Para el momento en que aparezcan publicadas estas líneas, debería estarse escenificando en el Tribunal Internacional de La Haya, la reunión de los representantes de Guyana y Venezuela, a fin de dirimir la controversia histórica del territorio Esequibo. Es importante señalar que esta acción judicial a nivel internacional fue incoada por el gobierno guyanés en abierta contravención a lo pactado en el Acuerdo de Ginebra, firmado por los gobiernos de los dos países en 1966, y que remitían a una salida negociada y la aplicación de buenos oficios por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pero, la estrategia de la empresa Exxon Mobil de la mano del Departamento de Estado de EEUU y del gobierno guyanés apunta a la explotación del bloque Starbroek, en el mar territorial de este territorio en disputa, y que la corporatocracia mundial dispuso explotar dichos yacimientos a partir del año 2020. Con ello, además de la explotación de un crudo que pertenecería a nuestro país, se busca cerrar nuestra salida al atlántico, lo cual sería lesivo a los intereses del país.
Asimismo, y aprovechando esta reclamación, se pudiera retomar la estrategia de tenaza, ahora con el triunfo del uribismo personificado en Iván Duque, y por el Brasil de Temer y las explotaciones en el Arco Minero del Orinoco, pero ambos asuntos serán objeto de análisis en próximos artículos.
Lo cierto del caso es que asuntos como este en otras partes del mundo, como por ejemplo la reclamación histórica de Bolivia a su salida al mar a Chile, logró unir por ejemplo al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, con el ex presidente de ese país y opositor a éste, Carlos Meza. En este país, ni siquiera el tema del Esequibo ha servido para lograr la verdadera unidad nacional.
El Presidente Maduro en el año 2014 y parte de 2015, impulso toda una campaña comunicacional en aras de posicionar el tema de nuestra reclamación histórica del Esequibo. Y allí estuvo Delcy Rodríguez, en ese entonces como nuestra Canciller, ejecutando las instrucciones del Primer Mandatario Nacional en ese sentido. Fue una campaña positiva, una campaña que intereso a buena parte de la población, que motivo y que tuvo una importante cobertura a nivel mediático y comunicacional. Pero, producto de la falta de seguimiento de la política pública, y fundamentalmente ésta en política exterior, eso se enfrió y perdió interés, lamentablemente.
Y sobre todo, ante estas acciones agresivas, se ha limitado a un escueto y tímido comunicado de nuestra Cancillería, que verdaderamente preocupa ante la gravedad de la acción del gobierno guyanés.
También es reprochable la actitud del diputado de la Asamblea Nacional, William Dávila, al señalar que el Presidente Maduro no ha defendido debidamente la reclamación de Venezuela por el Esequibo. La postura de este parlamentario coincide con la de María Corina Machado, en usar este tema de forma politiquera y manipulada. Un tema tan serio como este no debe ser utilizado de esta manera tan burda y ruin.
Ciertamente nuestro país afronta complejas y difíciles circunstancias que nadie en su sano juicio niega. Pero ante la posibilidad de que este territorio en el que habitamos todos, pueda ser cercenado y vulnerado por la voluntad de poderosos intereses transnacionales, la unidad nacional y patriótica nos convoca y nos obliga a unirnos.
Me viene a la memoria esa extraordinaria película editada por el Hollywood de Suramérica, nuestra querida Villa del Cine (La cual tuve la oportunidad de visitar) llamada: "La Planta Insolente", en una impecable interpretación del actor Roberto Moll del entonces Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, Cipriano Castro, cuando lanzó aquella memorable proclama el 9 de enero de 1902, cuando nuestras costas fueron bloqueadas por Alemania, Inglaterra e Italia. Confieso que no conocía el texto íntegro de tan hermosa y patriótica declamación, la cual adquiere plena vigencia y pertinencia en los actuales momentos. Creo oportuna la masificación y difusión de la misma.
Creo que nuestro Gobierno, las diversas ramas del Poder Público y sus diversos niveles, la Asamblea Nacional Constituyente como expresión del Poder Popular Originario, y las venezolanas y venezolanos independientemente de su signo político e ideológico, estamos obligados a unirnos en este tema que nos convoca y concierne a todos, y que debe iniciarse una campaña de manera inmediata por mantenernos informados sobre las deliberaciones que se darán en la Corte Internacional sobre la reclamación de nuestro Esequibo, y la decisión que se adopte al final de esto.
Creo que la convocatoria a expertos que manejen este tema debe ser inmediata y que puedan poner en autos a nuestro pueblo sobre este tema de interés nacional.
No olvidemos pues que: "El Sol de Venezuela nace en el Esequibo".
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!