El despido por Netanyahu del Ministro de Defensa, Yoav Gallant habría creado una crisis soterrada en el seno del Ejército que podría desembocar en un golpe de mano contra Netanyahu que estaría liderado por el ex- miembro del Gobierno de Emergencia israelí, Benny Gantz , el recién destituido Ministro de Defensa, Galant y el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi.
Netanyahu y la banalidad del mal
Netanyahu habría banalizado la maldad debido a la total ausencia de moralidad en sus acciones que le lleva a cometer crímenes de lesa humanidad sin reflexionar sobre sus consecuencias y sin discernir el bien o el mal de sus actos. Así, la utilización por Israel de la tortura sistemática, el Genocidio de la población gazatí y demás prácticas malvadas no serían considerados por Netanyahu a partir de sus efectos o de su resultado final debido a que las deidades le han elegido para «la alta misión de eliminar a Hamas de la faz de la Tierra y construir el Gran Israel», situación distópica que ha llevado al activista judío de los Derechos Civiles y superviviente del Holocausto, Israel Shakak a afirmar «Los nazis me hicieron temer ser judío y los israelíes me avergüenzan de ser judío».
Netanyahu sería consciente de su precaria situación política y judicial, por lo que sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, aprovechó el cruento ataque de Hamas para declarar el Estado de Guerra (defensa de la seguridad de Israel) y desencadenar una demoledora ofensiva en la Franja de Gaza que le permitiera aplazar el proceso judicial en el que está acusado de soborno, fraude y abuso de confianza.
La rebelión de la sociedad israelí
La creciente desafección de la sociedad israelí debido a su nefasta gestión de la crisis con Hamás y a su nulo interés por rescatar con vida a los rehenes israelíes, habría desencadenado las movilizaciones de los familiares de las personas secuestradas por Hamás ante la residencia de Netanyahu a quien hacen "personalmente responsable de su retorno a casa con vida".
En este contexto, el Foro de Familias de Rehenes que representa a los familiares de algunos de los detenidos en Gaza, afirmó que " la muerte de los seis cautivos es el resultado directo del fracaso de Netanyahu en lograr un acuerdo para detener los combates y traer a sus seres queridos a casa".Asimismo, en una reunión con las familias de los secuestrados, Gallant aseguró que "no queda nada que hacer en Gaza. Los grandes objetivos han sido alcanzados", según publica el canal 12 de noticias israelí.
¿Es posible un Golpe de mano contra Netanyahu?
Tras la decisión de la Corte Penal Internacional de solicitar órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant acusados de «crímenes de lesa humanidad», Netanyahu es sabedor de que una vez acabada la guerra asimétrica contra Hamas, se arriesga a un proceso penal internacional.
En consecuencia, tras arrasar Gaza,Netanyahu decidió invadir el Sur del Líbano para desplazar a los 400.000 habitantes del sur del Líbano al otro lado del río Litani, con la esperanza de ganar tiempo hasta la victoria de Donald Trump, en la certeza de que podrá contar con sus bendiciones para exonerarlo de toda culpabilidad ante la Corte Penal Internacional.
Sin embargo, la Administración Biden hace responsable directo a Netanyahu de la pérdida masiva de votos en las recientes elecciones de EEUU, reflejada en una altísima abstención entre la población musulmana y el ala izquierda del Partido Demócrata, lo que habría facilitado el cómodo triunfo de Trump.Así, Joe Biden, en una entrevista publicada por la revista Time, admitió que «Netanyahu, estaría prolongando la guerra por motivos políticos y para mantenerse en el poder al frente de una compleja coalición de gobierno».
Ello, aunado con el evidente enfado de la cúpula militar israelí tras el fracaso manifiesto del Ejército israelí en la ofensiva terrestre sobre Líbano, la acuciante necesidad de incorporar otros 20.000 soldados debido a las incontables bajas sufridas contra Hezbolá y la negativa de los reservistas a incorporarse a filas, sería el caldo de cultivo ideal para la gestación de un golpe de mano liderado por el ex- miembro del Gobierno de Emergencia israelí, Benny Gantz y por el recién destituido Ministro de Defensa, Galant y el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi.
Dicho golpe debería materializarse antes de que sea investido Presidente Trump en el mes de enero y contaría con el apoyo de altos cargos del Ejército israelí y las bendiciones de la Administración Biden y de la AIPAC y tras dar por finalizada la invasión de Gaza y el intercambio de rehenes en manos de Hamas, desembocaría en la convocatoria anticipada de nuevas elecciones con el objetivo confeso de conformar un Gobierno de Unidad Nacional de Benny Gantz con Yair Lapid y cuya tarea primordial será reeditar los Acuerdos de Oslo que posibiliten la coexistencia pacífica de Dos pueblos en Dos Estados.
Mientras, Netanyahu, un político nefasto que intentó dar un golpe de mano autocrático para posteriormente instaurar un régimen Presidencialista, podría enfrentarse a un juicio penal en el que será acusado de negligencia y crímenes contra los Derechos Humanos, lo que podría suponer una condena penal y su salida definitiva del escenario político israelí.