1. ¿Reconocer que Morena y López Obrador realizaron un gran mitin de masas hoy domingo y lograron la firma de decenas de representantes de organizaciones, eso me hace "amloísta"?; y al contrario, ¿escribir que abrir de par en par las puertas de Morena a "todo el mundo" puede convertir a Morena en un partido oportunista más, es ser "antiamloísta"? ¿Opinar que AMLO es el político que durante 15 años ha visitado seis veces todos los pueblos de México y que merece ganar, es ser su seguidor y, al contrario, explicar que le será muy difícil gobernar frente el gran poder de la clase dominante si no hay movimiento de masas, eso es criticar y desanimar?
2. Hace dos semanas dogmáticos seguidores de Morena me acusaron de criticar a Carrillo Puerto, de una posición crítica sobre la Guerra de Castas y de no ser confiable por algunas críticas a López Obrador. Hace unos días un amigo que admiro por su destacado periodismo, me pidió que no le envíe más mis artículos porque me he convertido en "pejista". Una de dos: O no explico bien dándome a entender mi posición crítica, escéptica, un poco pesimista, o quienes me critican adoptan dos posiciones extremas: seguir fielmente, con los ojos cerrados, a AMLO, unos, y mandar al carajo –también con los ojos cerrados- al electoralista AMLO.
3. Para mí, ser crítico en política no es, de ninguna manera, ser imparcial, ser neutral, "darle la razón a quien la tiene" o ser simplemente criticón; nada de eso. Ser crítico es ir a la raíz de los problemas a partir de la lucha contra la explotación, la opresión, la desigualdad, el capitalismo. Mi posición crítica parte de lo que Marx llamó la lucha de clases que es una concepción determinante de principios y de método para comprender muchos problemas. En política, economía, sociedad, ideología, no se puede estar con las clases dominantes sino con los sectores mayoritarios de la población, que siempre son los oprimidos.
4. Participé en 1988 en las batallas cardenistas contra el fraude electoral, al otro día del levantamiento zapatista de 1994 viajé a San Cristóbal para apoyar al EZLN, fui parte de la caravana zapatista San Cristóbal-CDMX, estuve en los mítines contra el desafuero de AMLO, en las batallas de la CNTE apoyando, en caravanas de Sicilia, siempre ayudando, pero nunca he dejado de ser crítico de cada uno de esos movimientos y protestas. Una posición crítica de izquierda radical nunca se subordina a directrices de un partido, pero tampoco manda al carajo totalmente alguna batalla de trabajadores. Hay que apoyar con fuerza todas las luchas de los explotados, pero también hacerles las críticas necesarias.
5. López Obrador ha dicho varias veces y ayer lo repitió: "Esta batallas de Morena no son por cargos de gobierno, sino por transformar a México". Sería necesaria una explicación porque si gana la Presidencia tendrían que nombrar cientos de miles de cargos para garantizar el funcionamiento del país; podrían ser con muy bajos salarios, temporales, comisionados, pero serían encargados en "cargos". El otro sentido sería que los "cargos" vendrían después de luchar sin ambicionarlos, por necesidad sin pedirlos. De todas maneras, repartir cargos es muy difícil por aquello de las ambiciones que el capitalismo ha creado y hasta parecen "naturales".
6. Para "transformar la sociedad" –como señala AMLO- se necesita enterrar una serie de costumbres y tradiciones que vienen de lejos, siendo la peor el individualismo, esa costumbre que no toma en cuenta a los demás y que enseña que hay que tener poder y riquezas porque con ellos se logra todo. Por ello, por conocer otras experiencias en política, economía, en la sociedad –buscando siempre el beneficio para los explotados y oprimidos- ayudo en las batallas al lopezobradorismo, pero también me preparo para combatirlo en caso de que falle y no permita el avance de las luchas sociales para transformar en serio la sociedad. (4/IX/17)