¡Trump, la dignidad del migrante no se negocia!

Por primera vez, un jefe de Estado colombiano se pronuncia contra la hegemonía y supremacía de un presidente norteamericano. El mensaje de Gustavo Petro recoge la dignidad del pueblo latino. Sin embargo, los migrantes se ven humillados y maltratados por el nuevo rufián fascista, Donald Trump. No podemos ignorar que el gigante del norte ha hecho grandes contribuciones a la humanidad en la ciencia, música, literatura y cine. Gracias al séptimo arte muchos hemos podido conocer la evolución de la humanidad. Intelectuales norteamericanos como, Noam Chomsky y James Petras se han convertido en referentes del pensamiento crítico y humanista en la actualidad.

Es asombroso que EE. UU., a pesar de los aportes científicos e intelectuales a la humanidad, su pueblo elija lo más retrógrado que ha dado la política en los últimos 30 años, después del esperpento de Hitler. Señor Donald Trump, los migrantes merecen dignidad; no todos son viles delincuentes como usted. Cabe recordar que su merced fue condenado por 34 delitos ante la misma justicia norteamericana y que se aprovechó de su poder económico para arrodillar a esa misma justicia y lograr su elección de manera fraudulenta. El gran Jurista norteamericano Oliver Wendell Holmes Jr. creía que los gobernantes debían ser servidores del pueblo, no sus amos, y que el poder gubernamental debía ser limitado y responsable ante el pueblo. También consideraba que la crítica y la disidencia eran fundamentales para un gobierno saludable. Donde "El poder es una droga que puede corromper incluso a los mejores hombres." El gran poeta norte americano Walt Whitman veía a los inmigrantes como un componente esencial de la sociedad estadounidense, aportando diversidad, riqueza cultural y una fuerza de trabajo invaluable. Para él, los migrantes eran parte integral del tejido social norteamericano, enriqueciendo el país con sus diversas culturas y experiencias.

Hoy, América Latina es del pueblo y para el pueblo. Quiero dejar claro en este artículo que no estoy a favor de los latinos que delinquen, pero no se justifica estigmatizar y señalar como delincuentes a quienes han contribuido a la economía norteamericana, realizando trabajos a menudo indignantes que ni siquiera los propios estadounidenses quieren desempeñar. ¿Quién se encargará de limpiar inodoros y estregar los pisos? a los acomodados norteamericanos? Los latinos y los afroamericanos siguen siendo vistos como esclavos, obligados a someterse a condiciones degradantes de trabajo por unos miseros dólares. Esto me recuerda un fragmento del texto de Eduardo Galeano: "Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del dinero, se cierran en sus narices. Algunos consiguen colarse. Otros son cadáveres que la mar entrega a las orillas prohibidas, o cuerpos sin nombre que yacen bajo la tierra en el otro mundo adonde querían llegar." Esta reflexión resalta no solo la lucha por la supervivencia, sino también las injusticias y desigualdades que enfrentan los migrantes latinos en Estados Unidos en su búsqueda de una nueva vida. La evocación de "cuerpos sin nombre" subraya la tragedia de aquellos que no logran hacer su voz escuchada ni cumplir sus aspiraciones.

La dignidad no se negocia, señor Trump. Es un principio fundamental que debe ser respetado por todos, independientemente de su nacionalidad, raza o estatus migratorio. Es hora de dejar de estigmatizar a los migrantes, de dejar de criminalizar su búsqueda de una vida mejor. No todos los migrantes son delincuentes, sino personas que han sido empujadas por la pobreza, la violencia y la desesperanza a buscar una oportunidad en el país del tío Sam ¡La dignidad del migrante se respeta, carajo! No se puede seguir tratando a seres humanos como si fueran mercancías o animales. Ellos son sujetos de derechos y merecen ser tratados con respeto y dignidad. Y no se puede olvidar que la economía norteamericana se ha forjado también con las lágrimas, el sudor y la sangre de los migrantes latinos. Han trabajado en los campos, en las fábricas, en la construcción, contribuyendo al crecimiento y la prosperidad de ese país. Es hora de reconocer su contribución y de tratarlos con la dignidad y el respeto que merecen. ¡Basta de xenofobia y racismos!

¡Es hora de construir un mundo más justo y más humano para los migrantes! Adenda: Aplausos a Gustavo Petro por alzar la voz en favor de los emigrantes que no tienen voz. Hoy, el pueblo de América se siente y grita dignidad.



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Jhon Jairo Salinas

Dirigente Social, Promotor de Derechos Humanos, Activista del Movimiento Social por la Paz en Colombia, Poeta y Escritor.

 jjsalinas69@gmail.com

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