Dignidad boliviana

Bolivia fue escenario ejemplar de masiva participación popular y civismo, cuando lejos de todo pronóstico que vaticinaba hechos de violencia y desordenes internos, el proceso refrendario se llevo a cabo con la mayor normalidad. Demostrándose, así que en las dos visiones de país que pugnan actualmente en Bolivia: Una indigenista comunitaria y cultural y la otra autonomista liberal, pueden dirimir sus diferencias de manera pacifica y por la vía electoral. Este suceso transcendental pese a que constantemente la oposición interna y externa atizó vientos de confrontación, ratifica la vocación altamente democrática del pueblo Boliviano.

Ante la contundente victoria ratificatoria del Presidente Evo Morales, la oposición interna asume nuevamente la conducta antidemocrática de no aceptar la decisión de las mayorías y no entender el momento de cambio que vive su país, como única vía para lograr la redención social. Saldando así parte de la deuda histórica que tiene la América toda con los pueblos originarios, los cuales se han expresado mayoritariamente en las urnas electorales, como una nueva forma de resistencia a la imposición de modelos anacrónicos que atentan contra su desarrollo humano.

En esta oportunidad le toco a Bolivia, pero la erupción continental que estremece al hemisferio, también se levanta en Venezuela, Cuba, Ecuador, Brasil, Paraguay, Nicaragua, Argentina y en todos los rincones de la geografía americana, proyectándose esta expresión emancipadora a través de organizaciones políticas y movimientos sociales, que tienen como denominador común su bandera progresista, en expresiones anti-globalización, anti-neoliberal y anti-imperialista.

Este hecho significativo y sus connotaciones poco le importa a los grandes medios internacionales, que con su conducta cipaya asumen indignamente el triste papel detractor de los procesos transformadores que dignamente forjan nuestros pueblos y los lleva a seguir en la guerra de desinformación y mentiras mediáticas con la finalidad de mantener vivo el clima de crispación política en el que quieren sumir a Bolivia. Por eso no nos extraña que pese a que el presidente Evo Morales fue ratificado por los bolivianos con un porcentaje mayor al que fue elegido, sus grandes titulares enfatizan que el resultado electoral consagra las profundas divisiones que se viven en Bolivia y resaltan como único éxito, titulando que la media luna (Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca) permanece intacta y se preparan no para avanzar en función de los cambios que reclama Bolivia sino para profundizar las contradicciones. Es así como el prefecto de Tarija, Mario Cossio, al ser ratificado ante una concentración de sus seguidores, anunció la convocatoria a la elección de un parlamento autonómico con miras a consolidar su proceso secesionista regional; El prefecto de, Santa Cruz Rubén Costa, al conocer el resultado en un encendido discurso también convoco a la elección de la Asamblea legislativa autonómica y la creación de una policía departamental, sin asidero jurídico, ya que la ley consagra únicamente la conformación de la policía nacional.

Es importante resaltar que la oligarquía terrateniente Boliviana, las grandes trasnacionales y el imperio Norte Americano deben admitir lo que esta ocurriendo en el mundo y en América Latina y entender, que tratar de frenar estas revoluciones puede hacer profética la frase expresada hace cuarenta y seis años por el ex presidente Jhon F. Kennedy "Los que cierran el paso a las revoluciones pacificas al mismo tiempo se lo están abriendo a las revoluciones violentas".

pedrocarrenoe@gmail.com


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Pedro Carreño


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