(NOTA: Este largo artículo –ahora presentado en siete partes- fue originalmente poblicado por Revista Latina de Comunicación Social, 14. de la Universidad de Periodismo de La Laguna, Tenerife, España, en 1999. Ese mismo año se publicó en folleto por el 25 aniversario de ese asesinato. Este 14 de febrero se recordarán 44 años de ese vil asesinato)
(Artículo1)
INTRODUCCION
Carlos Loret de Mola gobernó el estado de Yucatán durante el sexenio 1970-1976. Fue seleccionado para ser candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por el presidente Gustavo Díaz Ordaz cuando finalizaba ya su sexenio. Loret de Mola, como gobernador, estuvo más de cinco años bajo la autoridad de quien no lo escogió: el presidente Luis Echeverría Álvarez. Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez, durante sus sexenios -a pesar de pertenecer al mismo partido y sistema de dominación- manifestaron políticas y estilos de gobierno radicalmente diferentes. De ahí se originaron las contradicciones y los enfrentamientos que el gobernador tuvo con el presidente Echeverría y su equipo.
El estado de Yucatán -con sus 756.000 habitantes- al iniciarse la década de los setenta, comenzó a vivir la transición entre la caída de una economía que durante un siglo dependió de la producción henequenera, y la búsqueda de otra que garantizara el sustento de ese gran número de pobladores dispersos en los 106 municipios de la entidad. Los casi 70.000 ejidatarios y sus familias radicados en la zona henequenera -dependientes directos del miserable salario semanal (disfrazado de crédito) que les otorgaba el Banco Ejidal- veían cómo semana tras semana se iba reduciendo "la tarea ejidal" que se les asignaba para realizar en los plantíos de henequén.
Al gobernador Loret de Mola -debe reconocerse- le tocó un sexenio difícil. La década de los sesenta, en especial 1968, había sido, en México y el mundo, algo así como un despertar, una campanada para que adolescentes y jóvenes comenzaran a manifestarse contra el autoritarismo gubernamental, social, del hogar, de la iglesia y de la escuela. Después de la brutal represión de 1968 comenzaron a sacudirse muchas estructuras obsoletas en el gobierno, en la fábrica, en la educación, en la familia y en la sociedad en general. El sexenio de Echeverría y de Loret de Mola fue, ineludiblemente, de confrontaciones.
Los medios de comunicación, aunque en un principio se resistieron al cambio -en parte porque el gobierno continuó con el control y en parte porque sus dueños de por sí eran conservadores- tuvieron que abrirse poco a poco. El discurso "tercermundista", "antiimperialista", "nacionalista revolucionario", instrumentado por el presidente Echeverría -aunque un tanto retórico- fue combatido por Televisa, por la radio y la prensa más conservadora. En Yucatán, por el contrario, el gobernador Loret -por su ideología centro-derechista y su oficio de periodista- logró aglutinar a su alrededor a los medios de información.
Con el objetivo de comprender este interesante período gubernamental, entender el estilo personal de gobierno de Loret, recordar la forma vil en que fue asesinado hace 25 años el abogado laboral Efraín Calderón Lara, alias "El Charras", así como dejar claro el comportamiento de los medios de información durante ese lapso de gobierno y extraer algunas conclusiones sobre el período, he elaborado el presente ensayo histórico-crítico. Sobre este asunto ha habido muchos comentarios pero se ha escrito muy poco, casi nada; por eso este breve trabajo es un primer esbozo de la problemática.
¿POR QUE LORET FUE EL CANDIDATO DEL PRI?
En 1969, cuando el PRI se propuso seleccionar a su candidato para el gobierno del estado, la situación que se vivía en Yucatán era muy difícil para el partido gobernante pues el gobernador Luis Torres Mesías -que en sus tres primeros años demostró mucha fuerza porque aún contaba con el apoyo de importantes sectores de la población que lo habían visto actuar como presidente municipal de Mérida- se había debilitado enormemente frente al presidente Díaz Ordaz, así como entre algunos grupos priístas que actuaban en la entidad.
Del otro lado el panismo -que durante más de 25 años de vida sólo había logrado en Yucatán una diputación federal- se había fortalecido al conseguir la alcaldía meridana y al propagar que su alcalde, Víctor Correa Rachó, sería el candidato blanquiazul para gobernador. Aunque este partido sólo era fuerte en Mérida, se pensaba que podría ganar la gubernatura en las elecciones de noviembre y para evitarlo el PRI tendría que buscar un candidato priísta adecuado.
Los más cercanos a la candidatura eran los dos senadores (Loret de Mola y Matos Escobedo) y los tres diputados (Manzanilla Scháffer, Bobadilla Peña y Encalada Alonzo); la realidad es que en Loret se conjuntaba todo: era senador, gozaba de la amistad de Díaz Ordaz, era amigo de los empresarios de los periódicos: Diario de Yucatán y Novedades de Yucatán, y tenía mucha coincidencia ideológica con el sector empresarial. Los otros precandidatos eran menos adecuados: Matos Escobedo era un poco viejo y estaba enfermo, Manzanilla muy desarraigado de la entidad, Bobadilla no tenía muchos bonos a su favor, y Cervera, que apenas se iniciaba, de diputado local había llegado a la Liga de Comunidades Agrarias (CNC).
Loret era un periodista muy destacado: había estado, desde 1939, al servicio del Diario de Yucatán; había dirigido un noticiero cinematográfico, así como diarios en Tampico y San Luis Potosí; escribía en la afamada revista "Siempre" y en tres o cuatro periódicos más de provincia. Ese oficio, además de haber sido diputado federal y senador, le proporcionó una gran experiencia y muchos conocimientos. Pero también una vasta confianza en sí mismo, sobreestimación de su persona, así como se había creado cierta fatuidad y autoritarismo.
Su ideología era de centro-derecha, cargándose más hacia esta última posición. Cuando surgió la protesta estudiantil por el asesinato del "Charras", el gobernador, desesperado por las acusaciones en su contra, se expresaba con este lenguaje: Era "un chantaje soez y abyecto... (de) destripados universitarios... barbopelucones drogadictos... y unos cuantos vividores locales (que) convirtieron las escuelas universitarias en centros temporales de vicio y ultraje a muchachas, tabernas con expendio de mariguana y hoteluchos para ratos..." (Loret, 1978, p. 233)
Con esa ideología y expresión el candidato Loret demostraba ser la "cuña del mismo palo" de la derecha yucateca. Fue el elemento necesario para restarle votos al panismo que se había fortalecido entre el empresariado, el clero y demás sectores conservadores. Y dado que el PRI, con su ideología centristas ha podido oscilar y ubicarse donde en cada momento le ha convenido, Loret se convirtió también en la bandera del priísmo más conservador y oportunista. Por eso, valiéndose de ello, pudo derrotar cómodamente al candidato panista Correa Rachó. (Continuará)