En un comunicado emanado del nuevo secretariado de la FARC, levantado frente a la tumba de su máximo líder de la revolución colombiana, Antonio Marín, Alias “Tiro Fijo”, la FARC respondió al gobierno Parauribista “Mantendremos la lucha armada”. Si es verdad “Se ha ido nuestro máximo líder, pero nosotros llevamos dentro de nuestras conciencias y nuestros principios sus inagotables enseñanzas, las que nos han madurado en todos estos años que hemos luchado a su lado.
Hoy en medio de nuestro dolor, queremos resaltar por su vigencia y gran valor, la profunda confianza en nuestros principios revolucionarios, planes, propuestas y la victoria de la causa popular, la templanza para enfrentar las dificultades; y la esencial importancia que significó la sólida unidad interna que nos ha permitido desarrollarnos con vigor en todos los momentos de nuestra existencia”. La FARC insiste en mantener rodilla en tierra, como también continuar, de ser posible, el acuerdo humanitario.
Tan pronto como fue confirmada la muerte por causa natural del máximo líder de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC), aunada esta a la de otros miembros del secretariado, como son los asesinatos de Raúl Reyes, e Iván Ríos, sorpresivamente se recibieron recomendaciones de gente que se dice de izquierda y revolucionarios, para que la FARC inicie una senda que deje atrás la violencia y la sangre en Colombia. Esta insistencia por parte de lacayos seudo revolucionarios, invita a que se arrodillen, que reflexionen y que vean lo que esta sucediendo en América Latina donde y qué la izquierda está avanzando a fuerza de votos y no de armas. La realidad es que esa revolución de la que tanto se habla en Latinoamérica, es una seudo revolución, pues sus bases están ancladas en el capitalismo de Estado puro, es una revolución, sin revolucionarios, pues allí lo que populan son oportunistas, corruptos y nuevos pillos,
Por otra parte, no se puede creer que por la muerte física de una parte de la dirección política-militar, se pueda terminar, con el único movimiento armado revolucionario que por años persiste luchando contra las causas injustas como son la pobreza, la miseria y la persecución, hasta con la izquierda que vive arrodillada y pacifica.
Debemos estar claros, mientras el gobierno parauribista maneje los destinos de Colombia, no habrá paz, ni solución al conflicto.
La FARC afronta un momento histórico y está a pie de guerra, independientemente de lo que muchos, la mayoría, seudo revolucionarios puedan considerar éticamente de lo que es una guerra revolucionaria, pues en esa historia que no se quiere ver, existen razones de tiempo, como son 40 años cuando un grupo de campesinos liberales decidieron los caminos difíciles e inhóspitos de la selva para combatir con las armas la injusticia de los oligarcas.
Recordemos que la FARC se hicieron buenos y salieron de la selva hacia la paz y todos fueron exterminados sin piedad para no dejarles opciones políticas por lo menos para la lucha. Y regresaron a las armas nuevamente. Ahora los gringos los llaman “La narco guerrilla, pues nadie se da cuenta de las atrocidades del “Narco Estado parauribista”, que asesina campesinos desarmados y sindicalistas y lo oculta bajo sus leyes como delincuencia común o los disfraza de guerrilleros para atacarlos con su guerra y cómplices mediáticos. Toda la coca que saca el parauribismo, son proporciones a grandes escalas y esto lo sabe el gobierno imperial, pero calla, porque todo esas proporciones son para su diario consumo.
La FARC, no esta exterminada y Cano el nuevo Comandante en Jefe, con la experiencia que tiene es difícil de que caiga en la trampa, ya lo dijo: “El camino es la lucha”.
Si se estudia la historia de Colombia, uno se sorprenderá: Quienes iniciaron esta guerra que ahora se tilda de “Terrorista”, no fue la guerrilla, eso es falso, ese terrorismo lo inicio la oligarquía colombiana que se enfrentó inicialmente militarmente por la lucha del poder entre liberales y conservadores, la guerrilla, la FARC, son hijas del terrorismo y como demuestra una solidez ideológica de justicia social, resulta irritante para una oligarquía que no se explica el porqué ha durado tanto esta guerra histórica. Colombia es el mejor ejemplo de lo que es una guerra de guerrillas por la revolución verdadera en Latinoamérica.
La FARC y los miles de Marulandas que están vivos en Colombia son el resultado de la injusticia social y la persecución de todos los gobiernos liberales y conservadores que han hecho de aquellos que piensan diferente, es decir, humanamente, como lo hacen los campesinos, los indígenas, los obreros, los sindicalistas que están situados en las tierras infértiles y son exterminados sin piedad por el nuevo grupo paramilitar “Águilas Negras”. La guerra histórica de Colombia es hija de la desigualdad social, no es ello cuestión de un simplista antagonismo entre guerra y paz, no, lacayos, es cuestión de las profundas desigualdades sociales, que hacen vivir a millones de colombianos bajo el umbral de la pobreza y la miseria. Esa es la verdad de la FARC y mientras el parauribismo sea gobierno no habrá ninguna esperanza de paz posible, lamentablemente.
Karina se entregó porque la policía secreta del “Hermano del alma de Chávez”, amenazo de muerte a su hija, a la que localizó. Estas prácticas de guerra sucias son esas mismas que procesó Francisco de Paula Santander contra el Libertador que traicionó durante la naciente Republica, esa es la manera de actuar la infamia y crueldad ejercida por los señores que llaman a la paz.
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