Crítica ácida

Dos semanas más y qué hará Colombia con semejante troglodita

Comenté hace poco tiempo desplantes verbales de Rodolfo Hernández, cavernario candidato ultraderechista a la Presidencia de Colombia, somos testigos de la campaña total de ayuda a este bárbaro por gente que sabe lo que expresó el millonario ingeniero civil, jactándose de sacarle plata mensual a los "hombrecitos" que le pagan construcciones que él les hipoteca, se burla de las mujeres políticas, amenaza a oponentes con caerle a tiros y fue filmado golpeando un adversario que le criticó sus arrebatos. Esa "joya" es el aspirante que compite este 19 de junio en segunda vuelta, con Gustavo Petro por la jefatura del estado colombiano.

Ese h d p, hombre de paja, espantapájaros alardeando su poder económico, con iracundia le faltó el respeto a periodistas de la Radio Nacional de Colombia, tildándolos de "petristas", disgustado porque le desagradan interrogantes de las y los comunicadores. En sus chocheras Hernández nos hace quedar mal a abuelos y bisabuelos. Analfabeta en la diplomacia, tiene oportunidad de ascender al solio presidencial colombiano, proyectando su lucha contra la corrupción, pero montando en cólera si le inquieren por el comportamiento mañoso de uno de sus hijos, encargado de tareas administrativas dudosas.

Si gana la jefatura del estado Rodolfo Hernández, justificará por qué lo llaman "el Trump colombiano". Produce grima pensar en lo que tenga ideado hacer, si varios antecesores de la derecha capitalista entregaron desde la presidencia el territorio colombiano a la bota yanky, imagínense a este hombre de las cavernas, si termina con la escasa soberanía que le queda al vecino nuestra de la más extensa frontera. Irán más gringos a Colombia a neo esclavizarlo, e impondrán la bandera de las barras y las estrellas con holgura. Hernández resultará peor vende patria que los muy cuidadosos en el verbo y acción: Uribe Vélez, Santos, el sub Duque y otros antecesores.

No tengo familiares en territorio colombiano hasta donde sé, pero seguramente Hernández aplaudiría mayores vejaciones a las y los venezolanos e hijos de colombianos nacidos en Venezuela y residiendo allá, que saben el trato discriminatorio y la costumbre insultante de llamarnos "venecos". Han amenazado a los 39 millones de votantes con el supuesto "chavismo-madurismo de Petro"; confieso que no me fío de este caballero que se me parece a quien fue socialista de joven, y una vez presidenta electa de Chile, no se sacudió de las leyes Pinochet, Michelle Bachelet cercana a su ancianidad, goza de la burocracia servil internacional dependiente de EE UU.

Los 51 millones cien mil colombianos, entre ellos 39 millones con derecho al sufragio, deben observar a esos politiqueros oligarcas que no evitan la vida de riesgo, desplazamientos internos y externos e imposibilidad de alcanzar paz social, y tener en cuenta que son el país 29 en cantidad poblacional de los 196 del mundo, ya basta para ellos la angustia diaria de ser considerados narco nación, tema del que nada habla el iracundo Hernández. La esperanza colombiana de cambio a fondo, puede comenzar con Petro, al que no han podido asesinar los amos oligarcas del país, quienes en fin de cuentas son sirvientes de poderes extranjeros.



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Luis Sánchez Ibarra


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