En el caso Julián Assange triunfó la verdad

  • Los Estados Unidos  y la Gran Bretaña, demostraron al mundo que  el Derecho a la Libertad de Expresión y los Derechos Humanos, los enarbolan, sólo cuando defienden sus intereses y los menosprecian cuando la verdad pone de relieve sus crímenes de guerra y de lesa humanidad. 

 

Lo dijimos en su oportunidad “Con la persecución contra Julián Assange no solamente se pretendió silenciar la verdad, sino, chantajear al periodismo honesto, y sentar las bases para perseguir a todo periodista, donde sea, si osa revelar los crímenes que cometen a diario las potencias imperiales”.

12 años duro el Viacrusis de este periodista que se atrevió: En ese  Viacrucis, el periodista  tuvo el valor de desnudar ante el mundo hechos criminales cometidos por países, delincuentes y terroristas, que ocultan sus crímenes como el gato su caca. Fue sometido a vejaciones, alejamiento de su familia, condiciones infrahumanas en los sitios de reclusión, torturas psicológicas y un sin fin de privaciones, que son proscritas por el llamado Derecho Humanitario y  censuradas por la Carta Universal de los Derechos Humanos.

Lo vimos encanecer  y desmejorar su salud en todo esto proceso, cuando grandes poderes imperiales, lo estigmatizaron y persiguieron, utilizando todo tipo de presiones, hasta que lograron encontrar un Judas en nuestra región, Lenin Moreno, presidente de Ecuador, quien violando la propia Constitución Ecuatoriana y las Normas Internacionales de Derecho de Asilo, lo entregó a sus perseguidores, hecho que fue repudiado por periodistas ecuatorianos y de todo el mundo.

Y qué fue lo que  hizo Assange para despertar tanto odio, contra su persona, pues: su propia esposa, lo expuso:

Según Stella Assange, con los cargos actuales, su marido se enfrentaba a 175 años de prisión en Estados Unidos,  por, a su juicio, "haber revelado de forma minuciosa crímenes de guerra, incluido el asesinato de civiles" cometido por el Ejército estadounidense.

Crímenes de guerra que los Estados Unidos y sus aliados, comenten en todo el mundo, contra cualquier país que de acuerdo a lo manifestado por uno de sus ex presidentes, Barak Obama, afirmó públicamente:   "A veces torcemos el brazo a otros países para que hagan lo que queremos".

El juicio y la persecución de Julián Assange, dejará algunas lecciones que debemos de aprender.  Una de ellas la hipocresía de las naciones imperiales y en particular Estados Unidos, con respecto al Derecho a la Libertad de Expresión, y de Prensa, los usan cuando les conviene, lo aceptan de la boca para fuera y tratan de negarlo cuando las verdades irrefutables los ponen en el banquillo de los acusados.

Otra lección, es que hay gobernantes en nuestra región que con el objeto de congraciarse con los Estados Unidos, no les importa violar la propia constitución de su país y el Derecho Internacional, como es el caso del Judas ecuatoriano, Lenin Moreno, quien entrego a Julián Assange para ganarse las indulgencia imperial.

Otra lección, es la pasividad de las organizaciones internacionales y de ONgs, que se dicen defensoras de los Derechos Humanos, que seden a la presión de los Estados Unidos y prefieren callar para no enfrentarse a la hipocresía imperial.

Y otra lección, la más grave, quizás, es que Assange pago con su libertad y su salud física y espiritual el atreverse  a decir la verdad, pero que no existe en el mundo ninguna organización ni poder,  que se atreva a denunciar y juzgar los crímenes y delitos de lesa humanidad que comenten los imperios de hoy, contra los pueblos del mundo. 

 


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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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