La situación del conflicto entre Ucrania y la Federación Rusa ha implicado bajo la mirada geopolítica jugarse la permanencia de Rusia en el espacio internacional. Estados Unidos y la OTAN se configuran en un escenario que implique la desaparición de la Federación y de allí rumbo a conflictos que separan el territorio del país más extenso del planeta.
Si el alargamiento de la guerra se sobrepasa —como sucede hasta ahora— sería imposible que la región quedará tal y como la conocemos. A lo interno cualquier razonamiento de Rusia con el exterior tendría que pasar por difíciles situaciones mientras a lo interno se desmoronen gran parte de los espacios de integración y relaciones internacionales construidas hasta ahora.
Rusia que ha permanecido concentrada en un anillo de seguridad muy cercano a Europa también ha hecho lo propio hacia Ucrania, Medio Oriente con Siria, el Golfo Pérsico con Arabia Saudita, Asia Central, el Cáucaso, Azerbaiyán, Armenia, hasta llegar a los once mil kilómetros de frontera con China.
Esto conforma su anillo de seguridad más cercano o como ellos lo afirman su extranjero cercano siendo lo diplomático vital para Rusia. Para ellos sus mercados deben ser beneficiosos y aunque Venezuela no signifique más allá de sus relaciones como OPEP no es un escenario de materias primas o de mercados más inmediatos. Esto quiere decir que su importancia es muy baja.
Para Rusia su foco central es África, Medio Oriente, el Cáucaso, Asia Central, incluso los mismos inconvenientes presentados en el Ártico y en el Sur en su relación con China y sin dejar de lado las dos Coreas. Allí están los elementos más inmediatos e importantes los cuales apoyan su seguridad regional.
Sin dudas es un tema central e inmediato. Lo demás no deja de ser importante, pero su jerarquía, aunque lejana pudo quizás por un empeño más de aquí —Venezuela— que, de allá haber logrado acuerdos más profundos, como los alcanzados en lo militar.
Tenemos una Rusia en construcción la cual posiciona en cada una de sus acciones y pasos el retorno de la gran potencia que fue en la época de la Unión Soviética. Pero no con aquellas ideas. Putin construye una Rusia que se corresponda con los liderazgos únicos con los cuales se encuentra en estas regiones.
Rusia saldrá victoriosa ante el caso de Ucrania teniendo en cuenta lo militar de primero, y en el medio podrá conseguir un campo estratégico con toda su dinámica del gas junto a otras energías pues ha identificado que la pelea de otros que quieren controlar la zona es por un área rica en minerales, algo estratégico en lo geográfico.
Todo esto consolida un camino hacia un polo definitivo con gran supremacía geopolítica e impacto global. Así el mismo sea negado por EE.UU., Europa y la OTAN nadie podrá sobrepasarse al poder ruso.
Por eso con América Latina y en especial con Venezuela aún su foco bajamente encendido permanecerá, pero, aunque hay prioridades estratégicas muy distintas no dejan de ser prioridades. La relación con la nación suramericana ha caído en el congelador. Países como Brasil, Colombia, Argentina y la misma Bolivia por la gran influencia de Evo Morales son más proclives a favor de Rusia a la hora de defenderla.