Dos semanas luego del 9-D, me entero con preocupación que el capitalismo gringo y gobiernos de países acólitos, colocan centros donde se controla y clasifica a los migrantes en tránsito, en forma similar a la "Retención Protectiva" en la Alemania de Adolfo Hitler, que aislaba ciudadanos de diversas razas y formas de vida, consideradas "inferiores": judíos, polacos, gitanos, comunistas, cristianos, prostitutas y homosexuales. Tal circunstancia devino en negocios desde gobiernos en naciones de tránsito o destino de migrantes. Hoy Colombia le pide dólares a Trump con el cuento de ayudar a migrantes, en medio de la grave situación social colombiana que hace del Presidente Duque, el de más acelerada impopularidad en pocos meses de mandato. Escondiendo fines similares a los de los campos de concentración nazis, colocan gente en un limbo migrante, todo un parecido retrógrado de la humanidad, a la esclavitud superada siglos atrás.
La disociación psicótica es cada vez menor en Venezuela. La oposición utiliza redes sociales para culpar al gobierno por desmanes saboteadores, aplaude interrupción de líneas telefónicas, internet, desestabilización bancaria previa a la navidad, paralización prolongada e incomodidades, murmurando que la caída de la plataforma tecnológica del Banco Bicentenario fue culpa del propio gobierno y del "hombrecito ese…", referencia a Maduro quien es de elevada estatura. Atribuyen el retardo en el pago de bonos, a presunta ineficacia, y la problemática de tarjetas bancarias, o la desazón por los apagones, se la endosan al gobierno, agregando que roban CLAPS, perniles, la felicidad navideña, la del fin de año, etc. Es el pan opositor de cada día, y el votante los castiga, pues no cree en planes opositores descabellados, y aguanta "la pela" votando rojo rojito. En medio del ambiente hostil, una mayoría decidida apoya el socialismo bolivariano antiimperialista, que da beneficios venciendo así el capitalismo demócrata representativo traidor, derrochador, timador, mitómano y sin pizca de vergüenza.