Últimamente he escrito dos artículos sobre las elecciones francesas. El primero, ligeramente pesimista (http://www.aporrea.org/internacionales/a33458.html) y el segundo, (http://www.aporrea.org/internacionales/a34150.html) ilusionado sin motivo alguno. No sé dónde acerté y dónde estuve equivocado, pero ese no es el problema. El problema será ahora Francia, porque la elección de Sarkozy es sin duda un salto atrás que han dado los franceses, del que seguramente tendrán tiempo más que suficiente para sopesar.
Es que Sarkozy ya no representa a la tradicional derecha francesa, pues es algo inusitado que el mismo día de su elección sin pudor alguno declare su adhesión a las políticas de Bush, algo que no haría con tanta desfachatez ni siquiera Nuri al Maliki, el “mandatario” títere de Irak. Mientras Tony Blair es zarandeado en Escocia, donde los nacionalistas ganaron las elecciones, Sarkozy de ahora en adelante aspira a ser una muleta de la torpe política imperial de Bush. Algo que le ha fallado a Blair, para desgracia de los súbditos de Su Majestad.
Se puede despedir monsieur Chirac por la puerta trasera, no tanto por su política ni por los resultados de la misma, sino por el bochorno que le pudieron haber causado esas infelices declaraciones de Sarkozy en las que sólo brilló el “reproche” a Bush por "obstaculizar la lucha contra el calentamiento del planeta". Como si eso le importara mucho a Bush, quien ha hecho todos los esfuerzos por desnaturalizar el Protocolo de Kyoto, que no está entre sus prioridades y sólo es un tímido llamado para evitar que en poco tiempo estemos sumidos en el peor de los caos que podemos afrontar, cual es el cambio climático, mucho más difícil de controlar que los problemas sociales, económicos y políticos que se le vendrán encima a Sarkozy, porque la moratoria que le permitieron a Chirac ya ha terminado.
No quiero pasar por un aguafiestas, porque siempre he sido un derrotado profesional y nunca pegué una hasta que llegó Chávez, donde en fila hemos salido victoriosos creo que en 10 procesos electorales consecutivos. Pero eso de “recriminarle” a Bush por lo del calentamiento global, me parece una estulticia. Sarkozy no dijo nada de las invasiones a Irak y Afganistán y las amenazas que penden sobre Irán, y en general sobre la paz del mundo; porque en su desesperación el presidente de los EE.UU. puede ser capaz de todo, especialmente ahora cuando sus propias encuestas le dicen que sólo es respaldado en sus políticas por el 28% de sus compatriotas.
Realmente han sido bastante benévolos con él. Charles Dickens dijo que "Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender." Ojalá y esta reflexión sea útil para los franceses.
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