Tiro al blanco

Haití: invasión “dulcificada”

¿Quién ha dicho que el primer pueblo de nuestra América en independizarse necesita de tropas extranjeras?

¿Quién ha dicho que el pueblo de Petión, la patria de aquel gran revolucionario que tuvo la sensibilidad de nutrir con armas haitianas la campaña de Bolívar por la independencia suramericana, merece ser tratado como neo-colonia intervenida?

¿Acaso la presencia de los “cascos azules” de la ONU, dirigidos por el Pentágono y vergonzosamente alimentados por contingentes militares brasileños, uruguayos, chilenos, franceses… no es una conjura contra la posibilidad de que la rebelde identidad haitiana vuelva a repetir la hazaña de aquella revolución social anti-esclavista?

La República de Haití, junto a su vecina República Dominicana, junto a todo el Caribe insular, está ubicada en plena frontera imperial.

No se debe perder de vista que esta intervención militar estuvo inicialmente a cargo de EEUU, precisamente en el momento en que el pueblo haitiano se levantó contra el degenerado gobierno de Jean Bertrand Aristide. Entonces, el Pentágono y la CIA contaminaron el proceso con la penetración desde la República Dominicana de unidades de ex-militares haitianos (muchos duvalieristas y corruptos) y procedieron a intervenir militarmente.

Una vez consolidado el hecho se produjo el maquillaje “dulcificador” de la ONU y se reclutaron otros gobiernos para disfrazar la ocupación y bautizar el colectivo invasor con el nombre de MINUSTAH. Los gobiernos dominicanos, el de Leonel y el de Hipolito, por razones obvias de vecindad y peligrosas pugnas históricas, estuvieron imposibilitados (pues sería mucho más que una provocación), de enviar tropas, pero apoyaron gustoso esa ignominiosa invasión imperial.

El mando formal de las tropas está a cargo de Brasil, luego que el gobierno de Lula conviniera en hacerle el juego a la intervención estadounidense, aportando una alta cuota en tropas y bastante “dulcificación” seudo-izquierdosa.

El mando real descansa en una especie de “instancia unificada de inteligencia” de todas las tropas, bajo total control de Estados Unidos.

Uruguay y Chile, con ejércitos herederos de las dictaduras militares y con gobiernos calificados o autocalificados de “izquierda”, agregan una alta dosis de maquillaje bajo el manto tenue y engañoso de la ONU.

Pero de todas maneras ese velo “dulce-azulado” de la MINUSTAH, fría y astutamente colocado por Washington, transparenta las violaciones de mujeres y niñas, los abusos, las represiones, los ametrallamientos, las persecuciones, las redadas masivas, las vejaciones… que acompañan al asistencialismo y las ridículas ayuda en efectivo, que en nombre del combate a una pobreza realmente dramática, solo sirven de “hoja de parra” destinada a encubrir el pudor público de quienes instrumentan las acciones de fuerza para perpetuarla.

Sólo Cuba con sus sacrificados, valientes y capaces médicos, y Venezuela con su petróleo y sus generosos planes de cooperación, constituyen el toque discordante en medio de esa gran farsa bendecida por la “comunidad internacional”. Marcan lo que debería ser y no es.

Porque la desolación y el hambre imperantes en Haití, necesitan de otro tipo de “invasiones” y de “armas”.

Necesita de médicos, clínicas medicinas, alimentos, producción, constructoras, educadores, ambientalistas técnicos, energía eléctrica, agua, agrónomos, ingenieros, puentes, carreteras, escuelas... Y no como dádiva, sino como pago de una enorme deuda social acumulada.

¡Que se vayan las tropas y lleguen las brigadas civiles solidarias, las medicinas, los libros…! Que se desgarre el velo encubridor de esa tragedia y cese la indolencia del mundo y de nuestra América.

Mucha falsedad estuvo presente en el lanzamiento desde FUNGLODE del llamado Foro Global Dominico-Haitiano. Allí Leonel Fernández habló de dos países “soberanos” y “democráticos”: Haití intervenido militarmente y República Dominicana controlada por el FMI y por todos los mecanismos de la perversa globalización neoliberal (incluidos algunos de corte militar); ambas “naciones” empobrecidas (una mucho más que otra), con instituciones carcomidas por la corrupción de sendas partidocracias voraces y de oligarquías y corporaciones insaciables.

Otra vez lo virtual contra lo real.

paulinon@cantv.net



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Narciso Isa Conde


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