Israel: cuando los frentes se devuelven

En la política mundial vienen sucediendo hechos supersticiosos, mágicos, irreales, como cosas extrañas. Todo es tan confuso que hasta las cosas quedan como a medio suceder. Todo es tan medio loco que en Estados Unidos vienen sucediendo micro golpes de Estado. Nuevas prácticas a ser estudiadas por la ciencia política la cual en los últimos tiempos no parece ni notarse.

Parecen mentiras. En algunos casos a la misma Casa Blanca la han paralizado estas corporaciones. Son el poder silencioso conformado por cinco a seis grandes sociedades todas provenientes de antiguas familias las cuales siempre se han entendido muy bien con el Pentágono y el Departamento de Estado, siendo el híbrido de ambas —corporaciones y militares— quienes gobiernan en Estados Unidos.

Dos ejemplos de estos micro golpes de Estado los cuales demostraron un gran poder sucedieron uno en Afganistán en el 2017 y otro en Irak en el 2020. Veamos:

1. Primer caso: Afganistán; provincia de Nangarhar. Antes de la salida de los militares norteamericanos quienes protegieron el avance de los yihadistas —creados por EE.UU. en 1979— el Pentágono neutralizó con un micro golpe de estado a la Casa Blanca para lanzar la GBU—43/B la Madre de todas las bombas. Esto fue el 13 de abril del 2017 y fuentes documentadas afirman que se hizo sin la aprobación del presidente Donald Trump quien había tomado el poder desde el 20 de enero de ese mismo año, —2017— es decir, apenas llevaba ochenta y tres días en su cargo.

Con apenas ochenta y tres días sería imposible que un presidente norteamericano aprobara tamaña locura militar sin medir los resultados percibidos en ese momento: esta acción no fue más que una locura.

Pero los yihadistas tenían planes junto a EE.UU. de controlar el poder, solo que debían salir los gringos y entrar los afganos. Las cartas estaban echadas y los cien combatientes que murieron en esta explosión pertenecían a un grupo con el cual los mismos combatientes afganos mantenían serias rivalidades internas en torno a la presencia y al asesoramiento norteamericano.

Sin disparar un tiro los yihadistas se hicieron con el poder demostrando que los acuerdos podían ser entre ambos. Los gringos se fueron con el objetivo de cercar a China y hacer más poderosos al gobierno de Tel-Aviv dejando una situación incómoda a la comunidad internacional la cual no tendrá otra salida que abrir relaciones con esta especie de gobierno homicida. Esta es la diplomacia que deja Norteamérica.

2. Segundo caso: el asesinato del general iraní Qasem Soleimani. Este hecho sucedió el 3 de enero del 2020. Soleimani había logrado avanzar en las conversaciones para establecer acuerdos históricos entre Irán y Arabia Saudita.

Estos acuerdos son los que se han dado el 10 de marzo del 2023 entre Irán y Arabia Saudita. Esa fue la causa de su asesinato para detener cualquier camino de dialogo entre ambas naciones. Y a pesar que desde ese momento las declaraciones y amenazas subieron de tono con el gobierno de Donald Trump este propició la impunidad de Tel-Aviv en contra de Palestina quien se convirtió en un monstruo descontrolado. Israel se posicionó como la máxima garantía de guerra contra Irán.

Pero llegó John Biden al poder y el escenario cambió y los más perjudicados fueron los saudí quienes inmediatamente notaron que la Casa Blanca montaba todo para ir en contra del reinado en contra ellos. El objetivo de Biden era destronar al principado saudí.

Pero el desgaste no perdona y esta vez encuentra a un debilitado Benjamín Netanyahu quien lleva más de quince años en el poder y está en su peor momento justo cuando se han acentuado las mayores protestas internas y cuando trata de imponer a la fuerza su polémica reforma judicial lo cual no es otra cosa que acentuar su control en contra de voces moderadas se queda sin apoyo popular.

Esta reforma judicial ha causado incontables inconvenientes en una zona de conflictos prolongados los cuales tienen su partida de nacimiento desde 1948. Las manifestaciones llevan semanas y han sumido al gobierno en una de las crisis más graves de los últimos años.

El primer ministro israelí permanece acorralado tras el estallido social, incluso enfrenta la amenaza de una convocatoria a huelga general y aun cuando se ha visto obligado a retroceder es solo por un momento pues frente a sus ojos su archienemigo —Irán— se acomoda con su aliado —Arabia Saudita—.

La región sigue muy afectada y el sionismo trata de ir ganando tiempo tanto para imponer toda su reforma la cual y buscar cualquier justificación para derrumbar el plan de atacar de Teherán de unirse a Riad.

Netanyahu mueve su tablero destrozado tras los acuerdos entre Irán, Arabia Saudita y Yemen ejecutando su chantaje y atacando a Palestina y Siria. Pero pelea en contra de una corriente de su mismo partido político quienes corresponden a un sector mucho más moderado y muy cercano a Palestina. Por eso su esmero en aprobar una reforma judicial la cual cierra todos los caminos y vaya abiertamente en contra de Palestina.

Mientras sus problemas crecen pues el grupo israelí pro—Palestina ha buscado normas jurídicas y políticas para avanzar en la paz la cual es esperada por todos. Si esto no se logra los objetivos iraníes seguirán siendo sus objetivos tal y como sucedió recientemente en el Sur del Líbano donde atacaron bases de la resistencia de Hezbollah.

Igualmente, todos los ataques en contra de Damasco son más intensos y profundos, aviones de Israel surcan los cielos de Damasco persiguiendo objetivos que buscan un conflicto de mayor rango. Este es el escenario que les siguen encomendando desde Washington para atacar a Irán.

El sionismo israelí busca torpedear el acuerdo Irán—Arabia Saudita, Arabia Saudita—Siria y Arabia Saudita—Irán—Yemen. Lo cual reafirma la tesis de un conflicto a mayor rango en contra de Irán. La población está muy dividida, aunque todavía no podría llegarse a una guerra civil las tensiones son muy altas.

La Unión entre Qatar—Emiratos Árabes Unidos también va en vías de solución y esto sumado al desmontaje de un escenario internacional de Ucrania—Rusia, sin dudas no es lo esperado por Israel.

Desde 1946 el árbitro internacional que debería ser la ONU no sirve para nada y los israelíes Pro—palestinos son los mayores perjudicados. Hay un gobierno sionista pero no todos los judíos son malos.



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Miguel Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

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