En esta debacle financiera como en tantas otras, hay toda una vampírica fauna de especuladores de acciones y bonos devaluados, en el que son muchos los pendejos que pierden y muy poco los vivos que ganan mucho. Esos grupos súper-concentrados sionistas (que controlan bancos, trasnacionales y grupos de inversión a lo largo y ancho del planeta) están agrupados en el llamado Club Bilderberg, el CFR, y la Comisión Trilateral, entidades emblemáticas y regentes del capitalismo transnacional que algunos califican acertadamente como el "Gobierno Mundial". Esos especuladores sin alma, sin corazón y sin tener paz con la miseria, explotan, arruinan y acaban con las endebles economías de los países más pobres e indefensos. Son caimanes de un mismo pozo devorándose y peleándose entre si por una porción del festín, sin que les importe el daño que se le infiere al otro y sin importarles en nada la ruina, el hundimiento o la desaparición física de su prójimo. Creo que un chacal o una hiena son –desde su condición de carnívoros carroñeros— mejores animales que esos hiénidos especuladores quienes con sus fétidas glándulas de cuello blanco, acaban, arrasan y arruinan económicamente a naciones y continentes enteros.

Ayer la agencia de noticias Reuters y las usinas financieras mundiales, citan con horror e impotencia a grandes titulares que Cae Wall Street nuevamente y, por si fuera poco, el flamante vicepresidente del FMI advierte que la crisis bursátil dañará irremediablemente a la economía mundial (…) Las economías emergentes han resistido hasta ahora bastante bien el impacto de una crisis originada en los países ricos, básicamente en EE UU, pero "es demasiado optimista suponer que no habrá ningún impacto", según Lipsky (subdirector general del FMI) en declaraciones ofrecidas al diario Financial Times, y agregó que la crisis financiera y bursátil "indudablemente reducirá el crecimiento económico" a nivel mundial.

La crisis financiera mundial que ya va para la tercera semana, pica y se extiende como irreversible carcinoma por todos los ámbitos de las grandes Bolsas del mundo. Con el agravante de que el mas perjudicado del descalabro especulativo, sucias marramucias y manipulaciones financieras, son los Estado Unidos de Norteamérica.

Los coletazos de la crisis todavía sacuden los mercados bursátiles. Ello destapo de un solo pinchazo la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y las dificultades por las que atraviesa el negocio o boom hipotecario. Este estallido está teniendo una notable repercusión en el empleo dentro del sector financiero de ese país, que hasta el día de hoy contabiliza el anuncio de 91.362 despidos, según un estudio publicado por la consultora Challenger, Gray & Christmas.

En el mismo contexto, los sesudos buitres analistas de Wall Street dicen que el peligro es de tanta fragilidad e incertidumbre que está aún vivito y coleando. En anuncios hecho por un vampiro de Lehman Brothers, Accredited Home Lenders y HSBC manifiestó: "No creemos que lo peor haya pasado, seguramente los recortes de empleo proseguirán con fuerza en el sector financiero durante varios meses, así como la caída del mercado inmobiliario", indicó a la agencia Europa Press el hematófago de marras.

Ahora, analizando en frío, hay que preguntarse ¿qué fue lo que desató esta grave crisis de los mercados de valores inmobiliarios? Las garantías hipotecarias sin tener un justiprecio de mercado, los papeles sobre revalorizados y reciclados sin un valor real y las centrífugas de papeles inmobiliarios sin respaldo y sin garantías financieras, fue inflando estratosféricamente esa gran burbuja especulativa durante este ultimo quinquenio, teniendo como colofón el crack o brutal estallido de ese monstruo virtual (¿?)

Dice este miércoles The Wall Street Journal, el máximo vocero de los grupos super-concentrados de Wall Street: "El mercado de bonos se ha paralizado, los títulos bursátiles siguen un curso caótico, los fondos de capital privado están marginados de la acción y muchos gestores de fondos de cobertura y prestamistas ofrecen sus productos a precios de liquidación".

En la era del "capitalismo sin fronteras", el imperialismo ya no es el imperialismo de los monopolios estatales (que se repartían el mundo a través de las guerras) que estudiaba Lenin, sino grupos súper-concentrados de bancos y trasnacionales que controlan países, economías y gobiernos despojándolos de su soberanía y convirtiéndoles en gerencias de enclave de sus operaciones comerciales a escala global.

joseagapo@cantv.net