Biden y Putin en Ucrania y el Báltico: la guerra y la paz

Ciudad: Shanghai; fecha: 3 de diciembre de 1941; lugar: Hotel Astoria; motivo: invitación del general japonés Hiroto a los representantes de la agencia de noticias TASS para conversar sobre el frente de batalla en las puertas de Moscú y la posible guerra entre el Imperio japonés y la URSS justo días previos al ataque del Imperio del Japón a la base naval estadounidense de Pearl Harbour (7 diciembre 1941). (Vlasov, V. "Páginas de mi diario". Problemas del Extremo Oriente. N° 5, Moscú, 1990, pp. 119-135). Extracto de la conversación entre el general Hiroto y el jefe de la oficina de TASS, V. Rógov.

"…General ¿cree usted que entre nuestros dos países pueda surgir una guerra? Le pregunta el representante de TASS. El general Hiroto le responde: "…surgirá obligatoriamente. Vuestro Extremo Oriente queda dentro de nuestra "Zona Oriental de Prosperidad"…" (pág. 130).

La respuesta del general Hiroto estaba en perfecta sintonía con la política oficial japonesa de "Asia para los asiáticos". El Japón ya se había enfrentado con China y Rusia en su proceso de expansión hacia las "materias primas": Manchuria; ya había dado el siguiente paso de conquistar el territorio de China en concordancia con el concepto de "imperio en expansión". Había reflexionado sobre los dos posibles escenarios de guerra como eran atacar las colonias británicas en Asia o invadir la Siberia para controlar los bienes naturales de tan importante espacio soviético: hierro, petróleo, etc.

Así como Siberia ha sido y es "un manjar apetecido" para el capitalismo imperial, Venezuela es la "perla añorada" por los imperios norteamericano y europeos occidentales.

¿Vladimir Putin tomó la decisión correcta? ¿Por qué Joe Biden en ejercicio del poder imperial toma la decisión de ejercer extremada presión sobre Moscú y sobre la OTAN, ambos escenarios, al unísono? ¿Por qué el Pentágono viene desarrollando una consolidación militar en el espacio geográfico que ha definido, en fechas recientes, como la Región Indo-Pacífico? ¿Son Ucrania, el Báltico y Taiwan tres escenarios de "guerra mundial"? necesario es recordar aquella famosa tesis alemana de la "Lebensraum" ("espacio vital") tan querida de Adolf Hitler. En última instancia, nos preguntamos, cómo justificaríamos la aplicación de la tesis del "espacio vital" tanto en el caso de Ucrania y la decisión de Putin como su aplicación por parte de Biden para la supervivencia del imperio y el capitalismo sobre la base de los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica acompañado por sus leales siervos de leva en la definición política norteamericana de "socios y aliados".

Es evidente que es incomparable el "escenario Ucrania" (léase: Putin) con los escenarios de "Ucrania-Báltico-Taiwan" (léase: Biden). Es decir no debemos como tampoco podemos sustentar nuestras argumentaciones sobre las mismas bases de reflexión como no podemos analizar dichos escenarios desde una visión lógico-formal sino, obligatoriamente, desde un análisis dialéctico en todas sus variables.

Cabe la pregunta sobre el verdadero objetivo geopolítico de Vladimir Putin cuando, aparentemente, conocemos su objetivo geo-estratégico. Quizás ello dependerá de las decisiones que desde Washington, el Presidente demócrata, Joe Biden, asuma llevar a desarrollo considerando que la unidad en el seno de la OTAN se logre mantener.

Tratemos de acercarnos al escenario Ucrania.

Las características geo-económicas como su espacio territorial en los espacios continentales, Europa, la convierte, estratégicamente, en factor fundamental tanto para Rusia como para los países occidentales europeos. Sus dos variables: trigo y gas son bases importantes y fundamentales para el mantenimiento de la economía capitalista europea. Para Rusia tanto la relación histórica como geoestratégica son bases reales que sustentan la relación especial entre ambos países y pueblos. Para Washington esa realidad geográfica es vital para un control a futuro de Rusia de miras hacia China bajo la amenaza de ubicar un arsenal nuclear en el "zaguán de entrada hacia Rusia".

Aquellos que consideren que Joe Biden aspiraría a "ocupar" Rusia podrían estar errados cuando Washington y el Pentágono deben estar pensando en las trágicas experiencias de Napoleón y Hitler. Esa es una tarea que se la dejará a sus "socios y aliados" europeos occidentales y centro-europeos Básicamente son las complejas variables que podríamos tener en consideración para cualquier análisis con sus afectaciones sobre América Latina y El Caribe.

Lo inmediato anterior sería un escenario favorable para Washington como desfavorable e incómodo para Moscú. Pero en ese movimiento de ajedrez Washington ha decidido ir a la Historia para despertar aquellas realidades de antaño cuando al triunfo de la Revolución Bolchevique huestes norteamericanas se incorporan a las europeas para tratar de "tumbar" al recién triunfante gobierno de los "soldados, obreros y campesinos" bolchevique. Por lo tanto hay una razón geopolítica para el capitalismo de tener que actuar con vehemencia histórica en contra de Rusia. En ese orden observamos que la matriz de guerra que se impulsa e impone desde Washington junto con la colaboración obligada de sus "socios y aliados" es reflejo de aquel pacto germano-nipón anti-comintern; para expresarlo en otro concepto político más entendible: un pacto anti-comunista en ejercicio actual. Tamaña locura conceptual en tiempos post-modernos.

En esa misma línea de "guerra y consecuencias" llegamos a dos escenarios: diálogo de paz en su desarrollo de guerra con aspirados resultados de poder alcanzar la paz lo que traería en su consecuencia la inevitable reconstrucción de Ucrania.

Perfecto, entonces salta del tintero la obligante inquietud: ¿Quién va a pagar por la reconstrucción de Ucrania?

Lo que nos lleva a los tratados y acuerdos firmados por Peking con las potencias occidentales durante la segunda mitad del siglo XIX junto con aquel tratado consecuencia de la "Rebelión de los Boxers" (1899-1901) cuyas cargas en pagos y obligaciones para China alcanzaban hasta la segunda mitad del siglo XX. En otras palabras sí sumamos los montos en costos de armas "trasladadas" a Ucrania desde Washington, Londres, París, Bonn y Madrid más la platica aprobada por el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica como ayuda para combatir al "energúmeno de Putin" la dependencia semi-colonial se consolida para Ucrania en favor de Washington.

Lo anterior nos lleva a algunas interrogantes que giran alrededor de la "nueva geopolítica mundial" en considerando que el actual escenario no se circunscribe, solamente, al tema-base que obligara a Vladimir Putin a tomar la decisión de cruzar la frontera entre Rusia y Ucrania.

Hemos mencionado más arriba que el control fáctico sobre Rusia por parte de Washington tendría dos objetivos fundamentales: el control de la Siberia y las presiones reales sobre China; es decir, el cercamiento que se genera con el control de los espacios geográficos eslavos con la neo-geo-estrategia que se corresponde con la Región Indo-Pacífico tendría un efecto geo-militar sobre China junto con sus debilidades estratégicas como son, como referencia, el petróleo y el gas ruso. Es decir, es la necesaria presión que viene ejerciendo Washington sobre Beijing para "imponerle el alejamiento" de Moscú en las actuales excusas ucranianas más cuando, inteligentemente, Biden "se ha movido geoestratégicamente" hacia Caracas "creando un escenario virtual" que ha desarrollado, pícaramente, un sinfín de especulaciones a favor de la "política pentagonal".

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.

 


 



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Miguel Ángel Del Pozo


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