En el reciente referendo revocatorio el Presidente de Bolivia Evo Morales, apabulló a sus opositores y le metió medio evo a sus detractores.
La figura del referendo revocatorio a pesar de ser una alternativa popular es bastante complicada, por cuanto cuando un gobernante gana con altos niveles de votación, por mucho que baje su popularidad a mitad de gobierno es bastante difícil remontar porcentajes de más del 50% obtenidos en su votación inicial, para poder ser revocados luego. Esta misma situación se presentó en Venezuela, y así como pasó aquí el resultado para la oposición siempre es bastante negativo, porque como consecuencia de la no revocación lo que se consigue es que el mandatario el día siguiente del proceso crezca en apoyo popular mas de 6 puntos porcentuales, con el agravante del alto costo que genera el proceso refrendario.
Algunos comentan que el éxito de Morales se vio opacado parcialmente por la victoria de sus contrarios, pero fue la misma situación ya que se intentó revocar a unas autoridades regionales y estos tampoco fueron revocados, con pocas excepciones. Lo que demuestra la perdedera de tiempo y dinero en este tipo de procesos.
Evo convocó a este referendo para destrabar la crisis política que lo enfrenta con autoridades regionales, pero todo sigue igual, con la diferencia de que ha crecido la popularidad de Morales y de esta forma la oposición debe coger mínimo y dejarlo terminar su mandato, y como lo declaró él mismo “hay que trabajar juntos, unidos, pero contemplando las normas y leyes vigentes”.
El caso de Morales a pesar de la grave crisis que ha atravesado, lo hace acreedor de este gran apoyo porque aparte de representar los procesos de cambio que vive nuestro continente, es un luchador social nacido del pueblo y que ha tenido años luchando en contra de los regímenes incrustados en la ortodoxia latinoamericana.
Morales planteó la continuidad de la política de nacionalización de la economía, situación que debe verse con mucho ojo clínico y sobre todo con la implementación de férreos controles administrativos, debido a que dichas nacionalizaciones generan un ato costo al fisco y luego si las empresas no son productivas se convierten en su centro de costos para el Estado, disparando la inflación y haciendo crítico el flujo de caja de la nación.
Finalmente tenemos que el Presidente de Bolivia fue ratificado en el cargo con más del 63,1% de los votos y esperamos que vengan tiempos de paz para nuestra hermana República Bolivariana.
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