El mercado internacional hizo al capitalismo, capitalista revolucionario con relación al feudalismo y la manufactura. Se abrieron los países al intercambio, a las imposiciones de los más fuertes, a los endeudamientos y al saqueo.
Así, el capitalismo lleva más de 300 años impulsando esa lógica de dominación. Desde el siglo XV se expandió el colonialismo en las regiones de Asia, África y América. Se saquearon los continentes, se esclavizaron y se extinguieron demográficamente, gigantescas cantidades de sus moradores originarios. Eso pasó crudamente en África y América.
En este tiempo, posterior a la Segunda Guerra Mundial, después de la caída de la Unión Soviética y con la reorganización rusa y el avance estructural de China; ese "tope histórico" capitalista, moldeado por el hegemonismo y neo colonialismo occidental, y que había sido anunciado en el siglo XIX por filósofos idealistas como Hegel y renovado en el siglo XX, por el publicitado filósofo Fukuyama, no aguantó, ni con la fuerza de "super man" a su favor. (con capacidad de revertir la historia).
Pues, pretender prorrogar un neocolonialismo injusto, saqueador, lleno de comerciantes timadores, cuatreros y expertos en fraudes financieros. Que ejecutan sus acciones criminales apoyados en ejércitos, alianzas lacayunas y patrocinios comunicológicos mundiales, guiados por el nuevo estilo "fake news" de informar. Ya no es posible.
Y, ya no es posible porque, Rusia y China introdujeron al mercado internacional, mercancías en cantidades colosales y a precios modestamente cómodos (baratos). Los rusos no tenían competencia en precios ni en cantidades en la venta de gas, petróleo, carbón, madera, etc, lo mismo sucede con China y sus mercancías tecnológicas (Iphone, relojes, computadoras, automóviles, chips, satélites, maquinarias para la industria de todo tipo, etc,) y sus proyectos gigantescos de infraestructuras (carreteras, aeropuertos, ferrocarriles y puertos marítimos) para impulsar su nueva ruta de la seda.
Entonces, la guerra a la que han obligado a Rusia a participar para defenderse de la agresión, es la guerra por sacar a Rusia y China del mercado internacional, cortando las cadenas de suministros e imponiendo sanciones que garanticen la neutralización de la influencia chino-ruso. En el mercado internacional.
Pero, el problema es que, ni militar ni económicamente han podido detener el desarrollo y la reconstrucción de las cadenas de suministros, que refuerzan a Rusia, China y los amonestados, como gestores de un nuevo tipo de relaciones diplomáticas, políticas y comerciales, que van en la ruta de sustituir las formas hegemónicas, neo coloniales y guerreristas de occidente con Estados Unidos y la Otan a la cabeza, por un nuevo tipo de convivencia mundial.
Allí, en ese contexto, la derrota militar de la Otan significará el fin de la hegemonía mundial euro-estadounidense. Eso, en términos apocalípticos no conviene a nadie; pero, Washington, aún puede prolongar la guerra en Ucrania, apoyar al neo nazismo, convertir a Europa y tratar de mantener a América Latina y a los países del AUKUS+ Japón y Corea del Sur, como sus patios traseros.
Así, gira el mundo en estos días. Un occidente recomponiéndose en sus miasmas del pasado y, un nuevo mundo de la OCS y los BRICS, fortalecido por el triunfo de las izquierdas en América Latina y el despertar anti colonialista de África.
Esta situación aloja dentro del conflicto mundial por la sobrevivencia, la guerra franca por los mercados y la lucha tenaz por conquistar el alma de los humanos.