¿Hubo una revolución Americana?

Adams, W., Paul en el trabajo titulado: Los Estados Unidos de América hace un recorrido histórico, por los procesos que dieron paso a la crisis del orden colonial norteamericano, hasta la implantación de su Constitución Federal de 1787-1788.

Señala que el siglo XVIII estuvo marcado por dos acontecimientos muy importante en la historia política europea-americana, como lo fueron la Revolución Francesa y la constitución del Estado Nacional Americano.

Recuerda que independencia americana estuvo basado principalmente en la independencia política de Europa. La sociedad de blancos europeos que se asentó allí antes de la independencia, creó posteriormente en el curso de siglo y medio el Estado nacional norteamericano, basados principalmente en sus inversiones, el deseo de asentarse allí, su autoafirmación como colonos blancos en el seno del imperio colonial británico.

En ese momento la demanda de productos americanos en toda Europa fue acentuando su prosperidad, y las rivalidades obvias con Inglaterra y Francia facilitaron que se estimulara su espíritu independentista.

Entre los elementos más interesantes señalados por el autor, se resalta que las luchas de América por su independencia fue iniciada en gran parte por los emigrantes europeos y su aspiración a la autodeterminación y el apoyo de varias potencias europeas, la decisión de una clase media decidida a defender su prosperidad y su posible libre desarrollo posterior. El temor a las privaciones causadas por parte del imperio británico a esa clase media colonial a partir de 1763 tendría como consecuencia la revolución.

La resistencia a la ley timbres y los impuestos sobre el azúcar 1764-1765, mostró que tanto comerciantes, políticos, como otras capas de la población no estaban dispuestos continuar sometidos a los intereses británicos pues habían dejado de identificarse con la monarquía constitucional. Recordemos que estos impuestos servían para financiar las guerras de Inglaterra que pretendía que sus colonias inglesas en Norteamérica pagaran ese precio, así pues a medida que van incrementando las exigencias comienza la fractura, entre Inglaterra y sus colonias en Norteamérica, aunado a la aspiración de estas últimas a un comercio libre.


Así pues la revolución americana nació con la característica, de ser una revolución burguesa por excelencia, operada por las capas medias y altas de la población, por tanto no existía garantía, como de hecho sucedió, que con la independencia se modificará de alguna manera el orden social establecido.

En este sentido, Adam se pregunta si es lícito hablar de una Revolución Americana, considerando que el término Guerra de Independencia solo tendría sentido, si la palabra revolución hubiera sido precisada desde las ciencias sociales y podría resultar falsa por sus imprecisiones. Sin embargo, no existe razón para excluir tanto al movimiento de independencia como a la fundación del estado americano en las dos revoluciones del siglo XVIII.

Tampoco resulta confuso hablar de revoluciones por la independencia. John Lynch citado por Adam, señaló que en las revoluciones americanas los partidarios del rey y del parlamento hablaban de rebelión de colonos, mientras que los patriotas americanos hablaban de revolución, comparando su resistencia con la de Jacobo II durante la revolución de 1668-1689, justificando su revolución de esta manera como parte de la misma.

Adams toma una cita de John Adams cuando señala que entre 1760-1775 la revolución ya estaba en la mente del pueblo, antes de que en 1775 se hubiera derramado una sola gota de sangre. Así mismo señala que por ejemplo Benjamín Rush consideraba que la guerra americana ya había pasado, pero eso no le atañía de ninguna manera a la revolución americana.

Por tal motivo, la historiografía norteamericana, incluyo la Guerra de Independencia en el proceso de formación del Estado. Así, la capa política dirigente concibió que la insurrección contra el poder colonial terminó en 1787-1789 con la promulgación de la nueva Constitución Federal.

La Constitución Federal, abolió la disposición constitucional que establecía que los nuevos cambios solo debían ser por unanimidad, pasando evidentemente de una confederación estatal al Estado Federal.

Desde 1790, durante dos décadas y media, la política económica norteamericana se caracterizó por presentarse como un socio comercial neutral, en todas las partes beligerantes en Europa. Pero los republicanos Franceses no le permitieron esa estrategia, y gracias a la destreza del presidente John Adams se evitó la Guerra con ese socio comercial en la última década del siglo XVIII.

Entre 1812-1815, esta estrategia ya no les funcionó a los norteamericanos, y llego la nueva guerra contra Inglaterra durante el mandato del presidente Madison, acabando con el no reconocimiento de Gran Bretaña de la supuesta neutralidad comercial norteamericana y un acuerdo de paz que limitó las posibilidades de beneficio de la flota mercante americana en Europa. El capital acumulado no obstante, sirvió para la mercantilización de la manufactura que había comenzado desde 1810.

Recordemos que el poder permaneció en manos de la capa alta de la población de 1775 a 1815, y que en este nuevo orden político naciente no estaba dispuestos a transferir su poder ni distribuir la propiedad. Paso casi medio siglo en el que la capa política dirigente que se constituyó a partir de la independencia permaneció homogénea. Ejemplo lo encontramos con sus presidentes:

1789-1797 George Washington (Comandante en jefe de la revolución).
1797-1801 John Adams (Portavoz de la fracción independentista en el congreso continental).
1801-1809 Thomas Jefferson (Autor de la Declaración de independencia).
1809-1817 James Madison (Padre de la constitución)

La revolución americana, a diferencia de la Latinoamericana nació de la posibilidad del desarrollo económico pues ya venían fortaleciendo su mercado interno y no solo de la emancipación de los colonos explotados. Esta cadena de colonias europeas de ultramar se agrupaban como una comunidad económica autónoma cuyo centro de decisión ya no era Europa, donde la burguesía nacional logró su realización existencia a partir del desarrollo de su mercado interno, desplazando paulatinamente a Inglaterra, al transferir parte de su excedente al Noreste de Estados Unidos y a algunas islas occidentales del caribe.

La Sociedad Colonial al inicio de la Guerra de Independencia y las causas de la Revolución.
Durante el siglo XVIII, las colonias británicas se desarrollan con gran rapidez a diferencia de las españolas, entre los elementos diferenciales estuvieron la expansión territorial; aumento de la población, importaciones y exportaciones. Al comenzar la guerra, en las colonias vivía una cuarta parte de la población de Inglaterra.

Las 13 colonias, representaban a grandes grupos de población muy diversa que coordinaban en 1774 su resistencia en el congreso continental. En 1775 ya se habían consolidado como potencias, aumentado su población arraigado la conciencia regional frente a los intereses del poder colonial. Las colonias inglesas dentro de Norteamérica le estaban ganando terreno a la propia Inglaterra dentro de su propio territorio, pues tenían un superávit, y su mercado interno estaba cada vez más sólido, con plena capacidad de liberarse.

Cuando el capital comercial de las colonias inglesas invade Inglaterra, se produce la acumulación originaria de capital y rompe esa estructura económica de los pequeños artesanos, hasta de la aristocracia inglesa.

En nueva Inglaterra la mayor parte de las fincas eran explotadas para la subsistencia de sus propietarios. Adam Smith expresaba una opinión que se difundió en Europa sobre las oportunidades para los colonos norteamericanos de adquirir tierras que no podían adquirir en Europa.

El sector comerciante era consciente de las potencialidades del posible desarrollo de la economía de las colonias con la economía mundial y la construcción de buques. Se habían formado centros urbanos en las ciudades costeras, que se habían convertido en centros del poder político, comercial, cultural, de comunicación e integración sin los que no hubiera sido posible la independencia y la fundación del Estado.

Así, una amplia capa media de la población era partidaria de un bienestar en aumento, y su conciencia política desempeñó un papel importante en la independencia. La conciencia general sobre la estructura de clases se encontraba arraigada en la sociedad colonial hacia 1776.

Benjamín Franklin, en décadas anteriores había ofrecido una visión del mundo que tenía la burguesía ilustrada con su trabajo periodístico, alimentada por algunos conceptos del puritanismo, el calvinismo había perdido fuerza frente a los valores de la ilustración que ya no tenían solamente una fundamentación religiosa, pues la mayoría de la población vivía en asentamientos no congregacioncitas como anglicanos o bautistas.


Tenemos entonces que la causa principal de la revolución consistió en dos tipos de desarrollo que eran excluyentes unos del otro, por una parte la creciente autonomía económica y política de las colonias y la política imperialista implantada desde 1763, de beneficio mercantilista a la metrópolis, de control territorial y administrativo colonial.


El rechazo a la Ley del Timbres, así como el rechazo al impuesto de consumo del ministro de finanza Townsend, en 1767 a las colonias, condujeron en 1770 a la sangrienta batalla de Boston, quedando el 5 de marzo conmemorativo del Día de Boston por la matanza de los primeros mártires de la revolución.

En 1773, parte de los ciudadanos de Boston tomaron tres barcos asentados en el puerto, arrojando al agua 342 caja de té, con el fin de impedir la recaudación de impuestos que iría unida a su venta, trayendo como consecuencia que ese puerto de Boston fuera clausurado por el parlamento y la corona hasta que los ciudadanos pagaran los daños. Situación que trajo como consecuencia hasta el cambio en las leyes, pues un funcionario de la corona acusado de un delito en una colonia debía pasar a ser juzgado directamente en Inglaterra.

El senado de Massachusetts fue nombrado por la corona en reemplazo del electo, imponiéndose así la obligación de solicitar permiso para celebrar asambleas municipales, el ejército podía allanar ciertos edificios y con la Ley de Quebec de 1774, los colonos consideraron que se impone la represión.

Estas medidas sin embargo no minimizaron los disturbios, sino que sirvieron de impulso para políticos y comerciantes que acordaron nuevo boicot de importación y consumo. Así en el congreso continental, reunido en Filadelfia entre septiembre y octubre de 1774, donde se encontraban representadas todas las colonias, menos Georgia y las provincias canadienses, la asamblea en plenos dirigió firmes palabras al rey, al parlamento, al pueblo de Gran Bretaña y a los colonos, justificando la resistencia contra las leyes anticonstitucionales pues el parlamento no podía imponer tributos a los colonos que se supone estaba protegidos constitucionalmente por Inglaterra, llamando al Boicot contra todas las mercancías inglesas.

La revolución tenía componentes ideológicos muy marcados de ambas partes, los que defendían los colonos se nutrían de las normas constitucionales de Inglaterra de 1688, tal como los postulados de John Locke y los escritos de los Whig, que criticaba la pérdida de las libertades inglesas en la metrópolis debido a la administración corrupta de los parlamentarios, el abuso en las colonias que empezaba a amenazar la vida, la libertad y la propiedad y la formación de la aristocracia nativa desde 1750.


Declaración de Independencia, Guerra y Acuerdos de paz 1775-1783

En 1775 los soldados del rey tuvieron que emprender la retirada ante su fracaso del intento de poner el orden el territorio de Boston. Luego cuando se celebra el segundo congreso continental de las doce colonias, pues Georgia no estaba representada aún, se proclamó la existencia de un ejército continental y se elige a George Washington su comandante en jefe.

En agosto de 1775, Jorge III declara la las colonias se encontraban en rebelión, para 1776 Thomas Paine incita a los colonos a rebelarse abiertamente por la independencia y es en mayo de 1776, que los defensores de esta postura obtienen la mayoría en el congreso cuando por fin el 2 de julio de 1776 el congreso continental que esas colonias unidas son libres e independientes.

La necesidad de justificar la independencia ante Europa fue en estímulo que lleva a las elites a proclamar en la Declaración de independencia los principios de igualdad entre los hombres, la libertad, como nuevos principios de poder legítimo, sirviendo esto de argumento para nuevas reformas. Siendo punto de partida de toda una política reformista norteamericana.

La Guerra en los bosque americanos y el atlántico y la oposición de políticos y comerciantes ingleses produjo al reconocimiento de la independencia por parte del gobierno británico., el error de creer que los colonos del sur estarían de parte del rey y del parlamento.


Dadas las particularidades del terreno, los delegados americanos trataban de reclutar militares de experiencia, La Estrategia de Washington estuvo en el mantenimiento del ejército. Impuso su propósito de evitar batallas para ganar luego la guerra. Una característica, a diferencia de la revolución inglesa, es que en la americana siempre el poder militar estuvo subordinado al poder civil del congreso.

Con el tratado de amistad con Francia firmado de 1778, se acordaba la cooperación mutua de los buques mercantes y se promete asegurar la soberanía e independencia de Estados Unidos.

En 1778 fueron atacados barcos ingleses y franceses en el atlántico, la guerra civil se había extendido hasta convertirse en una guerra naval, por su parte el gobierno español le declaró la guerra a Gran Bretaña en 1779 después que estos se negaron a la entrega de Gibraltar. El rey español se negó al reconocimiento de la deseada independencia que ansiaban los americanos.

De esa guerra sacaron provecho los armadores de los países neutrales, sobre todo de Dinamarca y Suecia. Los holandeses transportaban materiales para la construcción de buques, desde los países del Bálticos hacia Francia, y hasta las indias Occidentales y de allí a las costas americanas.

En 1780 Gran Bretaña le declara también la guerra a los países bajos.

Es a partir de esta alianza con Francia, que las acciones militares se combinan por mar y por tierra entre americanos y franceses, lográndose numerosas victorias contra el ejército británico.

En medio de intrincadas relaciones diplomáticas, el proyecto presentado por catalina II, de una liga de neutralidad armada en el mar y la guerra de sucesión bávara los nacientes diplomáticos norteamericanos Benjamín Franklin, John Adams y John Jay tuvieron que defender el reconocimiento ilimitado de su soberanía.

Así los acuerdos de paz firmados en 1783 en París, aunque no representaron mayor ganancia para Francia ni para España en el sentido territorial, si se logró que Gran Bretaña no pudiera someter por la fuerza a sus colonias. Con este reconocimiento los americanos alcanzaron el fin supremo de la guerra.

El nuevo orden político y el periodo crítico, 1776-1787

Ni la independencia , ni el tratado de paz definieron la manera como debía estar organizado el nuevo estado, el nuevo orden político expresado en las constituciones proyectadas como leyes de los estados y en los artículos de la confederación eran muy divergentes, unos basado en la democracia representativa y otros en la republica comercial federativa.

En todas las constituciones Estatales se dividía el poder en ejecutivo, legislativo y judicial. En once estados se dividió el poder legislativo en Cámara de representantes y Senado. En la mayoría de las constituciones el poder ejecutivo quedaba subordinado al legislativo, la mayoría de los estados establece los métodos para la reforma de la constitución en ella misma.
En 1776, los miembros del congreso continental no tenían el poder de aprobar una constitución federal. Los 13 Estados que se consideraban soberanos hasta 1781 siguieron ejerciendo sus decisiones determinantes en el proceso político.

Entre 1776-1781 fue discutido el proyecto de constitución de la confederación estatal, tanto los Estados del norte como del sur hacían evidentes sus contradicciones, sobre todo respecto a la expansión al Oeste, quedando aprobado en 1777, en el congreso continental el proyecto sobre los artículos de la confederación presentado por los diversos parlamentarios estatales, quedando limitadas las funciones del legislativo de la confederación a resolver los conflictos entre los estados, regular el sistema monetario, organizar el ejército, firmar tratado sin perjudicar los aranceles de los estados, exigir contribuciones los estados dependiendo del número de blancos, y cada estado conservaba su soberanía, libertad e independencia, entre otros.
Es a partir del primero de marzo de 1781 cuando entran en vigor los artículos de la confederación, que por cierto no fue aprobada por el pueblo sino por parlamentos de las trece colonias, comenzando así el ideal americano del federalismo.

Ya en 1776 la clase media proporcionó el mayor número de representantes de los Estados y la federación. Los comerciantes, terratenientes y juristas aportan la mitad de los senadores, la otra mitad estaba representada por artesanos, agricultores, médicos y su elección estaba condicionada por un rango social elevado lo que marcó la diferencia social prerrevolucionaria, reemplazada paulatinamente por los que tenían posición social igual a los electores, donde por supuesto estaba excluidos los negros, y las personas sin propiedad.

A partir de 1781 John Fiske denomina a esta época, periodo crítico, pues a pesar que el que el congreso tenía las atribuciones para el financiamiento de la revolución, y la coordinación del comercio internacional a favor de la economía nacional, el mismo no podía cancelar las deudas contraídas con Francia y los países bajos para financiar la Guerra. Los primeros años de la guerra habían sido financiados con la emisión de papel moneda, cuyo valor bajo drásticamente, sobre todo con la devaluación por parte del congreso en 1780 de los 200 millones de dólares que circulaban en papel moneda.

En 1782, el congreso se vio obligado a emitir un nuevo papel moneda pues los aportes voluntarios de los estados apenas cubría los gastos administrativos del congreso, cubriendo las reservas en moneda y fundando el Bank of América para sus transacciones comerciales en forma de banco privado, con el fin de obtener ingresos aparte de los aportes de cada estado.
En congreso intentó en reiteradas ocasiones desde 1781: había instado a los Estado en cobrar impuestos hasta que fuera pagada la deuda, pero las 13 colonias no dieron su aprobación hasta 1786 imponiendo tantas limitaciones que el congreso consideró fracasados sus intentos de obtener ingresos adicionales.

El congreso también solicitó en reiteradas ocasiones dinero para el pago de los oficiales del ejército, siendo estos los argumentos de los que manejaban la disolución de la federación, y fue en 1784, gracias a un empréstito de los países bajos que se logró cumplir con las pagas atrasadas al ejército.

En 1785, ante la imposibilidad del congreso confederado de cumplir con sus acreedores, el dilema era hasta cuándo esos acreedores europeos aceptarían de ese congreso confederado el incumplimiento de pago a sus deudas; sin ingresos seguros y sin garantía de que pagaría sus deudas. Luego de 1783 se había agotado la capacidad de pago americana, habían caído los precios, el boom de la guerra con sus subidas de precios dio paso a la gran depresión de la economía americana entre 1784-1788. Los partidarios de un gobierno federal usaron como bandera la noticia de la rebelión de los Shays, para exigir la reforma constitucional, pues el mensaje era que no podían ser defendidos de ese tipo de rebelión sin un gobierno federal sólido, fuerte, que salvaguarda la ley, el orden y la distribución de la propiedad.

La Constitución Federal de 1787-1788

La idea de una futura América, como un gran espacio comercial que no estuviera subordinado a ninguna potencia europea fue lo que motivó al congreso continental a convertirse en un gobierno federal. El deseo de grandeza se reflejó en la constitución federal, hasta que siete décadas más tarde las diferencias entre el norte y el sur y la expansión al oeste se hicieron incontenibles.

El congreso de la confederación habría de ser reemplazado por un gobierno federal, que estaría dividido en tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, el legislativo a su vez integrado por dos cámaras. La constitución del senado significaba el reconocimiento de la soberanía para el resto de los Estados, y el inicio del debate sobre los estados libres, sobre todo por el debate sobre la esclavitud y las diferentes concepciones que se manejaba en el norte y en el sur.
La división del gobierno federal se corresponde con la división de los poderes de los gobiernos de los diversos estados. La fortaleza de este gobierno federal habría de constituir la constitución federal, las leyes federales y los tratados internacionales.

Entre 1787 y 1788, con la publicación en Nueva York de los artículos de Alexander Hamilton, James Madison y John Jay, que aparecieron en forma de libro en 1788 , ofrecían las ventajas de una república grande de impedir el dominio de intereses de acreedores, o deudores, el respeto al bien común y a la libertad del individuo hasta cierto grado.

El 13 de septiembre de 1788 el congreso de la federación ratificaba la constitución federal y fijaba la elección del presidente, de la cámara de representantes y del senado para febrero y marzo de 1789 respectivamente. La propiedad privada fue el elemento primordial de ese primer contrato social.

En la constitución federal y en las estatales, se otorgaron a los órganos políticos plenos poderes para el establecimiento de un orden económico mixto, afianzando así el entrelazamiento entre el proceso de decisión política, el poder militar y el desarrollo económico. Un sistema de licencias para los bancos, las constructoras, las compañías de seguros, las manufacturas consideradas corporaciones, utilizadas como un instrumento de desarrollo útil, basado en la necesidad de asegurar la unión frente a intromisiones extranjeras en consideración de que solo una activa política económica podía hacer frente a esos peligros, estar solventes ante Europa y fortalecer el crédito ante la propia población. .

En 1790, la propuesta de Hamilton de crear de un banco nacional, con funciones equivalentes a un banco central, fue acogida en el senado y la cámara de representantes después de intensos debates.

La campaña electoral de 1800 se convirtió en una irreconciliable confrontación entre federalista y jeffersonianos, los federalistas no volvieron a obtener el poder federal; sin embargo John Marshall impuso su interpretación de la constitución ante el Tribunal Federal Supremo, así como en los diversos estados, y sus concepciones paternalistas y exclusivistas. Así la política federal en los primeros años, funcionó como integradora de las rivalidades entre partidos, y este sistema bipartidista consolidó al nuevo estado.

Con la llegada de Jefferson al poder no se modificó la política económica más bien aumentó la deuda. Los enfrentamientos con las potencias beligerantes europeas se agudizaron obligando a los republicanos y jeffersonianos a aplicar los poderes federales, compraron una tercera parte de Mississippi en el 1803, declararon un embargo comercial en 1807 y la guerra en 1812.


Bibliografía
ADAMS, Willi Paul (1979). Los Estados Unidos de América (Historia Universal Siglo XXI), España, Siglo veintiuno editores.
Galíndez Colmenares, Omar (1995): Estados Unidos de Norteamérica: Guerra de Secesión y problema nacional (1861-1865), Ediciones del centro de investigaciones históricas "Mario Briceño Iragorry", Caracas- Venezuela.



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Kelly J. Pottella G.

Miembro de la Red Nacional de Escritor@s Socialistas de Venezuela. Promotora cultural. Pertenece al periódico comunitario Enlazando la Diversidad. Estudiante de sociología. Vocera del Consejo Presidencial del Gobierno Popular de Cultura por Dtto Capital.

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