El asesinato de niños en el Ecuador producto de la descomposición política gubernamental

  • Daniel Noboa, presidente de Ecuador, pretende encubrir la acción criminal de una patrulla militar que secuestró a 4 niños en ese país y luego aparecen muertos e incinerados.

  • Habla de que a los militares hay que garantizarles el Derecho a la Defensa y la presunción de inocencia, pero omite decir que la investigación debe realizarse a fondo y con imparcialidad para determinar la culpabilidad de los asesinos.

Le faltaba al gobierno de Daniel Noboa en Ecuador, la guinda del pastel, para evidenciara ante el mundo el tipo de gobierno que allí se instaura, que ha demostrado su desprecio por el Orden Internacional, violando normas expresas de Derecho de Asilo, contando con el apoyo de los Estados Unidos, quien avala todas sus actuaciones, como contraprestación, por permitirle a ese país instalar bases militares, violando la soberanía ecuatoriana.

Así actuó Noboa en materia del Derecho de Asilo:

"En la noche del viernes 5 de Abril de 2024 se produjo el asalto a la embajada de México. La policía ecuatoriana, en una acción sin precedente, irrumpió en el recinto de la embajada de México en Quito para detener al ex vice-presidente Jorge Glas, sobre quien pesaba una orden de detención por presunta corrupción y a quien el Gobierno mexicano había concedido asilo político".

Es evidente que este menosprecio al Derecho Internacional dado por el gobierno de Noboa, es un mal ejemplo que trasmite a sus mandos militares y policiales que en consecuencia actúan también menospreciando el Derecho Interno y por supuesto los Derechos Humanos.

Cuando en Ecuador se esperaba a llegada del año nuevo, fueron sacudidos por la información que conmovió el país:

A unas horas de la medianoche, se confirmó la trágica noticia: los restos incinerados hallados en una zona pantanosa de Taura pertenecen a Steven Medina (11 años), Nehemías Arboleda (15), y los hermanos Ismael (15) y Josué Arroyo (14). La indignación y la rabia, que habían sido la tónica durante este tiempo, se exacerbó con la confirmación oficial de que los niños fueron asesinados y sus cuerpos, quemados.

¿Quién secuestro a los niños?

El 8 de diciembre fueron detenidos por una patrulla militar. Desde ese momento desaparecieron sin dejar rastro.

Supuestamente, los militares, declararon, que luego de la detención, los habían soltado, sometidos a hambruna, algunos casi desnudos y uno de ellos, pudo hacer una llamada a su padre, denunciando el hecho.

Pero luego, y quizás para no dejar huellas que los involucrará, porque la obligación de esa patrulla debió ser regresar eso niños a sus casas o entregarlos a ente protector, vino lo peor:

"Unos minutos después de que uno de los adolescentes llamó a su padre, un par de hombres encapuchados llegaron en motocicleta y se llevaron a los menores. Esa fue la última vez que se les vio, y la dirección en que fueron llevados parecía clara, hacia un río. Allí encontraron la muerte".

No sólo los asesinaron, los quemaron para borrar toda huella posible del crimen.

El propio presidente Noboa, frente al reclamo de los familiares, que pedían al gobierno informara y tomara medidas al respecto, declaraba:

Noboa dijo este lunes que es prematuro hablar de una "desaparición forzada", como la familia de los jóvenes, organizaciones de derechos humanos y opositores están calificando el caso.

Es decir en una conducta encubridora de lo que había pasado, antes de anunciar una investigación a fondo de los hechos, negaba que hubiese una desaparición forzada.

Ahora, se enfrenta a una realidad espantosa: Si había desaparición forzada, no se actuó oportunamente y ahora los cuatro niños que salieron a Jugar Futbol, aparecen asesinados e incinerados para intentar borrar toda huella del crimen cometido.

Las investigaciones del caso sino hay un sesgo político, tendrán que responsabilizar a la patrulla de militares por el secuestros de estos niños. No hay duda del secuestro y fue una gran irresponsabilidad dejarlos luego abandonados a su suerte, cuando deberían haberlos devuelto de donde los detuvieron o llevarlos a un organismo competente para su custodia, hasta que sus representantes los buscaran.

No hay dudas de que los niños fueron detenidos por militares:

La agencia Associated Press, informó que revisó las imágenes de cámaras de seguridad que muestran el momento en que dos menores son capturados por hombres vestidos con uniformes militares y subidos a una camioneta.

Ambos, según la Agencia, son puestos boca abajo en la camioneta y a uno de ellos, un militar le da un puñetazo en la cabeza.

Posteriormente, uno de los niños logró hablar con su padre por teléfono y le dijo:

"Los militares nos cogieron, nos metieron palo, nos están acusando de un robo, nos dejaron botados. Por favor ven, sálvame".

De las susodichas descripciones ya se detectan actos delictivos, cometidos por los militares: secuestrarlos, golpearlos y abandonarlos, a su suerte, ahora está por determinarse las razones de porque los asesinaron y quemaron. Se desprenden de esas actuaciones algunas interrogantes ¿Para qué no hablaran y denunciaran el atropello? ¿Quienes fueron los de la idea de desaparecerlos? ¿Hasta dónde el gobierno de Daniel Noboa encubre los hechos?

Los organismos internacionales cuya competencia es la protección a los menores de edad, y las organizaciones internacionales y ecuatorianas de Derechos Humanos, tienen que estar alertar y hacerle seguimiento a estas investigaciones para que no se salgan con las suyas los autores intelectuales y materiales de este espantoso asesinato y el crimen quede sin castigo.

 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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