1. Hace mucho, pero muchos años –quizá 50- que vi la película "Missisipi en llamas" y "El Cardenal"- que me ayudaron a entender la crueldad de la discriminación racial y los salvajes asesinatos de afro-estadounidenses que acrecentaron mi odio a los gobiernos yanquis. Pero estos días he conocido el documental: "La historia secreta del Ku klux klan", que me hizo pensar sobre la real educación política e ideológica que se ha impuesto en ese país a través de los siglos.
2. Llamamos yanquis a los gobiernos y empresarios asesinos de EEUU que son los productores de armas e impulsores de invasiones y guerras en el mundo. Otra cosa es el pueblo de Estados Unidos integrado por gente trabajadora, explotada, pobre y miserable, generalmente residente o sin papeles originaria de muchos países del mundo. El pueblo estadounidense ha luchado mucho en el interior de ese monstruo; sobre todo los negros que desde hace más de un siglo han sido tratados como animales.
3. Las investigaciones señalan que de los años 20 a los años 60, es decir, más de cuatro décadas, el KKK obtuvo una enorme presencia en los EEUU. Se demuestra que el mismo presidente Truman, que gobernó de 1945 a 1953, fue KKK. Que éstos eran privilegiados porque se impulsaba sus carreras, se les daba trabajo, crearon ley de migración en 1924 que impulsaba la migración de europeos blancos o arios; los KKK tenían periódicos anticatólicos, antinegros y antijudíos; controlaron la música, el cine y hasta los niños se vestían como el KKK.
4. Por ello, cuando escucho que el presidente Biden quiere realizar una gran reunión cumbre de presidentes Estadounidenses incondicionales (como si fuera KKK) sin la asistencia de Cuba, Nicaragua y Guatemala, me recuerda las reuniones de la OEA que siempre ha sido "reunión de ministros de colonias yanquis", como dijera el Ché. Además Biden adelanta que esa reunión no es para desacuerdos, menos para discursos altisonantes, sino sólo para aprobar lo que como asesino mayor pide.
5. Por ello, aunque yo esté en desacuerdo con la política interior del presidente AMLO -porque ha demostrado mucha blandenguería, cobardía, ante el enorme saqueo y corrupción que sigue sufriendo México- en política exterior aplicada ante esta reunión cumbre en la que AMLO ha exigido que se invite a todos para él asistir, no me ha quedado más que aplaudir al presidente. Espero que el payaso embajador yanqui no logre arrastrar a López Obrador con pretexto alguno. (28/V/22)