El presente recorrido que iniciaremos nos imbuye en una de las regiones más densas y compactas del planeta, todo, dentro de parecidos culturales, étnicos, colores, más un tallado histórico de sufrimientos. Es África, continente con más de mil cuatrocientos millones de habitantes, y treinta millones de kilómetros cuadrados distribuidos en cincuenta y cinco naciones. Pero, África es una sola nación, y los mismos intereses tras largas vetas de múltiples recursos como no los tiene ninguna otra región no la dejan descansar.
1. UN FUTURO DETONANTE
Seguir hablando de un continente negro, marginado y pobre es quizás como en el pasado, seguir destacando desgracias que aún permanecen ocultas del resto del mundo. Pero, hoy como ayer, África vive su mayor negación. Se sigue dando la espalda al continente más importante del encuentro Sur—Sur.
Éste continente es la entrada a importantes estrechos atlánticos: Mediterráneo, Canal de Suez, Mar Rojo y Cuerno de África, todos, importantísimos pasos y líneas de gran valor geopolítico. Toda su área está rodeada de intereses europeos.
Sus atractivos son considerados el conjunto de más bajos objetivos expansionistas. Zona maltratada y confusa, región, lugar de elevados intereses. De allí proviene su difícil comprensión para el resto del mundo. África está rodeada sobre diversas conspiraciones y ve reducida su influencia ante los países interventores[1].
2. CUESTIONAMIENTOS Y ACUERDOS
Pero para África no ha existido organismo más culpable, inmerso en medio de deshilachados acuerdos como los ejercidos desde los diversos intereses de la Organización de las Naciones Unidas, donde muy pocas propuestas han terminado al menos en salidas inviables y poco comunes.
Pero aún no habrá consenso, pues en el seno de la ONU todas las actuaciones de quienes se abstienen por sus cambios demuestran los múltiples intereses sobre áreas que son consideradas como de su propiedad.
Sin embargo, una mayoría de puntos y agendas sobre África son intensas dentro de Naciones Unidas, todas representan un nada despreciable setenta por ciento de actividades y de propuestas aprobadas.
Ruanda, Biafra, Congo, Libia, Somalia, Sáhara Occidental, Túnez, Mozambique, siguen con manchas indelebles, injustas, y tras ellas va la ineficacia diplomática de muchos países, organizaciones y tratados hasta ahora inservibles.
Allí el uno por ciento del poder es el destructor del noventa y nueve por ciento de sus justos intereses. Mientras sus regiones siguen representadas por la oculta dominación colonial. Muchas de estas acciones traen como consecuencia odios los cuales impiden gobernar en algunas de estas naciones.