Los historiadores, en líneas generales, somos unos intelectuales dramáticos cuando de la Historia en curso se suceden una serie de acontecimientos que alteran el status quo en curso capitalista; inmediatamente procedemos al sesudo análisis buscando poder alcanzar una serie de conclusiones muy en concordancia con nuestras maneras de percibir y analizar las cotidianidades alteradas; es decir, en nuestras "objetivas subjetividades", en la búsqueda de imponer nuestras aspiraciones filosóficas conceptuales de un mundo diferente al conocido cuando está en el escenario la preeminencia de las sociedades sobre las clases sociales.
Es decir, visto que nos encontramos inmersos como seres sociales con conciencia en los paradigmas que definen el sistema actual como es el sistema capitalista, por lo tanto en nuestras visiones en análisis, siempre estarán marcadas, en última instancia, por el significado que se corresponde con la lucha de clases como factor definitorio sistémico a futuro.
Cierto que las consecuencias de la post-Guerra-Mundial le permitió a los Estados Unidos de América imponerse con un "nuevo modelo" de "imperio" junto con una "nueva política imperialista" sustancialmente diferente a aquel modelo que impusiera el Reino Unido gracias a su expansión imperial fundamentalmente durante el siglo XIX en el continente asiático.
A modo de introducción.
En el marco del análisis lineal, para evitar extendernos, sería con la "nueva etapa" que se impusiera, globalmente, con el gobierno de Ronald Reagan pasando por Bill Clinton para concluir con George W. Bush, como una etapa histórica imperial; en su devenir nace una, por diferente, "otra nueva etapa", con Barack Husseim Obama y Donald Trump en referencia a las realidades objetivas en que se encuentra actualmente el sistema capitalista bien sea por la crisis del Capital bien por las objetivas realidades de la evolución histórica del sistema capitalista que debe, por natura, evolucionar hacia una nueva etapa histórica superior que, por obviedad, tendrá que entrar en la profunda contradicción dialéctica con lo sistémico consecuencial histórico tal como lo introdujo el analista reflexivo del camarada Marx.
¿Cuál es la realidad actual en la globalidad sistémica en sus contradicciones?
Hemos expuesto en anteriores el impacto global que ha tenido la política de "reforma y apertura" que se comenzó a desarrollar en China como política de Estado a partir, en su praxis, de la década de los años 80 del siglo próximo pasado. El desarrollo de dicha política de Estado de la República Popular China ha impactado, profundamente, en las economías mundiales, el comercio internacional, el transporte, los seguros, las negociaciones, los gobiernos; en última instancia, ha impactado a la geopolítica mundial en todos los países de este globo terráqueo.
Es decir, la globalidad ha entrado en una nueva realidad que, por inevitable, impacta, en el concepto de la verticalidad, en primera instancia, a los países más desarrollados en el marco de esta post-modernidad. Nos referimos concretamente a los EEUU de América, Rusia post-glasnost y perestroika, China post-Deng Xiaoping, la "nueva India" junto con la decadente Comunidad Europea. Ello significa, en última instancia, el necesario reacomodo mundial desde la geopolítica, la geo-estrategia, pasando por el comercio internacional y la competencia por materias primas y mercados.
¿Cómo afecta directamente a los países del continente americano esos escenarios?
En el marco del conocimiento global de las realidades en curso, expondremos directamente nuestro desarrollo.
Hemos desarrollado, en nuestra consideración, que la globalidad geopolítica estaría tendiendo hacia una división geográfica según las influencias e intereses de los actores fundamentales, es decir, los Estados Unidos de América, Rusia y China. En ese orden, le correspondería a los EEUU de América el total control del continente americano lo que significa, en nuestro muy amplio criterio conceptual-histórico, una modalidad capitalista de las variables que sustentaron el feudalismo. En ese orden, para nuestra mejor comprensión analítica significa que tendremos en consideración la no-traspolaridad de conceptos históricos per se. Ello girará, obligatoriamente, hacia la objetiva realidad por la cual transita el sistema capitalista tal como lo venimos percibiendo; es decir, un regreso a sus orígenes liberales pero con gobiernos supeditados a los intereses geoestratégicos del imperio norteamericano en el marco referente de su política imperialista.
En ese orden, son evidentes, sin mayor necesidad de demostración, los "sucesos conspirativos" que se vienen conociendo en todo el continente americano cuales empezaron, en su profundidad conceptual, con las políticas de Barack Obama continuando con el desarrollo de dichas políticas en todas sus variables por el actual Presidente estadounidense, Donald Trump.
Nos explicamos.
Las realidades nos están mostrando los sucesos en curso en Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil; cada uno de estos actores con sus particularidades nacionales pero en constantes acuerdos con la Política de Estado de Washington en función de esos intereses particulares obligantes en estos momentos de perfectibilidad del sistema capitalista en su actual reingeniería.
La "Política de Cerco" que le vienen imponiendo a Venezuela, en el marco de los objetivos e intereses sistémicos, sustentándose en las obligantes necesidades imperiales de los EEUU de América, no se basan en los principios fundamentales del Derecho Internacional, de los Derechos Humanos, y los "Cinco Principios" de Bandung. Por tanto, sin necesidad de comentar lo conocido, consideramos que será inevitable algún modelo superior de guerra contra Venezuela sobre las bases inevitables de lo significado por el "Grupo de Lima", la OEA, el TIAR, y la OTAN con las anuencias de la Comunidad Europea.
¿Qué tratamos de exponer someramente?
Hemos conocido las realidades por las cuales están transitando Ecuador y Chile. Los desarrollos políticos nos están mostrando "un juego de intereses" donde quienes detentan el Poder en ambos países tienen "las negociaciones ganadas". Es decir, a diferencia de las izquierdas, las derechas comprenden y reforman sus comportamientos y objetivos "sobre la marcha". En nuestros pareceres, Washington no se puede permitir "perder el frente Pacífico" cuando su "enemigo fundamental", China, tiene intereses interesantes en esos ambos países en mención cuando ya Washington ha consolidado "su frente Atlántico" con el control absoluto de Brasil. En contraste a esas dominaciones que van más allá del concepto "Dependencia", a causa y consecuencia de las Políticas de Estado en curso que se ejercen en Venezuela, Cuba y Nicaragua junto con la actual neo-realidad-política en México, Washington aún no ha podido alcanzar el control absoluto del "frente Caribeño y Centroamericano".
En contraste con lo inmediato anterior se ha presentado una importante variable a considerar como es la movilización de las sociedades americanas con particulares conciencias nacionales y humanistas que se expresan en reclamos y aspiraciones concretos en políticas sociales y económicas junto con el llamado a "la Constituyente".