Ucrania contra Rusia

¿Qué efecto puede tener en América Latina el aumento del precio del petróleo provocado por la crisis entre Ucrania y la Federación Rusa, más la OTAN y los Estados Unidos de Norteamérica y cómo podría cambiar la situación con los productores y compradores de petróleo?

La actual crisis lleva macerándose desde hace algún tiempo y al fin se da en medio de un gélido invierno y de una tormenta de cañones. Los ataques han influido severamente en todos los marcadores del petróleo llevándolos a sobrepasar tres dígitos por barril y de allí puede tener un alza significativa. Cómo se ha dicho anteriormente —y hoy se reafirma— a la hora de conjeturar sobre el tema, el precio del petróleo está atado, unido, amarrado a cualquier conflicto, más si sus amenazas, provocaciones y declaraciones están fuera del rango equilibrado como lo vivido en el primer trimestre del año 2022 donde terceros países —involucrados— están urgidos de una guerra entre Ucrania y la Federación Rusa.

Para el consumo del poder energético de petróleo y gas esto afecta tanto a países productores como consumidores. Diríamos que los países extractores de petróleo se ven mucho más afectados a la hora de fijar partido por uno o por otro pues las consecuencias a fututo serán inconmensurables.

Europa advirtiendo un tono más declarativo y sancionatorio pasó a uno conspirativo y de allí a este enfrentamiento de guerra. Pero el planeta lleva tiempo estrujando una gran guerra y al fin coincidió en esta zona. Seguro era el área menos abrigada pues involucra a Rusia y las consecuencias serán mayores.

Como es sabido los problemas por el control del petróleo han sido originados tras aspectos tribales, étnicos, religiosos, limítrofes y donde gobiernos han sido traspasados por graves problemas internos entre sus nacionales por zonas peleadas como las que actualmente están viviéndose en regiones cercanas, pero ese no es el caso de Rusia, aunque si de Ucrania.

Estamos al frente de una tercera guerra mundial, no hay dudas al respecto, indicios y cabidas así lo confirman más todos sus mecanismos los cuales van indicando que el planeta va en este rumbo. Por supuesto no van a tener los mismos campos de batalla (a excepción de Rusia ayer URSS y hoy una Federación) como los vividos Segunda Guerra Mundial, esto pudiese ser menor si la situación o crisis pudiese agravarse ya que estamos en un mundo mucho más interconectado.

Pero antes de pasar a América Latina debemos citar la línea limítrofe entre la Federación Rusa y China. Rusia hizo hace algunos años un ferrocarril que carga exclusivamente petróleo y lo coloca en su frontera con China. Una extensión de once mil kilómetros. Sin dudas su compromiso, amenaza a otros y por eso el escenario de derrocar al gobierno del Kremlin inmediatamente activa a Pekín tanto por el aspecto geopolítico de la OTAN dirigida por Estados Unidos ya con los objetivos claves contra quien irían.

Estados Unidos ven la extensa zona compuesta por Rusia, China, India e Irán como una gran corona la cual tratan de controlar pedazo a pedazo. Son sus objetivos de Estado—Nación. Son las joyas de una corona la cual tratan de unir sus trozos después de haber caído desde una altura propiciada por ellos mismos.

Pero no hablamos de cualquier zona, allí hay ciento cuarenta y cinco millones de rusos. Un millón cuatrocientos mil de ellos viven en China. Más de mil cuatrocientos millones son en China. En India mil trescientos millones más. Y en Irán son ochenta y cinco millones de habitantes. Esto suma más de tres mil millones de habitantes de los casi ocho mil millones que habitan toda la faz del planeta.

Pero la afectación de todo este pandemónium llega hasta América Latina y el Caribe. En las primeras declaraciones la Casa Blanca involucró en Centroamérica a Nicaragua, en el Caribe a Cuba, y en América del Sur a Venezuela. Fue tanto el agravante de sus declaraciones que inmediatamente la administración del Señor Bien señaló rápidamente que Estados Unidos va a considerar de manera inmediata la apertura de su embajada en la capital de La Habana, Cuba.

En la actual situación Estados Unidos quiere ganar espacios y le resulta angustiante porque los mismos son pequeños y debe seguir aprovechando la actual crisis que ha logrado en Europa, pero no dejará de lado a América Latina.

Y es un hecho innecesario ya que América Latina y el Caribe geográficamente está distantes de la apetecida área del conflicto y segundo la participación sería realmente nula por no decir un término más reducido. Pero las consecuencias que se esperan serán mucho más graves pues al no poder con Rusia entonces como bestia herida vendrá y las pagará contra Nicaragua, Cuba o Venezuela.

Los grandes productores de petróleo en América Latina como México tienen ahora una política mucho más cuidadosa y todo indica que se preparan hacía la diversificación de productos. Brasil produciendo. Argentina con falta de inversión pues sus gobiernos han sido muy corruptos y Venezuela el de grandes reservas con su industria petrolera en plenos arranque.

El caso venezolano posee una amplia tradición productiva y aunque su extracción ha estado menguada producto de situaciones internas y externas sobre todo por aspectos internacionales debemos recordar que durante los años 1976-1978 superó los tres millones ochocientos mil barriles al día, y de los años 1936 a1974 junto a la Unión Soviética y Estado Unidos el pequeño suramericano estuvo dentro de los primeros productores de petróleo del mundo.

Al advertir hacia donde se van a ir los productores al momento de una tercera guerra mundial debemos recordar que fue Venezuela —hoy menguada— quien, si posee una tradición productiva. En la II Guerra mundial extrajo para los aliados el 65% del petróleo utilizado para combatir a Alemania.

Hoy la activación de precios en los marcadores sobrepasa los tres dígitos con tendencia a no bajar fácilmente y aun cuando no toda la OTAN quiere pelear viéndose involucrada en un conflicto al precio del petróleo le pueden esperar fácilmente los 150$ en cada tonel.

Una primera parte del conflicto pudiese agravarse e involucrar más tiempo, aun llegando a acuerdos las heridas a esta hora son muy profundas. El actual modelo mundial necesita de esta guerra y que la misma se ponga más intensa. Éste —lamentablemente— es el modelo no hay otro. Y algún día llegaremos a un barril a 200$ eso lo vamos a ver, pues la caída a partir de septiembre 2014 no beneficio ni a EE.UU. quienes impulsaron por todos sus medios un alza considerable, no el control en unos pocos y por eso sancionaron a Venezuela, pues la estrategia era destruir su liderazgo.

El tema de la guerra no es tan plausible si se incentiva a cada momento, es solo en el momento justo donde debe mejorarse —así piensa la Casa Blanca—, a cada momento se le coloca más energía, centimetraje, publicidad, medios de comunicación, sanciones, movimientos. Es indudablemente que se está montando, desarrollando un planeta donde las dos próximas décadas estarán plagadas de conflictos.

Acercándonos al 2040 se cumplirían los primeros cien años del inicio de la II Guerra Mundial, repetir esos hechos para algunos gobiernos no es alocado pues se crean escenarios necesarios para llevar el precio del barril a tiempos de conflictos donde 200 $ no será nada alocado. Como también se montan escenarios para que países de la OTAN manejados por Estados Unidos constantemente estén sobre un conflicto.

Y no es que las relaciones internacionales de hoy sean más atrevidas, son las mismas relaciones internacionales las cuales están comprometidas con un cinturón de guerras en relación precios y consecuencias inimaginables. No hay un sentido equilibrado para que el Petróleo sirva para la paz, para el desarrollo, tampoco hay un sentido objetivo para que la humanidad esté andando sobre estas mismas premisas o sueños. Aquí hay un sentido desequilibrado de guerra, enfrentamiento, búsqueda de poder, avivar sanciones, apoderamiento de terrenos para destruir.

Sin dudas que la Federación Rusa, China e Irán son los únicos objetivos por lo menos de la mitad de los gobiernos del planeta, objetivos que pasan por la vocería de cada administración Demócrata o Republicana y las administraciones de países europeos, árabes e incluso latinoamericanos, siempre viendo la oportunidad como lo hacen en la OTAN ubicada en Bruselas, el centro de la conspiración mundial.

Ucrania es una nación endeble, tóxica sin gobierno, manejada por una cúpula nazi, manipulados por una tónica sin respeto político a su soberanía. Es el patio de ensayos de la OTAN y EE.UU.

Territorios con una e historia cercana a la Federación Rusa prefieren separarse y negarlo en esta guerra. Pero Rusia ni es Irán y mucho menos Irak, Líbano, Siria ni Libia, todos de la OPEP menos Siria. Todos sus gobiernos y pueblos aplastados, sus ciudades destruidas, donde utilizaron un número de armas gigantesca, desproporcionada, grosera, vulgar dentro de cualquier límite de guerra, porque la guerra también podría enseñar el uso proporcionado de la fuerza —aunque no se crea mucho— pero aquí se hizo todo lo contrario.

Ahora con Rusia no se juega tienen armamentos muy poderosos, poseen ojivas nucleares. Hablamos que se está provocando a una potencia la cual en el escenario real tiene no menos de un siglo, activándose, batallando, involucrándose solo en algunos conflictos donde ha triunfado, con entrenamiento militar propio y poderoso.

Aun cuando es un atrevimiento y jugada táctica reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk hay que reconocer la medición del pulso que hace de esto Putin. Otro mandatario de cualquier parte del planeta no se atrevería a hacerlo y esto es admirable. Una jugada militar y política que quedará como ejemplo y será digna de estudiarla en las mejores academias políticas y militares del planeta.

Lo que se está provocando con la Federación Rusa indudablemente no es un juego. Toda esa situación ya repercute en los precios del petróleo y en eso por más lejano que sea toca a naciones productoras donde exista venta considerable de petróleo.

Así nos vemos, así nos miramos en América Latina y en el Caribe en medio del conflicto ucraniano con la Federación Rusa del cual no somos indiferentes.

Hasta más pronto…

Marzo 2022



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Miguel Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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