Aunque resulte increíble y difícil de digerir, la economía estadounidense esta al borde de un colapso de consecuencias incalculables. Datos muy precisos que se han colado desde fuentes de información de Washington, indican que una situación crítica se está presentando en la economía gringa con la desmesurada caida de la vivienda, lo cual, indudablemente; agrieta los cimientos del gasto del consumidor, y si no se registra un avance de compras, la situación tenderá a complicarse.
El mercado de la vivienda en los Estados Unidos es un elemento vital para la economía global, que viene en decadencia. La conexión entre este mercado y el gasto del consumidor tiene raíces profundas, porque al extenderse al más allá de Estados Unidos las heridas del sector inmobiliario se ha ensombrecido el panorama del crecimiento mundial.
Los ingresos proventas en Estados Unidos están cayendo en más de una docena de estados norteamericanos, incluyendo California y Florida; debido a aquel desorden de la vivienda limita, la demanda por muebles, y artículos de decoración de hogares.
Como buen estratega y con la intención de mejorar- de alguna manera- el impacto de las expectativas hizo anuncios de medidas fiscales, que indudablemente causarían aliento en cuanto al consumo directo, no obstante, a pesar de haber asumido una posición, aparentemente clara, la economia está en picada,sigue desmoronándose, y las conclusiones diseñadas por los propios analistas auguran un panorama oscuro, y por ende, preocupante, pues caerá el consumo, se generará un proceso de desaceleración, estancamiento, quiebras, e indudablemente aumentará considerablemente la tasa de desempleo.
Lo más grave-inclusive-, manifestaron los especialistas norteamericanos en finanzas, es que no hay ni siquiera defensor del modelo norteamericano que pueda defender tal situación, desconociendo la pronta debacle.
Hablar de la decadencia de la economía norteamericana, sin duda, representa un punto álgido, en virtud de que aún cuando hay informaciones dignas de todo crédito, que aseveran el hecho, Estados Unidos continúa siendo una potencia económica de mucha fuerza, con un PIB, pero aún así, está sufriendo crisis, riesgos de recesión y connotados tropiezos que propician un desequilibrio, que aunque disimulado, han creado una situación digna de atender. Inclusive se asegura, que el actual problema inmobiliario de esa nación norteamericana, ha-sin duda- estremecido las estructuras del sistema.
Este desmesurado déficit económico de Estados Unidos se han venido generando producto de diferentes movimientos, que han presentado esta economía últimamente, y se puede apreciar como la situación que acentúa con la actual crisis del mercado hipotecario residencial, que ha sido la gota que rebasó el vaso.
Los gastos militares exorbitantes y progresivos, que han permitido costear las guerras protagonizadas por este país y las constantes ocupaciones en algunos territorios, amén de las sucesivas reducciones fiscales, que sin duda, favorecería a un sector muy pequeño en el pais; pero con gran poderío económico, han sido factores elementales que han ido deteriorando los cimientos económicos de esta potencia cuya apariencia resulta totalmente contraria.
Muy duro le está dando el fantasma de la recesión a Estados Unidos, y al parecer, nada parece evitar esta crítica situación para esta pais, que han mantenido una importante posición en tantos años de historia.
Quizás el deterioro que viene sufriendo la economía norteamericana también tenga que ver con factores estructurales y políticos que darán explicación a esta crisis coyuntural, que entra indudablemente, en un ciclo de depresión.
Tal vez, algunos estudiosos o críticos dirán que esto responde a un período transitorio, pero que en poco tiempo conseguirá salida positiva, pero la realidad del asunto es que lo que está ocurriendo, en estos momentos en los Estados Unidos, determina en forma inexorable, que la economía estadounidense continuará padeciendo no solamente de estos males, sino de otros, cuya magnitud, a lo mejor será de mayor nivel.
Lo que sí esta claro, es que el lapso entre el derrumbe del boom inmobiliario a la caida sorpresiva de las bolsas tiene seguramente un antecedente más inmediato y de fácil ubicación en el circuito de los préstamos hipotecarios, cuyo descenso se registró el año pasado, lo cual indujo, tanto a la Reserva Federal como al Banco Central de Europa a inyectar en sus escenarios cantidades inimaginables de dólares y euros, para evitar, o en último caso, contrarrestar la crisis generalizada en los mercados financieros de los países centrales.
La excesiva liquidez de la economía norteamericana de los últimos años, el desmedido afán de lucro de los operadores inmobiliarios, y sus socios banqueros, la falta de controles y transparencia que posibilitaba que se otorgarán préstamos sin las suficientes garantías, y hasta que los fondos de los mismos se desviaran para el consumo de bienes no durables, el creciente endeudamiento interno de millones de norteamericanos que están "en rojo" (que han rebasado sus posibilidades de crédito y también de pago) infló tanto el globo de la financiación hipotecaria que terminó por explotar.
En este sentido, el creciente y constante incumplimiento de los deudores hipotecarios se transmitió en forma inmediata y difundido a toda la cadena financiera, que en épocas de bonanza económica se había sumado al auge inmobiliario norteamericano, concediendo préstamos a empresas constructoras o "descontando" créditos con garantías hipotecaria de algunos particulares.
No obstante, a todo esto que viene ocurriendo y que ha despertado opiniones en el mundo entero, además de una inmensa sorpresa, la única economía en todo el mundo, que todavía puede darse el lujo de solventar, solamente imprimiendo billetes de color verde o emitiendo bonos de la Reserva Federal, con todos sus problema inclusive.
*Abogado y Analista Político. www.juanmartorano.blogspot.com , http://www.juanmartorano.tk/ . jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar