro Echeverría


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