Hasta el momento cuando el gobierno colombiano convocó a la prensa internacional para televisar y difundir el acto payaseril del secretario de la INTERPOL por ordenes del gobierno que despacha desde la Casa de Narquiño en Bogotá, la función soterrada politiquera del organismo policial internacional seguía escondida en un supuesto prestigio y tradición de apoliticismo. El 15 de Mayo 2008 quedará como fecha sumamente útil para la política internacional, pues ha permitido desenmascarar los intereses que se esconden tras bastidores en la organización policial mundial. Debido a la torpeza del matrimonio Bogotá-Washington, dupla mafiosa representada por Uribe y Bush, un apareamiento de mentalidades retrógradas desesperados ante el avance de gobiernos de cambio en América, la INTER”P”OL con “p” de payasos quedó desnuda formando parte de la trama montada en la Cancillería de Colombia, sin empacho y con caradurismo característico de quienes asesinan oponentes, bombardean a sus hermanos, asaltan e invaden territorios fuera de su país, llegando a parecerles normal matar sobrevivientes o arrastrar cadáveres cual trofeos de guerra como lo hicieron tropas colombianas el 1ro. de marzo pasado en la provincia de Sucumbíos en Ecuador. Esa clase de mentes enfermas por el fascismo que utiliza cadáveres para fines políticos y abandonan heridos, convencidos que nos pueden adormecer o drogar con el veneno del poder comunicacional, creen que el dominio de casi en su totalidad periódicos, cadenas de televisión y estaciones de radio del mundo, da para montar el episodio que intenta validar las computadoras indesctructibles que no solo aguantaron el ataque con misíles, sino que supuestamente contendrían toda la información necesaria para desprestigiar a los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, pretendiendo deslegitimar y bautizar como terroristas a Jefes de Estado y administraciones gubernamentales en naciones que no tienen gobiernos complacientes a Washington. La payasada les está saliendo cara a los narcogobiernos de Colombia y EE UU, a pesar de la superioridad y avasallamiento en la sesgada información internacional, porque donde quede un ápice de dignidad informativa, diplomática y política, no se pueden dar por ciertos semejantes circos noticiosos intentando convencer a la humanidad que debe darle credibilidad a tan torpe campaña, una pretensión bastarda de sectores proimperialistas con aspiraciones de volver al poder en nuestras naciones soberanas, en su mayoría bolivarianas. Vergüenza dan quienes desde el campo del poder de la prensa se prestan a darle carpa a semejantes maromas circenses de la política internacional. A esos sectores arribistas, excluyentes, clasistas y racistas, el colectivo popular de cada país les está cobrando la entrega que durante más de quinientos años han hecho a beneficio de las grandes potencias mundiales, ladronas de nuestras inmensas riquezas continentales de la América al sur del Río Grande. NOTA. La “Casa de Nariño” es asiento presidencial de los gobiernos en Colombia, el pueblo colombiano la ha bautizado “Casa Narquiño” desde que llegó al solio presidencial Alvaro Uribe Vélez, reconocido por su habilidad política y el favor permanente que en su carrera ha recibido, no sólo de los paramilitares de las AUC –Autodefensas Unidas de Colombia, sino por sus nexos igualmente permanentes con el mundo de los capos del narcotráfico.
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