Se viene cocinando en la intelectualidad estadounidense una nueva manera de verse el ombligo, es decir, aparentemente, están percibiendo que después de la antropología social que se desarrollara con la conjunción de las consecuencias sociales de las guerras en la península de Corea y en Vietnam, guerra ésta que abarcó también a Cambodia y Laos de cuyos escenarios poco o nada se habla ni se conversa, seriamente, solo se han mencionado a los "baby boomers" (Bill Clinton) y a la "generación del Milenio". Pero las crisis económicas, financieras y comerciales han venido golpeando las puertas de toda la sociedad norteamericana a pesar de las promociones de las ideologías provenientes de Hollywood y Walt Disney World (Fox, CNN, NBC, ABC, New York Times, Washington Post, RAND, entre otros promotores de la ideología norteamericana desde las bases fundamentales contenidas en la tesis de la fundación del nuevo-estado-nación de las "13 Colonias"), los desocupados, los migrantes, los "sin-techo", los adictos a productos opiáceos, el hambre y pare usted de precisar; una sociedad en su profunda crisis real por objetiva que ha venido desarrollando un (¿el?) escenario que va desde la lucha de clases hasta un proceso socio-político de "cierto grado" de anarquía (en términos no conceptuales sino socio-sicológicos de corte popular) que se demuestran, entre otras realidades, en los asesinatos no selectivos de estudiantes.
Ello significa, desde este lado del Mar Caribe, que "algo paso en el Imperio".
Aparentemente, el triunfo de Donald Trump como "sucesor del afro-americano-nigeriano" (en términos sico-ideológicos del pensamiento del blanco norteamericano), en la Casa Blanca, está significando que el nuevo inquilino se ha convertido en el catalizador de una fórmula química social que se mantenía latente, sin ebullición, sin reaccionar porque no había sido impactada, esa sociedad, por una realidad con el reactivo apropiado a las circunstancias vigentes, siendo ese reactivo, en simple lógica, el señor Donald Trump.
Ello no significa que Trump esté consciente de tamaña responsabilidad de Estado en considerando esa responsabilidad cual es, en forma inequívoca, mantener el status quo "americano", es decir, el "american way of life". Pero en descargo del hotelero debemos reconocer que está seriamente preocupado por el consumo de opiáceos, cocaína y mariguana; está profundamente preocupado por la realidad en la que se encuentra la industria norteamericana y, como consecuencia, del desempleo en ese sector industrial como también el minero; está seriamente preocupado por la realidad del "Hill", es decir, el Congreso norteamericano y, en consecuencia, por los comportamientos de ambos partidos del status quo político, Republicano y Demócrata; y, en esa misma línea de pensamiento desarrollado y propuesto, podríamos ir precisando preocupaciones junto con la dialéctica que esas preocupaciones significan para el Poder real estadounidense sobre las bases fundacionales por significativas de la "nueva-nación-estado".
¿Cómo podríamos definir ese matrimonio yanqui-británico en su actual reingeniería?
En alguna ocasión me permití preguntarle a un colega historiador denso en sus reflexiones en lo conceptual histórico venezolano sí por esas casualidades conocía tanto del movimiento neo-marxista norteamericano como de académicos que estuvieran adscritos a ese movimiento académico-político-ideológico. Su respuesta fue positiva cual me llamo la atención a esta "anécdota" para precisar la pregunta de sí, realmente, en el proceso bolivariano-chavista conocemos, en sus profundidades, el proceso político y social como lo ideológico y militar por donde están transitando las objetividades socio-políticas e ideológicas estadounidenses en sus actuales pasos adoquinados hacia lo medieval (¿Umberto Eco?).
Precisamente, quizás, por esas razones históricas del inconsciente colectivo de los colonos de las colonias británicas en territorio septentrional del continente americano, la ausencia de un espacio histórico feudal como la propuesta de la traslación del pensamiento newtoniano regidor de las universidades británicas hacia el "nuevo mundo", como en las tendencias masónicas de sus "Padres Fundadores" que rigen las praxis del Poder desde sus mismos comienzos cuando se generó una protesta contra el impuesto al té procedente de la India por compañías británicas. ¿Añoranza?
Permítasenos que procedamos a entrar en el tema que nos concierne.
Según Andrew Sullivan (https://www.wikiwand.com/en/Andrew_Sullivan), los Estados Unidos de América están inmersos en una amplia guerra tribal siendo los contendientes ambos partidos "democráticos" norteamericanos, Republicano y Demócrata. Curiosidades nos sorprenden porque, según nuestros conocimientos, en las discusiones legislativas se exponen, siempre, dos escenarios como en aquellos tiempos romanos: el Circo y los tras-telones del Poder. Pero no nos permitamos desviarnos de nuestro desarrollo presentador sobre el "tribalismo".
Curioso y sorprendente es el conocer, oficialmente, que en territorio septentrional americano, es decir, en ese histórico por expansivo espacio geográfico estadounidense, están en existencia 567 "tribus" (no son denominados como american-natives tampoco como "pueblos originarios" menos que sus probables procedencias pudieran ser de origen asiáticos sin precisar, por ahora, de cuáles regiones geográficas asiáticas podrían ser sus procedencias sí siberianos, bien del sur del denominado océano Pacífico). Y así entramos en la primera discusión conceptual antropológico-social e ideológica, claro, como debe ser, sobre como la sociología académica norteamericana justifica "el origen europeo" del "nuevo-estado-nación" americano.
¿A qué se refiere el autor señalado más arriba cuando menciona, mejor, califica como tribus a una realidad socio-política en curso en las realidades de Trump?
Es evidente que la realidad norteamericana está en profunda crisis estructural y, quizás, sobre la base de esa realidad se podría razonar que el Poder decidió que su candidato apropiado fuera Donald Trump y por ello nos recordamos de las palabras de la señora esposa de Richard Nixon cuando señaló que el referido Trump sería Presidente de los Estados Unidos de América lo cual nos obliga a ser profundo en nuestros análisis de las realidades estadounidenses.
Nos señala Andrew Sullivan que "…a defence of the tribe before all other considerations. That means, in its modern manifestation, that the tribe comes before the country as a whole, before any neutral institutions that get in its way, before reason and empiricism, and before the rule of law…" ("…una defensa de la tribu ante cualquier circunstancia a la cual se confronte. Ello significa, en su expresión actual, que la tribu se le antepone al país como un todo estatal, aún antes de cualquier institución neutral que se le interponga en sus actuaciones, ante cualquier razón de ser como de lo empírico nacional, e incluso se antepone ante cualquier doctrina jurídica…"). Terrible!!!...
Nada fácil lo propuesto por Sullivan sí nos mantenemos en esa matriz de que Washington controla "hasta el aire que respiran los norteamericanos". Sí ello es así, como lo expone Sullivan, nos tenemos que apropiar de una profunda reflexión sobre las realidades sociales estadounidenses en tanto y cuanto nos consideramos que la contradicción fundamental de la Revolución Bolivariana es el Poder que duerme en los pasillos del Poder norteamericano en Washington y en el Potomac.
Pero no solo Andrew Sullivan está montado en ese autobús ideológico. Está acompañado por la abogada y profesora de Escuela de Leyes de Yale, Amy Chua quien ha publicado un libro titulado: "Political tribes" ("Tribus políticas").
Comenta la abogada Chua que "…[her arguments] is that extremists on the left and the right "are playing with poison…" ("…[sus argumentos] es que los extremistas de la izquierda y de la derecha están jugando con veneno´ [fuego]…". Interesante y ecléctica. Es demostrable que Amy Chua "no se quiere mojar", quizás, más bien, trata de realizar un análisis socio-político de la sociología actual norteamericana tratando de no acercarse a la dialéctica marxista.
Sí compramos la tesis sobre "tribalismo", por seriedad académica, nos debemos "meter a fondo" en el obligante análisis de la propuesta no sea que nos vaya a pasar como con Huntington y Fukuyama que cuando nos tocaron la puerta ya era demasiado tarde y con las prisas actuales de la globalización debemos reaccionar a la "nueva propuesta ideológica" norteamericana en el marco objetivo de la actual reingeniería que viene desarrollándose bajo la Presidencia de Donald Trump.
Por otro lado, además del regio análisis académico de la propuesta "tribalismo" nos debemos introducir en "la otra acera" ideológica; es decir, preguntarnos el porqué la academia e incluso los medios de información le están dando tanta "bulla" al tema con frecuentes entrevistas por los medios televisivos a la abogada Chua.
Es decir, sí la academia considera que la realidad sociológica estadounidense es esa realidad referida como "tribalismo" ello significa que la actual "crisis social" norteamericana va más allá de los paradigmas económicos y financieros. Es decir, es una crisis sico-social que se sustenta, precisamente, en la Historia de los Estados Unidos de América, algo que ya preveíamos visto el continuo desarrollo en crisis social por causas bélicas confrontada esa crisis social con las imposiciones de paradigmas ideológicos desde que lograron derrotar al ideario significativo que se comunicara durante el festival de Woodstock.
Es decir, que a pesar del macartismo, a pesar del consumo de estupefacientes, de los inducidos "sin casa", post-Wall-Street, las "nuevas guerras" y las profundas crisis de identidad, la sociedad norteamericana, frente a la escasez del "american way of life" de la "nueva América", busca el inconsciente colectivo de finales del siglo XIX cual comienza a emerger sin pausa ni pauta.
Nos preguntamos sí la propuesta de la "realidad tribalista" norteamericana es, en última instancia, sencillamente, la "lucha de clases" a nivel "inter-tribus" como de confrontación sicológica "intra-tribu" por causas de la profunda y objetiva crisis estructural estadounidense. Ello nos lleva a considerar que la abogada Amy Chua por evitar el análisis marxista sencillamente camina "por el borde conceptual-filosófico" por lo significativo del marxismo pero, en su descargo, no debemos olvidar que pertenece al status quo académico tradicional de la ideología de los "Padres Fundadores".
UNIDAD, LUCHA.BATALLA, VICTORIA.