El argumento para la nueva ofensiva fue el estatuto autonómico de la Provincia de Santa Cruz. Sin embargo, este elemento jurídico en la práctica pretendía desconocer la autoridad del Presidente Evo Morales; así como, servir de ejemplo a otras Provincias, para que hicieran lo mismo.
Recordemos que en Venezuela el desconocimiento al gobierno de Hugo Chávez fue significativo en los primeros años, con particular énfasis en los años 2002 y 2003. Todos esos actos pretendieron doblegar al gobierno Hugo Chávez frente a los intereses de las transnacionales norteamericanas y la misma burguesía nacional.
Los hechos de Bolivia y Venezuela en esencia responden al mismo esquema. Las burguesías y terratenientes de ambos países fieles a sus amos del Norte defienden los intereses de estos últimos en materia de hidrocarburos; y subsidiariamente defienden también los suyos. Por ello no reconocen al Gobierno Nacional como legítimo. Y esta falta de reconocimiento a la legitimidad de los nuevos gobiernos nacionalistas se debe a que están acostumbrados a detentar y ejercer el poder con toda libertad. No aceptan la realidad política y social del pueblo que llevó al poder a estos Presidentes nacionalistas. Por esta razón, cuando no es el propio imperio el que los obliga a entender hasta donde llegar en sus pretensiones, es el miedo a las masas empobrecidas el que lo hace.
Por otra parte, las posiciones autonómicas de algunas Provincias ponen de relieve el hecho de que en Bolivia (igual que en Venezuela hasta el 2003) el gobierno no se ha consolidado dentro la estructura burocrática del Estado y particularmente dentro del Ejército Boliviano. A esto se agrega que el liderazgo de Evo Morales no se ha terminado de reconocer dentro de los grupos sociales e indígenas de Bolívia; así como tampoco dentro de la clase trabajadora y en general dentro de la población pobre.
En este contexto la relegitimación de Evo Morales por vía de Referéndum y su aplicación a los Prefectos de las diferentes Provincias Boliviana abre un camino para su consolidación en el poder. El referéndum servirá para polarizar las tendencias progresistas y reaccionarias en todo el país; así como, para que se midan estas fuerzas democráticamente. Por supuesto que, una victoria contundente de Evo Morales le dará el músculo que necesita para imponer su legitimidad a los grupos reaccionario de Bolivia.
Finalmente, el Presidente Evo Morales está obligado a realizar un gobierno que capitalice el apoyo de los movimientos sociales, la clase trabajadora, los sectores pobres y particularmente la población indígena. En general, esta obligado a procurarse la fuerza popular necesaria que le de legitimidad frente a la fuerza de derecha reaccionaria.
Por otra parte, los movimientos sociales y políticos de Bolivia deben dar un paso al frente a favor de la consolidación del Gobierno de Evo Morales. Quizás tengan aún muchas dudas; pero es momento de avanzar por el camino de la unidad revolucionaria y la profundización del pensamiento socialista en su país y en Latinoamérica. La incorporación constructiva de estos movimientos y fuerzas sociales en el Gobierno de Evo Morales es ineludible; así como es ineludible la democratización étnica del Ejercito y su respectiva incorporación a las tareas de construcción del bienestar de su pueblo.
Romper la estructura de derecha dentro del Ejército es de particular interés para el desarrollo y estabilidad del proceso progresista de Bolivia.
Los procesos de avances de los distintos paises latinoamericanos en la profundización de la consciencia de los Pueblos se convierte en una esperanza para la construcción del socialismo de los pueblos del mundo. Demos pues un paso al frente todos los revolucionarios de Latinoamerica en la Unidad y en la construcción del Socialismo. Dejemos de lado los dogmas y las posiciones individuales; para privilegiar el materialismo dialéctico y la esperanza del Pueblo como guía para orientar el camino revolucionario.
¡Todos los revolucionarios de Latinoamerica Unios!
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