Sin duda me quedé corto cuando, hace quince días, comenté en estas líneas respecto del sonoro rugir del cañón septembrino. Los acontecimientos previstos, y otros agregados, están haciendo que retiemble en su centro la tierra, por lo menos la del Anáhuac y sus alrededores. Ojalá que estas referencias respetuosas al Himno Nacional concluyan con que el Arcángel Divino ciña ¡Oh Patria! tus sienes de olivo.
1.- Viajes.- Para el que dice que es presidente, las cosas marchan bien y en paz. Tan bien y tan en paz, que se da el lujo de ausentarse del país para cumplir su agenda de vendedor de oportunidades de inversión, ofreciendo ilusorias reformas estructurales y sacrificios laborales. Pareciera que asume como ciertas las mentiras que él mismo inventó en su dizque informe. Dicen sus voceros y aduladores a sueldo que está dando la batalla para legitimarse. Me alegro que su esfuerzo lo realice en aras del turismo presidencial; que siga engañando a los inversionistas hindúes y australianos; que siga distrayéndose con las cumbres de presidentes, plenas de inutilidad. Aquí el desengaño avanza y su burbuja se desinfla. Felipe el Breve le llaman.
2.-Chantajes.- Los seis partidos representados en el Senado de la República logran un muy alentador consenso en materia de reforma electoral. Es algo que pareciera imposible. Está aprobándose (espero que no haya retroceso) una reforma a la Constitución General que, entre otras cosas, determina un importante blindaje de los procesos electorales contra la injerencia del poder del dinero y de la mercadotecnia mediática, a base de prohibir a los partidos y candidatos la contratación directa de propaganda en radio y televisión, para que sea facultad exclusiva de la autoridad electoral el disponer de los tiempos oficiales o fiscales para, a su vez, entregarlos a los partidos para la promoción de sus propuestas y sus candidatos. La disposición contribuye eficazmente a la elevación de la calidad de la competencia electoral y conlleva una significativa reducción de costos, misma que dejará de ingresar el negocio de los medios electrónicos y que ha provocado el despliegue del más descarado intento de chantaje televisivo y radiofónico.
En abuso de su capacidad de formación de opinión pública, los noticieros se volcaron a descalificar al Senado y a los senadores, clamando por el consabido sambenito de la “libertad de expresión” amenazada. Atendiendo correctamente al reclamo, el Senado aceptó la realización, el pasado martes, de un debate sobre la materia entre las comisiones dictaminadoras y la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión. Lo insólito: con lujo de soberbia, los dueños de los medios dispusieron la transmisión del acto en cadena nacional (cuatro horas al aire) sacrificando ingresos en pro de su verdad y su justicia. Lo patético: más de veinte intervenciones de dueños de medios y de locutores para arrogarse la representación de la sociedad y exhibirse como los paladines de la libertad, que encontraron cabal y correcta respuesta de los senadores de todos los partidos, unificados en sostener la pertinencia del proyecto de reformas. Lo importante: la reforma va. La cadena nacional sirvió para exhibir la mezquindad de empresarios y levantacejas, así como para resaltar el correcto manejo del asunto por los senadores. Enhorabuena.
Las campanas septembrinas estarán celebrando el inicio de la guerra de independencia respecto del poder mediático, que va más allá de las disposiciones específicas acordadas. La coincidencia de las fuerzas políticas todas, con sus ligeras distinciones, tiende a convertirse en una política de estado para someter, mediante la ley y la razón, el excesivo poder mediático. No obstante, hay que observar que el dragón sigue vivo y coleando; queda viva su capacidad de imponer su voluntad sobre la opinión pública, con la cual negociará en beneficio de sus intereses, con o sin facturación; basta con levantar la ceja para trastocar el sentido de la información política más objetiva. Sólo caben dos alternativas: o se cancela la propiedad privada en los medios de comunicación electrónica, o se abre un canal para la expresión popular para conciliar la libertad de expresión con el derecho a la información. La recién instalada comisión para legislar en materia de radio y televisión tendrá que enfrentar y resolver el dilema.
3.- Sabotajes.- Nuevamente los ductos de PEMEX fueron objeto de sabotaje mediante explosiones concertadas y al unísono en cuatro sitios de Veracruz y Tlaxcala, desde luego reivindicados por el Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el supuesto afán de rescatar a sus compañeros secuestrados o desaparecidos por el ejército o la policía federal. Por mera coincidencia suceden los atentados el 11 de septiembre (11-S) y, para el que esto escribe, no deja de tener el tufo de ser de origen oficial. A lo dicho en artículo anterior (Bombazos) agrego un nuevo elemento: según el comunicado difundido, lo que se pretende es que se libere a dos de los dirigentes desaparecidos, entonces, al ser resuelta su demanda ¿ya no habría más atentados? Me parece absurdo el planteamiento. En todo caso el reclamo sería por la destrucción del régimen de estado capitalista con todas sus consecuencias, incluida la libertad de todos los presos políticos. A la vista del significado oculto de la ASPAN y los afanes de la hegemonía gringa, no me cabe duda de que el sabotaje, por decir lo menos, le vienen muy a pelo.
4.- AMLO.- El Presidente Legítimo se hizo presente en el Palacio Legislativo para reunirse con la bancada del Frente Amplio Progresista, al efecto de presentar su propuesta de alternativas al proyecto fiscal. De entrada apuntó que, en una economía débil y en riesgo de recesión, todo aumento de impuestos agrega debilidad y acelera la recesión; la más refinada ortodoxia económica así lo establece. A cambio insiste en señalar el excesivo gasto corriente del gobierno, comenzando por los sueldos excesivos y los gastos superfluos, para continuar con la crítica a los regímenes especiales de tributación que sólo encubren los privilegios de los grandes consorcios. La propuesta tiene la lógica del sentido común y el respaldo de la experiencia positiva por haberla aplicado en el gobierno del Distrito Federal exitosamente. En última instancia, conminó respetuosamente a sus correligionarios a oponerse y votar contra los aumentos impositivos, pero hacerlo hasta con la resistencia pacífica en el caso del impuesto adicional al precio de la gasolina y el diesel. Independientemente de que la nota periodística se la llevó el tema electoral, la presencia de AMLO mantiene en pie de lucha y refuerza la exigencia de legitimidad.
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