Contar con Benedetti

Quizá ningún escritor contemporáneo haya alcanzado lo que Mario Benedetti; se integró a la vida de millones de seres humanos, quienes con llana naturalidad hicieron suyas frases, versos, que como pértigas le fueron ayudando a saltar diarias dificultades o a llevar de la mejor manera, si acaso eso es posible, las laceraciones que deja el desamor.

La palabra lanzada al aire y la otra, escrita, que al fin es una sola, posee una potencia incontenible, pero desatar la furia de la ternura que encierra la palabra como huracán enamorado, es sólo posible para los elegidos, maestros escogidos por el símbolo, por la vibración y la voz.

Mario Benedetti desarrolló una fértil carrera periodística tanto dentro como fuera de su país natal Uruguay en el periódico Marcha, desde 1945 hasta 1974, cuando el medio fue clausurado por Juan María Bordaberry. En 1948 dirige la revista Marginalia y en 1949 la publicación literaria más prestigiosa del momento Número, es entonces cuando se enfrenta públicamente contra el Tratado Militar con los Estados Unidos, con el que se estrena como militante político irreductible en sus principios. Entonces Benedetti comienza a desarrollar una intensa actividad intelectual dentro de Uruguay que se ve proyectada en dimensiones continentales y posteriormente alcanza un carácter mundial. Su participación en Casa de las Américas de Cuba y en el Congreso Cultural de La Habana con la ponencia Sobre las relaciones entre el hombre de acción y el intelectual, lo hacen incorporarse a esa institución como Miembro del Consejo de Dirección. En 1968 y hasta 1971 funda y dirige el Centro de Investigaciones literarias de Casa de las Américas.

En 1973 sobre Uruguay se ciñe la noche de la dictadura; el 27 de junio el fascismo ejecuta un golpe de Estado y Benedetti renuncia a su cargo en la universidad. Militante de la izquierda consecuente latinoamericana, Benedetti fue miembro del Frente Amplio, en el que participó junto a los Tupamaros y al Frente de Liberación Nacional; debió abandonar Uruguay hacia Buenos Aires, posteriormente viajó a Perú, para luego instalarse en Cuba.

En su largo exilio de 10 años, ya en 1980, Benedetti recaló en España, donde a partir de 1982 se hizo colaborador del periódico El País, al cual renunció públicamente debido a la virulenta xenofobia de algunos colaboradores del periódico, con los que el poeta sostuvo una polémica en las páginas de ese medio. Hoy El País es un medio reaccionario sumado a la campaña de difamaciones contra el proceso de liberación de los pueblos latinoamericanos.

Benedetti ha recibido de los más diversos pueblos del planeta, múltiples premios literarios y reconocimientos como intelectual y luchador social, de los que podemos enumerar, de entre un significativo número de ellos, el Premio Morosoli de Plata de Literatura, de Uruguay, la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral de Chile,los Doctorados honoris causa de la Universidad de Alicante, de la universidad de Valladolid y de la Universidad de La Habana; el 18 de diciembre de 2007, recibió de manos del Comandante Presidente Hugo Chávez la "Condecoración Francisco de Miranda", la más alta distinción que otorga el gobierno venezolano por el aporte a la ciencia, la educación y al progreso de los pueblos.

La bibliografía de Benedetti alcanza 80 títulos escritos en los más diversos géneros, poesía, novela, ensayo, teatro, entre ellos una novela en versos, El cumpleaños de Juan Ángel, La Tregua (novela), Adioses y bienvenidas (poesía), Vivir adrede (ensayo) y muchos libros más, en los que se evidencia su profundo compromiso con los pueblos y la vida.

Mario Benedetti supo, aún no se sabe cómo, ser todos, interpretar sueños, ilusiones, poner la gota de rabia frente a la injusticia y aglutinar inmensas multitudes, cercanas o distantes, juntas o solitarias, alrededor de la lectura de sus obras. Fuimos a la redacción del periódico de La Tregua, entramos a las catacumbas de la canalización junto a los combatientes del Cumpleaños de Juan Ángel, pero sobre todo pudimos adentrarnos en la vorágine del amor, con sus poemas y así también nos ayudó a salir del laberinto del desamor con un jarabe de esperanza para nuestros pechos destrozados.

Un maestro de la lucidez y de la sensatez, con las que desplegaba sus explicaciones y descifraba un mundo para todos dividido, cargado de injusticia, de explotación y señalaba la única ruta posible para hacer de este planeta un sitio mejor para vivir- la razón.

"No fue una vida fácil, francamente", dijo Benedetti alguna vez. Quizá por eso lo queremos tanto, porque a pesar de su grandeza, fue sencillo - del común, como nosotros, el hombre digno y respetuoso, pero con ese tonito de ironía que tanto supimos entender.

Está aquí Benedetti, sigue con nosotros, siempre nos reconforta saber que indefectiblemente, podemos contar con él.


es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.


elmacaurelio@yahoo.es


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Marco Aurelio Rodríguez

Periodista, Politólogo, poeta, escritor, humorista y ensayista. Columnista en varios medios, digitales e impresos.

 elmacaurelio@yahoo.es

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